La Fiscalía General de la Nación acogió la solicitud del exdirector de la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo (Ungrd), Olmedo López y le otorgó protección ante el riesgo contra su vida y su familia, en el proceso de investigación por corrupción al interior de la entidad.
López pidió acogerse a un principio de oportunidad a cambio de contar todo lo que pasó cuando, a través de la compra de carrotanques, se desviaron millonarios recursos para sobornar a los presidentes del Congreso y así favorecer las reformas del Gobierno en el Legislativo.
En este caso, fue Sneyder Pinilla, ex subdirector de la Ungrd, el encargado de prender el ventilador y armar un alboroto político al mencionar los nombres de los supuestos implicados y detallar cómo se habría maquinado el desvío de millonarias sumas de dinero.
Una vez habló Pinilla, Olmedo López, quien para la época del robo con la compra de los carrotanques era el director de la entidad, dio un paso al frente y a la Fiscalía pidió un principio de oportunidad para, al igual que Pinilla, contar todo lo que pasó y dar nombres de otros implicados.
Dentro de este caso, el ente investigador acaba de citar a declarar al contratista Luis Eduardo López, el representante de Impoamericana Roger SAS, la empresa ganadora del contrato por 46.800 millones de pesos para comprar 40 carrotanques para el suministro de agua en La Guajira.
Como lo había revelado este diario, este contratista está dispuesto a revelar información relevante en el caso que pasa por un soborno de 7.700 millones de pesos, solicitudes del 15 % de tajada por contrato en la UNGRD y la forma en la que le entregaron los recursos del contrato a Sneyder Pinilla en tulas negras.
Los carrotanques, cuya compra fue la fachada para desviar los dineros que usaron en el pago de sobornos para favorecer las reformas del Gobierno en el Congreso, finalmente no se usaron, debían repartir agua a las comunidades de La Guajira que por años han padecido la escasez del líquido y la corrupción de los gobiernos. Sin embargo, por sacar millonarias “tajadas” a la fecha, allí, donde padecen la aridez del desierto, no ha llegado una sola gota de agua, al menos en los polémicos carrotanques.