La pelea del presidente Gustavo Petro con la prensa del país sigue escalando. Ya no solo arremete contra periodistas, medios de comunicación o portales de investigación, sino que ahora lo hace contra la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), cuya misión paradójicamente es proteger y velar por el libre ejercicio periodístico.
“¿Y cuándo la Flip de Pacho Santos defenderá la ciudadanía contra la calumnia vestida de información?”, escribió el jefe de Estado en su red social X (Twitter), al hacer referencia al periodista y político Francisco Santos.
La situación es grave y pareciera llevar al periodismo colombiano a un escenario tan peligroso como impredecible. Es apenas una de las conclusiones que sobre la situación entregó, en entrevista con este diario, Jonathan Bock, director de la FLIP.
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¿Inició una estrategia por parte del Gobierno con miras a debilitar la libertad de prensa en Colombia?
“Pues el clima actual entre el presidente Gustavo Petro y el periodismo tiene sin duda un impacto negativo en el ejercicio periodístico y va calando y va generando un clima hostil hacia el trabajo periodístico. La libertad de prensa no se acaba de un día para otro sino que es un proceso que va minando la confianza en el periodismo y la narrativa que está teniendo el presidente Petro en este momento pues contribuye a eso, entonces en ese sentido sí veo que hay un ambiente hostil hacia el ejercicio periodístico”.
El presidente tiene miles de seguidores y fanáticos en todo el país. Cuando dice en sus redes sociales que la prensa intenta destruir su Gobierno, ¿qué tanto pone en riesgo a los periodistas en las calles y regiones?
“Claro que los pone en mucho riesgo, porque es llevar todo a una dinámica de política, es calificar como adversarios políticos a los medios de comunicación. Cuando el presidente dice que sectores de la prensa están detrás de un golpe blando en contra de su Gobierno, que se oponen a sus políticas, al cambio, pues eso es generar un posicionamiento de un actor político. Tildar de enemigos a un sector del periodismo genera ese riesgo y busca generar que la parte de la ciudadanía, particularmente sus seguidores, entienda como contradictores políticos a sectores de los medios”.
¿Es usual que los gobiernos arrojen a la prensa a escenarios tan vulnerables y de riesgo como en el que están hoy algunos periodistas mencionados por el presidente en sus redes sociales?
“Es usual que existan tensiones entre presidentes o funcionarios públicos y medios de comunicación porque el periodismo está llamado a hacerle veeduría al poder. Sin embargo, por eso mismo existen unas reglas de juego que llaman a que el presidente sea más tolerante con la crítica, a que sea tolerante con el escrutinio público, a que tenga que limitar sus opiniones desfavorables y que tenga que generar un clima favorable para el trabajo de la prensa y cuando esas reglas de juego no se cumplen es cuando tenemos una tensión que puede fomentar la violencia contra los periodistas. Y es eso lo que hoy está pasando, no se están respetando las reglas.
Por eso, estamos en un momento difícil en el que si esta es la dinámica que va a continuar durante el Gobierno del presidente Petro, pues vamos a llegar a unos niveles que realmente no hemos visto antes y que seguramente seguirán escalando este nivel de agresividad contra los periodistas”.
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Justamente, si se tratara de una estrategia política del Gobierno, ¿cuál sería el resultado? ¿Qué es lo que quieren lograr?
“Ese un planteamiento que es importante que nos resuelva el mismo Gobierno, porque ya vimos que esta dinámica de confrontación va más allá de una confrontación por contenidos, más allá de unas dinámicas normales. Lo que vemos es que está estigmatizando y está poniendo también unos adjetivos y unos descalificativos a los medios de comunicación, pues ahí no se ve nada propositivo para fortalecer el periodismo, sino que por el contrario busca es debilitarlo. Entonces la pregunta al Gobierno es ¿cuál es su intención con esta crítica constante y con estos ataques constantes y cuál es entonces la propuesta que hay del Gobierno frente a los medios de comunicación?”
Entonces sí están justificados los temores de los periodistas, sobre todo los mencionados con nombres propios por el presidente...
