Dos policías, un hombre y una mujer, fallecieron en la madrugada de este domingo 31 de octubre, en el barrio Nueva Guinea, de la isla de San Andrés, cuando fueron recibidos a tiros tras llegar a la zona para atender un llamado de la comunidad por exceso de ruido y alteraciones de orden público en medio de unas fiestas. En el hecho, otros cuatro uniformados resultaron heridos.
De acuerdo con el informe de las autoridades, cuando las patrullas llegaron al sitio, fueron recibidas por personas que portaban armas de fuego y empezaron a disparar.
Tras el hecho, el director general de la Policía Nacional, Jorge Luis Vargas, envió al archipiélago al comandante de la Región 1 de Policía, el general Óscar Gómez Heredia, quien se puso al frente de la investigación para capturar a los responsables.
De hecho, Vargas anunció una recompensa de hasta $100 millones por información que permita identificar y encontrar a los homicidas de los uniformados.
Gómez Heredia explicó que activaron todas las capacidades institucionales de investigación criminal e inteligencia con la Dijín y la Fiscalía General de la Nación para identificar a los criminales y llevarlos ante la justicia. Los cuatro policías heridos están siendo atendidos en un centro hospitalario de la isla.
Los dos fallecidos son la patrullera Sandra Marcela Pérez Hoyos, de 21 años, quien tenía una hija de 8 años, y el patrullero Leibiston Manuel Ortiz Rocha, de 32 años, quien también tenía una hija de 5 años.
Con corte al 17 de octubre, las autoridades reportaron que este año habían sido asesinados 47 policías, de los cuales 40 eran patrulleros, el primer grado del nivel ejecutivo de la Policía y considerados personal de base. Los otros siete eran tres subintendentes, un subteniente, un intendente, un capitán y un mayor. Solo dos de las víctimas eran mujeres.
Asimismo, 14 de los homicidios fueron atribuidos al Clan del Golfo, estructura criminal que ha declarado un ‘plan pistola’ contra la institución desde febrero de este año y que explicaría los crímenes en Antioquia, Chocó y departamentos de la Costa, donde ofrecen hasta un millón de pesos por cada uniformado muerto. Otros 15 policías han sido asesinados en situaciones que involucran a delincuencia común, riñas, ataques a puestos de control y eventos de orden público.
Por su lado, 12 homicidios fueron atribuidos a las disidencias de las Farc, cuatro al Eln y uno más a Los Pelusos. A los 47 se suman otros seis policías, todos patrulleros que, a esa fecha, habían sido asesinados mientras estaban por fuera de su servicio.