Por Lina Marcela Velásquez Ríos
El juego, más allá del ocio y la diversión, es una herramienta didáctica a través de la cual se puede conducir el aprendizaje de diferentes temas, desde valores y asuntos cotidianos, hasta conocimientos específicos que hacen parte del contexto educativo.
Para Ana Victoria Villa Bedoya, directora del departamento de Familia del Preescolar Carrizales, el juego es una actividad a través de la cual el niño socializa e interactúa con sus pares.
“En el juego se adquieren nuevos conocimientos, se aprende a compartir, respetar el otro, a darme cuenta que es diferente y que puedo aprender de él”, explicó.
La Unesco destaca el papel del juego en el contexto cultural, definiéndolo como un mecanismo en el que los niños dan sentidos y significados a los objetos.
“Los juegos proporcionan un medio excelente de aprendizaje de los valores culturales de la sociedad, los cuales son representados de manera simbólica: en las reglas de juego y mediante el empleo de motivos decorativos tradicionales”.
Las formas de introducir el juego en el aula pueden variar de acuerdo a la institución y al docente, pero en general hay una parte teórica que introduce los temas y es mediante el juego como se busca que los niños los interpreten mejor. En Carrizales, por ejemplo, trabajan por áreas especializadas. Una forma lúdica de que los niños aprendan sobre el campo y los animales es a través de una granja, en donde pueden sembrar y aprender jugando.
Establecer tiempos
Los tiempos de lúdica deben ser concretos y tener ciertos límites, acordes con la edad de los niños. “En una edad materna y preescolar los periodos de juego son cortos porque su capacidad de espera y paciencia son reducidos”. Una explicación debe oscilar entre 5 y 10 minutos para no perder la capacidad de atención del niño, explicó la directora de Familia.
Incluso en el contexto familiar y social, la búsqueda del aprovechamiento del tiempo libre debe tener límites y permitir que el juego no sea solo en aras del aprendizaje, sino también del ocio y la recreación.
“Si hay algo importante en la vida del niño es el juego y el ocio. Hay niños que no descansan porque están en muchos proyectos”, afirmó.
En este sentido, la directora de Familia destacó que las personas que deben tener gran participación en el juego de los niños, son los padres, pues esto permite afianzar las relaciones y conocerse entre ellos. Aunque es un lazo que con el tiempo y las múltiples ocupaciones de los padres, se ha descuidado.
“Los estamos llenando de juguetes muy estructurados, pero el niño necesita interactuar con sus padres”, resaltó y agregó que es importante generar espacios como una tertulia familiar o una película. “Muchas veces hay ausencia de los papás. Hay muchos niños huérfanos con padres vivos”, concluyó.