A escasos 30 metros de una laguna en la que los labriegos de la vereda Monos, en los límites entre Amalfi y Vegachí, pescan y lavan sus animales, los vestigios de una camioneta consumida por las llamas estorban para el paso de las mulas o el ganado que llevan a pastar los campesinos.
Un poco más adentro, en una zona boscosa, tres gorras y un reguero de sangre señalan el sitio exacto en el que el pasado martes fueron asesinadas cinco personas en extrañas circunstancias que aún no están claras ni para las autoridades ni para los moradores de la región.
Esta masacre pasa por un sinnúmero de contradicciones que no ayudan a esclarecer los autores y móviles y, por el contrario, generan confusión y temor entre los habitantes de esta población.
Las versiones del asesinato pasan desde los señalamientos de que los cinco hombres al parecer habían cerrado un negocio con el Clan del Golfo y se dirigían a Medellín por la vía de Amalfi donde fueron interceptados por dos motocicletas que los obligaron a devolverse hasta el sitio donde fueron masacrados. Así lo contó a EL COLOMBIANO un labriego quien pidió reserva del nombre por seguridad, pues en esta zona hay presencia del Eln y del Clan.
“Vimos pasar el carro, pero después lo devolvieron dos motos, una adelante y otra atrás; minutos más tarde, pasaron las motos voladas para abajo”, recuerda el campesino.
Con esa información, las autoridades policiales y civiles indicaron que al parecer las cinco personas habrían viajado a la zona para cerrar una transacción, como lo expresó el comandante (e) de Policía Antioquia, coronel Uriel Mauricio Mariño. “El martes hacia el mediodía, según informaciones obtenidas a través de unos familiares, se dirigían a esa zona a realizar algún tipo de negocio, pero es tema de esclarecimiento”.