Durante la Alcaldía de Petro en Bogotá, fue secretario privado, secretario de Gobierno encargado y secretario de Integración Social. Proviene de la izquierda, pero quienes lo conocen aseguran que es conciliador y genera puentes con otros sectores.
La Casa de Nariño, como el poder, es fría y solitaria. El propio presidente Gustavo Petro lo ha dicho varias veces: “En Palacio no nos vamos a quedar, es frío, helado y feo... asustan”. Pero en el tercer piso de la sede de Gobierno, a menos de tres metros del despacho presidencial, hay una oficina que hace sentir menos solo al mandatario de turno.
Le puede interesar: Laura Sarabia llega a la Cancillería y Jorge Rojas será el nuevo director del Dapre
El cargo ha cambiado de nombres y protagonistas: jefe de gabinete, jefe de despacho presidencial y dirección del Dapre. En los tres hay un nombre que se repite: Laura Sarabia. Bajo este Gobierno, la joven politóloga de 30 años ha escalado hasta convertirse en una de las funcionarias más poderosas.
Antes de trabajar junto a Petro, y convertirse en su mano derecha, trabajó como secretaria de cuestionado congresista Armando Benedetti en su UTL (Unidad de Trabajo Legislativo).
Ahora, años y controversias después, es su jefa, pues Benedetti aterrizó en paracaídas para ser asesor presidencial. Eso, sin embargo, va a cambiar porque Sarabia será la próxima ministra de Relaciones Exteriores del Gobierno. Benedetti seguirá en Palacio, pero el reemplazo que deja la politóloga será ocupado por Jorge Rojas Rodríguez, actual vicecanciller.
Según pudo establecer este diario, la salida de Sarabia del Dapre se dio en buenos términos con el primer mandatario e incluso, se trataba de un movimiento que se venía hablando desde semanas atrás. Lo anterior, en contravía de los rumores que daban cuenta de supuestos choques y diferencias entre Petro y la funcionaria.
El presidente decidió pasar los últimos meses de mandato junto a un hombre de absoluta confianza. Rojas es un comunicador social y defensor derechos humanos que ha militado en la izquierda. Incluso, fue candidato de la Colombia Humana a la Alcaldía de Bogotá. Pero antes, ya había sido secretario privado, secretario de Gobierno encargado y secretario de Integración Social cuando el hoy presidente Petro fue alcalde.
Todos esos cargos evidencian la cercanía y confianza entre ambos. Entre otras, porque Rojas logró materializar en la Secretaría de Integración Social la apuesta del alcalde frente a comunidades vulnerables como los habitantes de calle, una población porque la que Petro siempre se ha interesado.
Rojas apoyó a Petro en las campañas de 2018 y 2022 y al inicio del mandato fue nombrado como embajador de Colombia ante la Unión Europea con sede en Bruselas, ciudad en la que vivió Petro en los noventa.
Luego, en junio del año pasado, fue nombrado como vicecanciller y Luis Gilberto Murillo como canciller. De Rojas, personas que lo conocen, dicen que es conciliador y prudente. “Reúne características que dan tranquilidad a la izquierda, pero también genera puentes con otros sectores. No sé si mejor que Laura (Sarabia), pero es bueno”, le dijo a este diario una fuente del Pacto Histórico que prefiere no revelar su identidad.
En efecto, Rojas proviene de la entraña de la izquierda y en teoría rompería el fuego amigo que se venía librando entre Sarabia y varios ex M-19 como Augusto Rodríguez, director de la Unidad Nacional de Protección (UNP) o Jorge Lemus, director de la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI). Antes, también, con Carlos Ramón González, que fue director del Dapre y de la DNI y renunció a su cargo por estar salpicado en el escándalo de corrupción de la UNGRD.
Rojas podría dar tranquilidad a los sectores más de izquierda que han trabajado con Petro desde hace décadas. Pero también a otros más de centro o derecha, incluyendo sectores empresariales con los que Sarabia tiene la mejor relación.
Está por verse, de todos modos, qué tanto Sarabia perderá su influencia sobre el jefe de Estado al pasar a la Cancillería. Parece que no, según fuentes de Presidencia. Al contrario: al convertirse en la canciller más joven de la historia de Colombia, pareciera que Sarabia está con todo en todas partes al mismo tiempo.
Siga leyendo: Así está el pulso entre “petristas” que quieren competir en las elecciones presidenciales del 2026
