Catorce integrantes de las disidencias de las Farc que delinquían en Nariño decidieron desertar de las filas cuando sus jefes les ordenaron reforzar las acciones criminales en otros departamentos, situación que podría significar que hay divisiones internas.
El abandono voluntario de los combatientes de un mismo frente se registró en dos casos diferentes, durante las últimas tres semanas.
El general Geovani Valencia Hurtado, comandante de la Tercera División del Ejército, informó en la mañana de este viernes que ocho integrantes del Estado Mayor Central (EMC) se entregaron de manera voluntaria a las tropas en el corregimiento El Bordo, del municipio caucano de Patía.
Los delincuentes aprovecharon que en la zona había soldados del batallón de Alta Montaña Nº 4 de la Brigada 29, y les dijeron que querían dejar la lucha armada. Entre ellos había dos adolescentes de 15 y 17 años de edad, que posteriormente fueron dejados en manos del Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (Icbf).
Los arrepentidos contaron que eran miembros del frente Franco Benavides, que delinque en Nariño, pero que por órdenes de sus superiores fueron enviados a reforzar al frente Jaime Martínez en el municipio de Suárez, Cauca, una compleja zona de orden público en la cual los disidentes se enfrentan a diario con las Fuerzas Militares.
“Esta estructura es señalada de atentar contra la Fuerza Pública y la población civil en los hechos registrados durante los últimos días, como los hostigamientos en el corregimiento Robles (Jamundí) y los ataques con explosivos a la Policía en Popayán, Morales, Suárez, Cajibío, y el ataque a la Base Militar en La Salvajina, en Cauca”, señaló el general Valencia.
El pasado 29 de mayo la Institución reportó otro hecho similar, esta vez en el municipio de Cartagena del Chairá, en Caquetá.
En un puesto de control instalado por la Armada y el Ejército en una vía, se presentaron tres hombres y tres mujeres, manifestando ser integrantes del frente Franco Benavides del EMC.
Comentaron que su comandancia los había enviado como refuerzos al bloque Jorge Briceño, que delinque en Caquetá y Meta.
Ambos hechos tienen en común a desertores del frente Franco Benavides, de Nariño, cuya decisión de abandonar a la disidencia se relaciona con órdenes de traslado de sus superiores, hacia zona con el orden público más complejo. ¿Será que hay fricciones internas y desmotivación en esa estructura criminal?
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