Después de tres años de desplazamiento, 300 familias del Bajo Calima, en el departamento de Valle del Cauca, han retornado a su territorio con la esperanza de no tener que vivir de nuevo una situación de violencia.
Pertenecientes a las comunidades del río Nueva Esperanza, Ceibito, San Isidro y Guadual, comenzaron el retorno el viernes 14 de junio, y se concretó tras la decisión conjunta de las familias y el apoyo de diversas entidades, luego de que estos se encontraban albergadas en albergues de Buenaventura.
“Volver es tener futuro, es nacer de nuevo. Estar en el hogar es lo mejor que me puede pasar. Estar en mi pueblo, Ceibitos, es una alegría profunda y allá me quiero quedar”, expresó Édgar Manyoma Hurtado, uno de los habitantes más antiguos de este territorio.
Patricia Tobón Yagarí, directora de la Unidad para las Víctimas, acompañó el retorno y se refirió a los desafíos que aún existen en la región y en especial en el departamento, “Tenemos muchos desafíos y debemos avanzar en la mayor presencia del Estado para estas comunidades y recuperar sus proyectos de vida. En eso estamos trabajando de manera decidida”. Este retorno se suma al esfuerzo de diciembre pasado con la comunidad de Santa Rosa de Guayacán, cuyas 31 familias también regresaron al territorio en la cuenca del Calima.
El territorio del Bajo Calima ha sido priorizado por el Gobierno nacional para acciones integrales que buscan la restitución de derechos fundamentales y colectivos. Este proceso apunta a generar permanencia en los lugares de origen, la recuperación de la identidad cultural y el arraigo en los territorios, con un enfoque diferencial para mujeres, niños y adolescentes.
Sin embargo, es crucial mencionar que el departamento del Valle del Cauca fue el tercero con más eventos de desplazamiento forzado para el año 2023, después de Chocó y Nariño.
La Defensoría del Pueblo ha alertado sobre el recrudecimiento del conflicto armado en la región, debido al control territorial de grupos armados ilegales y el ingreso de nuevas estructuras. Según Indepaz, en esta región delinquen los frentes Dagoberto Ramos de las disidencias de las Farc, bandas locales y posiblemente el Estado Mayor Central de las Farc a través del Frente 57.