Después del atentado del ELN contra una guarnición oficial en Arauca –que dejó dos muertos y 27 heridos– la delegación de paz del Gobierno confirmó que los diálogos con esos subversivos quedaron “suspendidos”.
“Hoy el proceso de diálogo queda suspendido. Su viabilidad está severamente lesionada, y su continuidad solo puede ser recuperada con una manifestación inequívoca de la voluntad de paz del ELN”, señaló la delegación de paz del Gobierno en un comunicado.
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El comunicado de la delegación oficial terminó por aclarar un mensaje ambiguo que había entregado el presidente Gustavo Petro y que, entre líneas, sugería que el Gobierno se levantaría de la mesa con los ilegales.
“Esta es una acción que prácticamente cierra el proceso de paz con sangre. (...) Esto es como un eterno devenir, silenciar una parte del pueblo, seguir en guerras y matándonos entre nosotros una y otra vez: como si esa fuera nuestra historia”, había dicho el presidente durante una declaración pública.
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Lo cierto es que la confrontación bélica con los ilegales permanecerá activa y vigente. El almirante Francisco Cubides, comandante de las Fuerzas Militares, ya ordenó a la tropa sostener una ofensiva permanente contra ese grupo armado.
“La ofensiva contra el grupo ilegal ELN continúa, por lo que se ha desplegado un dispositivo especial en la zona del ataque para reforzar las operaciones dirigidas a capturar a los responsables de esta cobarde acción, que atenta contra la seguridad y el bienestar de las comunidades en el departamento de Arauca”, señaló Cubides.
Los diálogos con el ELN están congelados desde el pasado 11 de abril. Los ilegales se han dedicado a solicitar concesiones difíciles de cumplir. Pedían materializar el Fondo Multidonante para financiarlos a cambio de cesar el secuestro extorsivo, suspender los acercamientos con el frente Comuneros del Sur, frenar las operaciones ofensivas de las FF. MM. y grupos paramilitares en su contra y ser excluidos de la lista de Grupos Armados Organizados.
El Gobierno no cedió a sus pretensiones y, en cambio, la guerrilla se dedicó a escalar el conflicto en las zonas donde hace presencia. En agosto pasado decretaron un paro armado que confinó por 9 días a 50.000 personas en Chocó y este 17 de agosto una volqueta cargada de tatucos detonó frente a una guarnición militar en Puerto Jordán, un corregimiento de Arauca.
