Luis Alfredo Garavito Cubillos, considerado uno de los asesinos en serie más notorios de Colombia, murió este jueves 12 de octubre, en Valledupar, a los 66 años, debido a múltiples afecciones que padecía.
“El Monstruo de Génova” estuvo recluido en la cárcel La Tramacúa de Valledupar, considerada una de las penitenciarías más seguras, desde 2002 y enfrentaba una serie de cargos que incluían actos sexuales violentos, homicidio, acceso carnal violento, secuestro simple e incendio culposo.
También conocido como “La Bestia” conmocionó a la nación por los horribles homicidios de más de 180 niños y adolescentes en 11 departamentos del país.
Los crímenes fueron perpetrados en la década del 90, hasta su captura en 1999 por parte del CTI de la Fiscalía. La justicia colombiana lo condenó a 40 años de cárcel por su responsabilidad en el acceso carnal, violento y asesinato de 143 niños y adolescentes, entre los 8 y 16 años de edad.
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Garavito Cubillos, quien alguna vez sembró el terror en comunidades de todo Colombia, tomó un camino que lo llevó, en sus últimos años, a la fe. Bajo la influencia de la Iglesia Pentecostal Unida de Colombia, recibió la bendición del pastor superior y se convirtió en un seguidor de la fe cristiana.
Este asesino en serie, responsable de abusar a cerca de 200 menores en más de 30 municipios de Colombia a lo largo de siete años, pasó de ser uno de los criminales más despiadados en la historia del país a un individuo dedicado a la oración y la espiritualidad. Según los periodistas que lo visitaban para entrevistarlo, Garavito había manifestado su intención de casarse y rehacer su vida.