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“El Partido Liberal no es petrista, ni es cercano al petrismo”: Andrés Calle, presidente de la Cámara

El congresista liberal se refiere a su relación con el presidente y –así como priorizó la reforma a la salud–, ahora vaticina que la reforma a la educación superior “no da espera”.

  • Frente al asedio a la Corte, Calle aseguró que “no debe ser presionada” para escoger al próximo fiscal General de la Nación. FOTO Lina Gasca - Colprensa
    Frente al asedio a la Corte, Calle aseguró que “no debe ser presionada” para escoger al próximo fiscal General de la Nación. FOTO Lina Gasca - Colprensa
18 de febrero de 2024
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El pasado viernes –tras una reforma constitucional que adelantó el periodo legislativo un mes–, el Congreso reanudó sesiones. Sin embargo, el país no atraviesa una coyuntura cualquiera. Sin mayorías y contagiado por una impopularidad rampante, el gobierno de Gustavo Petro se la juega por sacar adelante sus ambiciosas reformas.

Una de ellas es la reforma a la salud que, tras su paso por la Cámara, ahora aterriza al Senado. Durante su trámite el controvertido proyecto contó con un aliado clave: el presidente de la Cámara, Andrés Calle. En diálogo con EL COLOMBIANO responde a quienes lo señalan de dar prelación a ese proyecto por encima de los de sus compañeros. Advierte que la reforma a la educación –otro de los grandes proyectos del Ejecutivo y que ahora llega a plenaria–, no da espera, por lo que ese sería el foco durante este semestre. Anuncia más debates de control político, dice acompañar a Petro pero sin ser petrista y defiende la colaboración armónica de poderes.

¿Cuáles son los grandes proyectos que se tramitarán durante este semestre legislativo que arranca este viernes?

Hoy tenemos ya en la plenaria cerca de 139 proyectos de ley, los cuales en su mayoría son de iniciativa de los congresistas. Tenemos que avanzar en debates de control político: hay cerca de 13 que aún no se han dado. Esperamos nos dé la agenda para avanzar en todos. Si no, buscaremos con los diferentes voceros de las bancadas cuáles son los priorizados.

El primero que daremos será sobre la crisis energética, que se presenta especialmente en zonas del Caribe. Tres grupos de parlamentarios nos han solicitado el mismo debate. Es un llamado de atención a la mesa directiva y se dará el debate que corresponde a la mayor prontitud. Los parlamentarios llegan y deben estudiar de manera suficiente y hacer la citación pertinente a los ministros para que se programen.

¿Qué proyecto en particular sería priorizado?

Hay muchos proyectos de los congresistas. La prioridad no la marcamos nosotros, la marcan los voceros y por eso tenemos reunión con ellos la próxima semana, para que sean quienes digan cuál es la prioridad de las bancadas. Hay proyectos en materia ambiental, infraestructura, salud, educación o economía.

Y a usted en particular, ¿le llama la atención alguno puntual?

Hay temas que no deben dar espera, como la educación superior. La reforma no da espera. Hay que avanzar y creo que es la intención de los congresistas: que podamos conducir a este país hacia mayor oferta educativa en los territorios. En eso nos enfocaremos de manera primordial.

¿Qué balance hace de su presidencia en 2023? Hubo quienes criticaron que únicamente se enfocó en la reforma a la salud del Gobierno y dejó de lado los proyectos de sus colegas.

Fue un semestre de mucho aprendizaje para todos. El Congreso cuenta con una cantidad de matices y vertientes, por lo que tenemos que buscar acuerdos y consensos, pero no podemos huirle a los debates. Iniciamos una legislatura con debates de congresistas, con proyectos de ellos e hicimos cerca de cinco debates de control político, pero cuando llegó la reforma a la salud –que llama la atención de todo el país y de muchos sectores que ven beneficiados o perjudicados por la reforma, como sectores económicos, pacientes, profesionales y diferentes gremios–, se debía dar un debate amplío y suficiente.

