El caso de violencia escolar contra un estudiante de 13 años del Colegio Granadino de Manizales sigue impactando al país. Este viernes los padres del menor lesionado expresaron su dolor y pidieron mesura respecto a la información que ha circulado con los detalles del caso.
“Nuestro hijo, pese al dolor físico y emocional, se recupera satisfactoriamente, siendo un niño feliz y noble. Sufrió una lesión grave que transgredió de forma violenta su integridad física pero queremos aclarar que la palabra ‘empalamiento’ no corresponde a lo sucedido”, afirmaron los padres de familia en un comunicado a través de su abogado.
El caso al parecer se trató de una situación de bullying que desencadenó en un acto de violencia.
Según información preliminar, entregada por testigos a medios de comunicación, el menor habría sufrido la perforación de uno de sus testículos con una varilla en medio de una actividad, aún sin esclarecer, en la que participaban también otros compañeros.
En las últimas horas la institución educativa también confirmó el presunto caso de violencia escolar, sin dar detalles, y dijo que aún es motivo de investigación por parte de las autoridades. En el comunicado el plantel también aseguró que habían activado los protocolos establecidos para estos casos.
Sin embargo, el jueves los cuidadores del niño lesionado aseguraron que el actuar de la institución se “volvió permisivo”.
“Hacemos un llamado para que se vigile el actuar de las instituciones educativas, se verifique si el sistema de prevención para evitar la violencia está siendo efectivo y si realmente se están salvaguardando los derechos fundamentales de niños, niñas y adolescentes, ya que en nuestro caso consideramos que estuvo lejos de serlo, por el contrario se volvió permisivo y puso en riesgo la vida de nuestros hijos”, afirmaron en la misiva.
El doloroso episodio, según los afectados, es revelador sobre la seguridad de los niños en el sistema educativo del país.
Añadieron además: “Sentimos un dolor profundo, nos aferramos a la idea de sanar a través del perdón y la reconciliación, pero asumiendo responsabilidades. Nos duele nuestro hijo, pero también reconocemos el sufrimiento del niño agresor y su familia, estamos viviendo momentos difíciles”.