En el marco de la instalación del segundo ciclo de conversaciones de paz entre el gobierno de Gustavo Petro y la guerrilla del ELN en México, este lunes el jefe negociador del Ejecutivo, Otty Patiño, advirtió que será una tarea de la mesa “reinterpretar el cese al fuego”. Lo anterior, ante las dificultades que supuso el fallido anuncio hecho a finales de 2022 por el Presidente sobre un alto al fuego que nunca fue acordado.
Según Patiño, es deber de la mesa de diálogos entender el cese “no solamente como una disminución de las confrontaciones armadas”, sino como una reducción de las hostilidades hacia la población civil y de las actividades ilegales generadoras de daño y de violencia.
En esa línea, sin hacer una referencia directa al ELN –que fue muy crítico del Gobierno por haber anunciado el fallido cese–, Patiño manifestó que la metodología diseñada para dialogar implica un aprendizaje que debe hacerse “sin inculpaciones y sin la vanidad de demostrar una superioridad moral de una de las partes”.
“La metodología que nos guía en este proceso es que lo que se acuerda en la mesa se implementa en los territorios. Ello obliga a cierta modestia de la mesa, porque lo que se acuerda en la mesa siempre estará sujeto a ser mejorado por lo que diga la gente (...) La mesa no es omnipotente ni infalible. Esta metodología nos obliga a aprender y corregir muy rápidamente, y este aprendizaje debemos hacerlo sin inculpaciones y sin la vanidad de demostrar una superioridad moral de una de las partes”, explicó Patiño, insistiendo en que debe primar el principio de corresponsabilidad y de reciprocidad.
Frente a un eventual cese, el jefe negociador del Gobierno aseguró que el alto al fuego “debe ser un acto creativo”, que recoja los aprendizajes de otras experiencias, “pero hay que inventar”: “La mesa debe ser un lugar profundamente imaginativo. El conflicto colombiano, tal como lo han dicho muchos autores, es muy enredado”.
Patiño reveló además que el pasado 8 de febrero la delegación del Gobierno se reunió con el Presidente Gustavo Petro, que los orientó para “reinterpretar” ese cese al fuego. En esa línea, abogó por generar un clima de seguridad, serenidad y autonomía. “No vamos a pactar ninguna tregua, sino que promoveremos decisiones que generen alivios permanentes, no temporales”.
Para el jefe negociador, el reto de este segundo ciclo de conversaciones es “producir hechos que vayan mostrando que la paz con transformaciones sociales es posible, que derroten el escepticismo y la desesperanza”.
“En este segundo ciclo debemos avanzar en temas y desafíos hondamente sentidos y reclamados por quienes hoy padecen las inclemencias del conflicto y el abandono del Estado. En este ciclo tenemos que producir hechos y según lo acordado, debemos entrelazar dos grandes temas: el primero, quizás el más importante, la participación de la sociedad en las transformaciones para la paz”.
Por ello, instó a poner a las comunidades como “eje principal de la mesa” a través de acciones en territorios “donde el ELN no solamente tiene una fuerza militar, sino también un liderazgo capaz de promover el poder de las comunidades, el respeto a la naturaleza y la superación de una cultura de violencia”.
La instalación del segundo ciclo se hizo en las instalaciones de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social, en Ciudad de México. También participaron los países garantes y observadores internacionales.
Se prevé que la mesa trabaje sobre una validación de la agenda con algunas modificaciones, sobre la participación de la sociedad y sobre las bases para la elaboración de los protocolos de cese el fuego bilateral.