Por supuesto, eso detuvo por un momento muy considerable la agenda legislativa. No es una decisión mía retirarlo o no, es una decisión de la plenaria si aprueba o no las iniciativas. Mi trabajo como presidente de la Corporación es garantizar que todas las voces sean escuchadas: que las minorías tengan la importancia que les corresponde, pero que finalmente sean las mayorías quienes tomen las decisiones.

¿No cree que esa atención a ese proyecto estuvo en detrimento de otras iniciativas parlamentarias?

La atención no es del presidente de la Corporación, ni de la mesa directiva. La atención es de la plenaria, que se tomó los tiempos que consideró necesarios y suficientes. No podía ser yo quien detuviera o –como algunos malintencionados dijeron–, permitir que se votara a pupitrazo. Eso no se hizo en el Congreso. Se votó por bloques que tenían una relación, pero lo que se hizo fue medir los tiempos que tenía la plenaria. El debate debía darse de manera amplia y jamás se corrió para tratar de limitar el tiempo.

He vivido experiencias aquí en las que hay proyectos de esta magnitud, en cuanto al articulado, la extensión y su importancia, que se votan en una semana. Nosotros no lo hicimos en una semana, lo hicimos en tres meses y medio. Además, se había llevado dos meses de la legislatura en la que presidió David Racero. El tiempo lo marcó la plenaria y lo que hicimos fue trabajar más tiempo y con mayor detenimiento para poder darle el debate que correspondía a los otros proyectos.

¿Cómo ve el panorama de esta reforma en el Senado?

El Senado va a dar el debate que corresponde. No puede huirle al debate de la reforma a la salud, que es de gran interés para un sector muy importante de la población que eligió al presidente Gustavo Petro y es necesario llegar a consensos. Por eso no es menor que las leyes de la República se aprueben en cuatro debates y en una concertación final si hay diferentes textos. Creo que en el Senado lograremos mayores consensos para un mejor texto.

Hay quienes pusieron en duda su imparcialidad y lo vieron muy de lado del Gobierno, casi como otro miembro del Pacto Histórico y no como liberal. ¿Qué responde a semejantes señalamientos?

Si bien existe un principio que es la división de poderes públicos, también es cierto que hay un principio del mismo rango que es la colaboración armónica de los poderes. Los tres poderes representamos al Estado y no podemos dividirnos ni fraccionarnos. Requerimos la armonía institucional y ese es el llamado que siempre hemos hecho.

Yo acompañé al presidente Gustavo Petro, pero lo hice como un social-demócrata, no como un líder de izquierda ni un petrista. Lo acompañé con unas ideas liberales de la justicia social y la defensa de la paz. Esa agenda la comparto con el presidente. Sé que es el faro de luz que guía su gobierno, más allá de una cantidad de matices que tienen presencia en lo que es el Gobierno Nacional.

Creo firmemente que el Legislativo tiene que colaborar para que esa intención de la mayoría de los colombianos, que eligió a Petro como su presidente, tengan el debate que corresponde en el seno de la democracia, que es el Congreso.

A propósito del Partido Liberal, ¿cómo está su relación con el expresidente César Gaviria? Usted la semana pasada, tras la controversia por lo ocurrido en la Corte Suprema, tomó distancia de él, quien no se guardó nada contra Petro...

Mi relación con el presidente César Gaviria, jefe de la colectividad, es buena. Siempre ha sido buena y respetuosa. Ha sido un hombre grande en la historia de mi partido: el hombre de la Constitución del 91, que se enfrentó a la derecha colombiana en un momento de la historia y logró sacar adelante al partido.

Pero hoy hay un contexto distinto. Y las voces piden ser escuchadas: los jóvenes en las regiones piden la palabra, los sectores más liberales como los campesinos o sindicalistas quieren participar en el partido de sus orígenes, en el que creen. Por eso no hay que cerrarles las puertas. El llamado que hemos hecho es a que se cumpla la ley y la ley no es otra sino que cada dos años todos los partidos tienen que realizar una convención para escuchar a su militancia, marcar la orientación política y para escoger las dignidades del partido.

¿Es hora de que el expresidente Gaviria dé un paso al costado y permita que otros líderes asuman la dirección?

