“No tengo a mano las cifras, pero sí puedo decir que efectivamente ha habido un incremento (en integrantes), tanto en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), como en el Estado Mayor Central (EMC) y el Clan del Golfo”.
Con estas palabras, el ministro de Defensa, Iván Velásquez, reconoció lo que otras instituciones del Estado, como la Defensa, y varios medios de comunicación, como EL COLOMBIANO, venían denunciando: que esas organizaciones ilegales estaban aprovechando los diálogos de paz para incrementar sus tropas y su dominio territorial.
El jefe de la cartera de Defensa habló del tema este jueves, durante una rueda de prensa en la que presentó la Operación Themis, diseñada para capturar a los responsables de matar a 481 líderes sociales, defensores de DD.HH. y desmovilizados de las Farc.
A pesar del evidente deterioro del orden público en varias regiones del país, Velásquez y otros miembros del Gobierno se negaban a reconocer que los grupos armados ilegales, con los que sostienen acercamientos de paz, estaban incrementando su personal, territorio y poder armado, en detrimento de las comunidades.
Una de las razones para esta especie de silencio oficial era evitar las afectaciones a la “paz total”, el principal proyecto político del presidente Gustavo Petro.
El pasado mes de septiembre, EL COLOMBIANO denunció que las dos disidencias de las Farc crearon seis nuevos frentes de guerra en los últimos dos años, aprovechando las treguas y acercamientos de paz para expandir sus tentáculos en nueve departamentos.
El EMC reconstruyó el frente 4, que delinque en el Nordeste de Antioquia y el sur de Bolívar; así como el frente 58, que se dedica al narcotráfico en San Pedro de Urabá (Antioquia) y Valencia (Córdoba).
Por su parte, la Segunda Marquetalia creó cuatro subestructuras: el frente 1° Armando Ríos Marquetalia Bolivariano (Guaviare); el frente 53 (límites de Meta y Cundinamarca); el frente 12 (Puerto Wilches y Barrancabermeja, Santander); y se integró con los Comandos de Frontera, en Putumayo.
El pasado enero el Sistema de Alertas Tempranas de la Defensoría reportó que los grupos armados ilegales y las bandas se expandieron un 36% entre 2022 y 2023.
El Clan del Golfo pasó de tener injerencia en 253 municipios a 392 en 24 departamentos; el ELN, de 189 a 231 municipios, repartidos en 19 departamentos.
Las dos disidencias de las Farc crecieron de 230 a 299 municipios. El EMC está en 19 departamentos y la Segunda Marquetalia en 15, según la agencia del Ministerio Público.
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