Érika Aponte, una joven de 26 años y madre de un niño, había pedido el auxilio de las autoridades para tratar de detener a su agresor, Christian Camilo Rincón Díaz. La mujer había decidido darle fin a una relación de once años.
Sobre las 5:15 de la tarde de este domingo llegó Rincón Díaz hasta el local donde trabajaba su expareja. Después de una discusión, el asesino desenfundó un arma y le propinó dos disparos mortales a la mujer. Luego, se arrodilló y tiró del gatillo para tratar de suicidarse. De acuerdo con las autoridades, el criminal tenía todo planeado.
“El psicópata con el que vivía planeó, claramente, su acción. El domingo estaba de descanso y aun así se vistió con el uniforme de su empresa, adquirió un revolver de manera ilegal, ingresó hasta el sitio donde trabajaba y la asesinó”, detalló la alcaldesa de Bogotá, Claudia López.
Lea más: Murió el hombre que asesinó a Érika Aponte en centro comercial de Bogotá
Familiares de la víctima le habían narrado a RCN Radio que la relación de Aponte y Rincón venía deteriorada desde hace tres años. La mujer decidió denunciar su situación el pasado jueves 11 de mayo.
“Acudió a la casa de Justicia de Usme, la atendimos, le ofrecimos asistencia psicosocial y jurídica y la máxima protección que estaba en riesgo de feminicidio y era trasladarla a ella hasta una casa refugio”, detalló López.
De acuerdo con las autoridades, Érika desistió de ir a una casa refugio y argumentó que ya se había mudado hasta el municipio de Soacha, donde vivía con su padre y hermano.
Entérese: ¿Quiénes eran las personas involucradas en disparos en centro comercial de Bogotá? Esto se sabe
Las Comisaría de Familia determinó que Rincón Díaz debía cesar los actos de violencia e intimidación contra Érika y su hijo, además, se le prohibió el acercamiento a la vivienda y lugar de trabajo de la mujer.
Sin embargo, las medidas del Estado no se materializaron. La Policía de Soacha se puso en contacto con la mujer el pasado sábado 13 de mayo para hacer efectivas las medidas de protección, un día después, el feminicida actuó.
Érika Aponte dejó un niño de siete años, será Bienestar Familiar quien le otorgue medidas de protección al menor.
“Nadie puede juzgar a Erika. Solo ella sabía sus circunstancias. Insistimos a todas las mujeres que no tienen por qué aceptar ninguna agresión. A la primera y menor señal cuenten y pidan ayuda en la línea púrpura, en las casas de justicia o Comisarías de familia. ¡No están solas!”, puntualizó la alcaldesa López.