El drama de los niños reclutados por los grupos armados al margen de la ley vuelve a prender las alertas en el país, luego de que autoridades locales dieran a conocer el incremento de este hecho violento, afectando principalmente a indígenas, campesinos y comunidades que habitan las zonas rurales del país.
Una vez son forzados a engrosar sus filas, los grupos guerrilleros someten a los menores a toda clase de maltratos y de abusos, además de vulnerar sus derechos más fundamentales, empezando por el derecho a la vida.
Fue esto lo que contó un adolescente indígena de 17 años luego de ser rescatado por miembros del Ejército Nacional en zona rural de Puerto Guzmán, Putumayo.
Conmocionado, el menor contó que fue sacado de su casa cuando tenía 14 años de edad por disidentes de la estructura Carolina Ramírez del Estado Mayor Central; desde ese momento comenzó a ser víctima de malos tratos y abusos a manos de sus superiores y otros integrantes, dice que lo que más le impactó y que a su vez lo motivó a escapar fue el hecho de ser enviado a los combates y a los constantes enfrentamientos con otras guerrilleras por el control del territorio. Su vida estaba en constante peligro, dijo a los militares.
Una vez estuvo bajo la protección de las tropas de la Vigésima Séptima Brigada de Selva del Ejército Nacional, el joven fue evacuado de la zona y puesto a disposición del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para el restablecimiento de sus derechos.
Según las autoridades, este es el segundo menor de edad que las tropas recuperan en menos de una semana en esa región del departamento del Putumayo, al sur del país. En todo el 2024, van 25.
A propósito de esto, hace apenas un día el personero del municipio de Tame, Arauca, manifestó su preocupación por el incremento de reclutamiento de niños en su departamento y clamó del Gobierno Nacional la exigencia, en los diálogos de paz con el ELN y EMC, el cese de este accionar criminal.