Pensar en una ciudad sostenible, es imaginar un territorio donde haya calidad de vida pero con justicia ambiental, es decir, que la comodidad de los que viven en esa urbe no signifique la degradación masiva de ecosistemas fundamentales para el bienestar de todos. Pero además de eso, implica que la brecha social sea menor, que se gestionen de mejor manera los residuos y los recursos naturales, y que se optimice el gasto de dinero público.
Estos modelos de ciudades sostenibles se hacen aún más necesarios ante el movimiento poblacional descontrolado hacia las urbes, cuando factores como la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades continúan propiciando el tránsito de personas del campo a las ciudades.
Según un informe de Perspectivas Mundiales de Urbanización publicado por Naciones Unidas, desde mediados de los años 2000 el planeta es más urbano que rural. De acuerdo con cifras del Banco Mundial, hoy más de 4.000 millones de personas (más del 50 % de la población mundial) viven en ciudades y se prevé que para 2050, por cada 100 habitantes en el mundo, 70 vivan en centros urbanos.
Proveer servicios y atender esa inmensa demanda poblacional conlleva innumerables retos y, en ese sentido, la ingeniería cumple un papel fundamental para el desarrollo de modelos sostenibles que se puedan implementar en las ciudades: desde la intervención tecnológica, que abarca temas como la conectividad en comunicaciones y los servicios públicos, hasta los mismos métodos constructivos que hacen más eficientes las nuevas infraestructuras, respetando las áreas naturales, así como optimizando recursos.
En Colombia, por ejemplo, desde 2018 se reglamentan acciones para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una iniciativa firmada por 193 países, que busca cumplir, a 2030, 17 metas que apuntan a mitigar el impacto dañino de la población global sobre el planeta.
Argelino Durán Ariza, presidente de la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), aseguró en un comunicado emitido por esa agremiación, que la sostenibilidad en el país debe exigirse desde el punto de vista ambiental, social y económico: “Los proyectos de infraestructura deben caracterizarse por ir más allá de un cierre financiero (...) Se ha avanzado en establecer criterios de sostenibilidad promoviendo el uso de nuevos materiales, especificaciones técnicas de diseño más eficiente y nuevas tecnologías de iluminación, entre otros”.