Desde los tiempos de campaña, al presidente Gustavo Petro le ha gustado mostrarse como un líder que piensa en los grandes problemas del mundo: la contaminación, el cambio climático, los conflictos entre naciones, son apenas algunos de los temas que ocupan su pensamiento y trabajo en redes sociales. Pues bien, en los últimos días parece que esas ansias de jugar en grandes ligas se hacen realidad o, por lo menos, Estados Unidos le quiere medir el aceite.
Resulta que el lunes pasado, Petro se reunió con una delegación de Estados Unidos liderada por John Finer, consejero principal adjunto de Seguridad Nacional, y con Juan González, director de seguridad para el hemisferio occidental, y hubo un tema central: ¿de verdad está comprometido con unas elecciones democráticas en Venezuela?
En un comunicado que dieron a conocer las partes, el tema del país vecino se mencionó de último, pero fue el más importante, según trascendió. Fuentes dijeron que la comitiva que envió Joe Biden quería pedirle cuentas a Petro de los compromisos adquiridos como garante de la democracia y la realización de elecciones libres en el país gobernado por Nicolás Maduro.
Lo que sí es cierto es que la apertura de esta nueva puerta “diplomática”, con la visita de la delegación estadounidense, se suma a la lista de temas en que el presidente Petro actúa como mediador, a veces oficial, a veces espontáneo y a veces imprudente, según diferentes análisis.
La nota de prensa reseñó la conversación entre Petro y Finer como un diálogo “en profundidad sobre la situación en Venezuela” y la reafirmación de “la importancia de implementar todos los elementos del Acuerdo de Barbados y de trabajar junto con todas las partes para cumplir con la hoja de ruta electoral acordada”.
Es decir, una especie de recordatorio o mensaje en interpuesta persona para que Maduro cumpla con lo pactado en octubre de 2023 con los representantes de la oposición venezolana, cuando se habló de las garantías electorales y derechos políticos que se traducen en el compromiso de unas elecciones libres y justas este año en Venezuela. Pacto que, prácticamente, se derrumbó con las sanciones anunciadas por las autoridades venezolanas en contra de la candidata líder de la oposición María Corina Machado y que provocaron el anuncio de la reactivación de sanciones por parte de Estados Unidos, las cuales habían sido levantadas temporalmente en el tema del petróleo y el gas.
El papel determinante de Colombia lo planteó también el director González, en una entrevista con Bloomberg, cuando reiteró que Estados Unidos le había pedido a Petro que sirviera como mediador en la resolución de los problemas políticos en Venezuela, tarea que no luce nada fácil con las últimas declaraciones de Nicolás Maduro, en las que dijo que “ganará por las buenas o por las malas”. Y la respuesta de Machado, quien dijo que la actitud de Maduro era “de guapetón de barrio”, lo que demostraría que, según la líder política, que “no está fuerte como antes”.
“Colombia puede servir como un puente importante, no solo para construir el diálogo entre la oposición y el chavismo, sino también, francamente, entre nosotros y Venezuela”, sostuvo González.
González dejó claro que para su Gobierno es importante que todos los candidatos a la presidencia, incluyendo a María Corina Machado, puedan participar de la contienda electoral. “Lo que nos importa es el proceso, no el candidato”, afirmó el alto funcionario.
El pedido estadounidense hacia el gobierno colombiano se da, luego de que desde Venezuela se incumplieran, según ellos, con algunos tratos que ya habían pactado frente a diferentes temas, tras las declaraciones de Nicolás Maduro, donde afirmó que “el poder del pueblo va a ganar por las buenas o por las malas”, refiriéndose a las elecciones.
El problema es que ni el presidente Petro ni su Gobierno se ha pronunciado de manera oficial sobre las sanciones anunciadas por Maduro contra Machado y más allá del comunicado conjunto de la reunión el presidente no ha dicho nada de la discusión sobre la situación de la líder opositora venezolana.
Según los altos funcionarios, para Estados Unidos es importante que Venezuela continúe por el camino electoral con el objetivo de mantener los acuerdos anteriormente pactados con el régimen de Caracas, para seguir recepcionando los vuelos de deportados venezolanos desde Estados Unidos.
El tema de Venezuela es clave para Estados Unidos, entre otras cosas por la crisis migratoria que se ha originado por la situación económica causado por el régimen de Maduro.
Además, entre las conversaciones sostenidas en la Casa de Nariño, por Petro y la delegación de Biden, también se habló de “los planes para trabajar por la migración internacional irregular de una manera segura, ordenada y humana, a través de un enfoque regional”, que tuvieron como eje de análisis los actuales esfuerzos conjuntos, enmarcados en la Declaración de Los Ángeles sobre Migración.
Israel sí, pero no
La visita y esta especie de “repaso de tabla” de Estados Unidos llega para el mandatario nacional después del cruce de mensajes con el gobierno de Israel por una solicitud como mediador para la liberación de secuestrados en poder de Hamás, y la respuesta de Petro dejando claro su rechazo a “actos que supongan la eliminación del otro”, lo que para algunos fue un mensaje cifrado y lleno de indirectas para expresar su negativa.
Así que Petro no respondió que sí ni que no al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Y, prácticamente, solo se refirió al caso de Elkana Bohbot, un ciudadano israelí secuestrado por Hamás, que está casado con la colombiana Rebecca González y a quien el presidente de Colombia anunció que le había otorgado la nacionalidad “con el fin de facilitar su liberación”.
En el final de la respuesta a Netanyahu, Petro no solo reiteró el nombre de Colombia como promotor de la paz, sino que dijo que el país “no ahorrará esfuerzo alguno para que la paz sea una realidad en el planeta que habitamos en común”, lo que también algunos leyeron como una indirecta contra las acciones que ejecuta Israel en la Franja de Gaza.
Lo cierto es que la pregunta que queda suelta es si el presidente Petro podrá con las exigencias de la agenda de la Paz Total ardiendo en el interior país de manera paralela con la agenda que ha sumido como mediador de conflictos en el plano internacional que no parecen tener fáciles salidas.
Otros puntos del encuentro
Durante la reunión en la Casa de Nariño, los gobiernos de Colombia y Estados Unidos también ratificaron su compromiso continuo con el fortalecimiento de la competitividad regional y el aumento de la inversión a través de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas.
El presidente Petro y el consejero Finer, según señalaron los quipos de prensa, coincidieron en la importancia de acelerar la implementación del Acuerdo de Paz de 2016 firmado con las Farc, para tratar de fortalecer el acceso a la seguridad, las instituciones democráticas y las oportunidades económicas de los colombianos.