“Sí, por supuesto. Si miramos el caso más reciente, el de María Jimena Duzán, pues ella ha advertido públicamente que después de estos mensajes por parte del presidente, después de los mensajes por parte de Laura Sarabia, ella ha recibido amenazas. Entonces es casi que un ciclo que es fácil de identificar, que hemos documentado, que se están haciendo esas advertencias. Entonces por supuesto que hay muchísimos periodistas que tienen ese temor y ese riesgo o esa preocupación de que esto se convierta en un riesgo que siga en aumento y que siga creciendo”.
Recientemente el presidente los mencionó en sus redes sociales, hizo cuestionamientos a su labor. ¿Qué van a hacer frente a eso?
“Pues nosotros hemos insistido en tener una reunión con el presidente. También hemos elevado esta situación a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, hemos elevado a otras organizaciones internacionales para que esto también sea un mensaje que le llegue al presidente por parte de otros sectores que se visibilice la gravedad de que estos ataques se prolonguen. Es grave porque él busca deslegitimar nuestra labor, hacer ver que estamos parcializados o actuamos en el sentido de afectarlo. Y no es así, pero ya se genera entonces el ruido al rededor nuestro”.
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¿También sienten temor?
“Se trató de un ataque a la institución, a las figuras más representativas de la organización, a la presidenta Ana Cristina Restrepo, y a mí. También ha habido ataques en redes sociales, donde nos asocian con el paramilitarismo y pues en un nivel de hostigamiento y de violencia que, por supuesto, intimida”.
¿Se impone sobre la prensa un discurso agresivo más que garantista?
“Por supuesto, y eso es algo que, en su visita la Comisión Interamericana advirtió, que este nivel de agresividad en la discusión pública pues termina también teniendo estos impactos, un impacto que aumenta la violencia, aumenta el riesgo y la vulnerabilidad de los periodistas y de representantes de organizaciones de la sociedad civil”.
¿Por qué es peligroso para un país perder la libertad de prensa?
“La libertad de prensa es lo que enriquece a una comunidad, a una democracia en el sentido en que el mecanismo, el vehículo para tramitar diferentes opiniones, para poder hacer veeduría a los diferentes poderes, para que como sociedad podamos tener una diversidad de información. Y cuando eso deja de ocurrir entramos en unos escenarios de censura que lo que hace es precisamente fortalecer a regiones autoritarias”.
Tal como pasa en otros países de la región como Venezuela. ¿Hacía allá vamos?
“No quisiera hacer esa comparación. Lo que sí está claro es que el respeto hacia la prensa es una muestra, es casi un semáforo de qué tan tolerante es un gobierno y que tantas facilidades o garantías hay para el ejercicio periodístico. Y en la medida que vemos que aquí ese ambiente se está volviendo más hostil, pues lo que se traduce es que se están reduciendo esas garantías para el ejercicio periodístico”.
Finalmente, ¿cómo está el panorama en las regiones más afectadas por la violencia en cuanto a las garantías para el ejercicio periodístico?
“Ese es un punto central y muy importante. Nosotros hemos reiterado, que, justamente, esta narrativa por parte del presidente en contra del periodismo en general sucede en una coyuntura de un aumento de violencia y de ataques contra periodistas. En los últimos 19 meses cinco periodistas han sido asesinados.
Esa es una cifra altísima que no sucedía hace muchos años en Colombia. En lo que va el año, más de 110 periodistas han sido amenazados. En muchos casos tienen que salir de sus ciudades y hay unas regiones que son muy críticas.
En Norte de Santander, Arauca, Nariño, Putumayo, Antioquia la situación es realmente riesgosa y preocupante por la cantidad de ataques y de amenazas, muchas veces también de funcionarios públicos, no solamente por parte de grupos armados, sino de funcionarios públicos. Entonces es, como digo, un momento de violencia donde el objetivo principal o el interés principal por parte del Gobierno debería ser atender esos casos, reducir estos niveles de violencia hacia los periodistas que cumplen una labor esencial para una comunidad y para una democracia”.