Fernando Ruiz Gómez, desde este momento, oficia como ministro de Salud de Colombia, luego de haber tomado posesión de su cargo ante el presidente Iván Duque.
Ruiz Gómez fue anunciado hace tres semanas por el presidente, en remplazo de Juan Pablo Uribe, quien renunció en diciembre pasado.
En el cargo estuvo hasta este lunes Iván Darío González, quien debió hacerle frente a la preparación del país para encarar la posible llegada del coronavirus, que ha permitido descartar 20 casos sospechosos en Colombia.
Ruiz Gómez es médico y máster en Economía de la Universidad Javeriana, fue viceministro de Salud del gobierno anterior, cuenta con un máster en Salud Pública y Salud Ocupacional de la Harvard School of Public Health, en Boston y, antes de llegar a este cargo,fue director Científico del proyecto del Centro de Tratamiento e Investigación sobre Cáncer.
Entre sus tareas aparecen mantener los controles médicos por el coronavirus, lograr la sosteniblidad del sistema de salud, sanear las deudas con hospitales, entre otros aspectos.
Ruiz Gómez llega al Ministerio de Salud, como representante de Cambio Radical, línea de Germán Vargas Lleras. Aunque hizo parte del sonajero inicial, luego su nombre dejó de sonar y ganaron eco Dilian Francisca Toro, de La U, y Alexander Moscoso, de Cambio, pero de la Casa Char y quien finalmente fue designado como viceministro.
Entre sus retos, expertos como Augusto Galán, director del observatorio Así vamos en salud; Jaime Arias, exministro de Salud, y Olga Lucía Zuluaga, presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas Sociales del Estado y Hospitales Público (Acesi), coinciden en que deberá mejorar la cobertura, en especial en lo rural, donde aún falta que se llegue con toda la fuerza el Estado. Arias, por su parte, expresa que aterriza un funcionario técnico, que aunque es cuota de un partido, no tiene intereses políticos.
Otra tarea será cumplir con el Acuerdo de Punto Final, que fue adelantado por el exministro Uribe, pero que aún hoy tiene problemas, como en Antioquia, región que sigue reclamando el giro de alrededor de $130 millones para sanear las deudas del sector.
Zuluaga señala que “con él se gestó toda la política de atención en salud que hoy se conoce como Maite y tiene grandes retos, principalmente en la financiación de la red pública hospitalaria para responder a los retos que traerá la política nacional de atención de salud en el sector rural”.
Ruiz Gómez también fue clave en los conceptos que emitió en ese entonces el Minsalud para suspender las aspersiones de glifosato, decisión con la que el actual grueso de representantes del partido de gobierno no está de acuerdo y que fue una petición del presidente Donald Trump durante la reunión que tuvo con el presidente Duque ayer en Estados Unidos.
Al consultarles a los analistas cómo actuará el nuevo ministro dicen que su prioridad siempre será “la médica y salubrista”, aunque reconocen que será difícil afrontar el debate del glifosato.