Uno de los retos del nuevo gobierno de Gustavo Petro será la aprobación de su reforma tributaria, proyecto que debe pasar por el Legislativo y que pretende recaudar los fondos para financiar los proyectos sociales y de inversión de los próximos cuatro años. Durante su posesión presidencial, el jefe de Estado aclaró que los impuestos “no serán confiscatorios”.
“Los impuestos no serán confiscatorios, simplemente serán justos, en un país que debe reconocer como aberración la enorme desigualdad social en la que vivimos, en un Estado que debe proteger la transparencia del gasto, y en una sociedad que se merece vivir en paz”, aclaró el jefe de Estado.
La cartera de Hacienda es asumida este 7 de agosto por el economista José Antonio Ocampo. La posible reforma tributaria, que tramitaría el nuevo gobierno ante el Congreso, podría contener impuestos a las pensiones altas, reformar el impuesto a los dividendos y continuar con la sobretasa al sistema financiero.
El presidente Petro, salió al paso a los temerosos, y aseguró que los impuestos son el pago solidario de los afortunados a una sociedad que le permite y le garantiza la fortuna.
“Si somos capaces de llevar una parte de la riqueza que se crea, a los niños y niñas desnutridas a través de algo tan simple como pagar los impuestos de ley, seremos más justos y estaremos más en paz. No es un asunto solo de caridad, es un asunto de solidaridad”, señaló.
El mandatario invitó a los aportantes a contribuir con sus impuestos con gusto y orgullo porque sabrá que “ayudará a su prójimo niño, niña, bebé, joven, mujer, a crecer sano, a pensar, a vivir con la plenitud que da la nutrición y la educación del cerebro y del alma”.