Mi llamado siempre ha sido a la inclusión del Partido Liberal. La colectividad necesita tener vocación de poder. Somos el partido mayoritario en el Congreso y en el territorio. Y eso ha sido por la inspiración que tiene la ciudadanía que se siente liberal. Eso no puede desaprovecharse. Y por eso traer a esa ciudadanía a la convención nacional será un momento oportuno para orientar al partido a tener la Presidencia de Colombia. Lo creo posible.

Muchos se han ido y quieren volver al Partido Liberal, lo necesitan. Es el momento del liberalismo. Es el contexto propicio para que las ideas liberales gobiernen a Colombia.

Habiendo tantos matices en el partido y tantos choques entre los críticos y los escuderos del Gobierno, ¿no cree que lo mejor sería declararse en independencia?

No lo creo. El liberalismo se siente identificado con unas políticas de justicia social y de paz. En el presidente Gustavo Petro priman las ideas liberales. El partido no es petrista, no está cercano al petrismo. El partido ha defendido unas ideas de siempre: la reforma agraria, la educación superior, la defensa de los campesinos y sindicalistas, y esas políticas están cercanas al presidente. Petro es un hombre de corte liberal y eso compromete al partido a acompañar esas políticas que eligieron los colombianos.

Usted preside uno de los poderes públicos del país. ¿Qué lectura hizo del asedio y bloqueo que sufrieron magistrados de la Corte Suprema dentro del Palacio de Justicia a manos de manifestantes azuzados por Petro?

Desde esta Corporación rechazamos cualquier intento de violencia como forma de hacer política. Eso debe ser rechazado con toda contundencia. La intención de intimidar a cualquier rama del poder público tiene que ser rechazada. Pero la protesta pacífica es un derecho. La ciudadanía tiene que movilizarse y tener todas las garantías.

La mayoría de la población, casi que su totalidad –el 99,9 %– de quienes salieron a marchar lo hicieron de manera pacífica. Hay unos cuantos que trataron de dañar el trabajo de una gran mayoría. Como vimos en los videos, fueron repelidos por parte de la misma comunidad, que rechazó cualquier intento de violencia. El faro de cualquier ciudadano que quiera manifestarse tiene que ser en paz y democracia. Sus propuestas deben ser tenidas en cuenta por todos nosotros. Nuestro apoyo a los manifestantes pacíficos, pero nuestro rechazo contundente a cualquier intento de violencia.

Uno ve al presidente del Senado, Iván Name, rechazando también este tipo de hechos. Emite comunicados, se pronuncia de forma vehemente. ¿Hay una diferencia institucional entre sus pronunciamientos y los de él?

Mi llamado siempre ha sido a la tranquilidad. Los poderes tienen que comportarse en armonía. No podemos ser reaccionarios, ni buscar incendiar las instituciones de nuestro país. Por eso hemos llamado al respeto a la Corte Suprema. No debe ser presionada para tomar una posición. La Corte es sabía y sabe que hay un deber constitucional de elegir un fiscal para cuatro años. Así confío que lo va a hacer, pero presionarla siempre va a ser un error. Hay que respetar esa independencia de nuestra máxima autoridad en materia judicial.

Hemos siempre actuado con la conciencia del deber que nos corresponde. No incendiando al país, ni desestabilizando al Ejecutivo, sino mantener la armonía institucional para cuidar nuestra democracia.

No puedo dejar de preguntarle por su cercanía con la familia Torres. En campaña usted estuvo lado a lado con el representante Dolcey Torres, hermano del controvertido empresario Euclides Torres. ¿Cuál es su relación con ellos?

Dolcey Torres es mi amigo. Es un hombre que respeto por lo que representa en cuanto a su vida y lo que ha construido con su familia, con su esposa y sus hijas, que las conozco. Es un hombre valioso, de valores y principios. Ha hecho empresa en este país. Luego de que llegó a una edad madura decidió –sin necesitarlo–, entrar a este escenario de la política. Lo aprecio como un amigo. Es mi compañero de bancada, a quien valoro y respeto. Es importante para una Corporación como la nuestra.

¿Conoce a Euclides Torres, cercano al polémico embajador Armando Benedetti?

No lo conozco.

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