En momentos de crisis en materia presupuestal, flaquezas de la paz total, escándalos de corrupción y líos de crecimiento económico, el presidente Gustavo Petro –una vez más– levantó ampolla al referirse a un asunto que, en medio de semejante coyuntura, podría parecer secundario: cambiar el escudo de Colombia con miras a que lleve la consigna de “libertad y orden justo”, en lugar de solo “libertad y orden”.
Si bien el pasado 8 de agosto, durante un evento en Bolívar, Petro instó a los congresistas de su bancada a presentar un proyecto para cambiar el escudo e incorporar elementos que representen a la Colombia del siglo XXI, ahora sorprendió al señalar que –aun sin necesidad de una iniciativa parlamentaria–, buscará cambiar el símbolo patrio.
“Este escudo, así no se vuelva ley, se escribirá como ‘libertad y orden justo’. Sin orden justo no hay libertad y para tener un orden justo necesitamos equidad, una economía que genere equidad”, manifestó el mandatario.
Incluso, desde el Pacto Histórico, la representante María del Mar Pizarro fue más allá y sugirió que también sería momento de cambiar el himno nacional. “Ya que se abrió la discusión del escudo, ¿podemos hablar del himno? ¿Opiniones?”, manifestó.
Al margen de una discusión identitaria, lo cierto es que esta nueva propuesta de Petro tiene implicaciones de fondo. Un eventual cambio en los términos que plantea el jefe de Estado supondría modificar el manual de marca de la Presidencia, es decir, la papelería oficial, identificadores, banderas y toda suerte de elementos en los que se visualiza el actual escudo. Incluso, supondría cambiar fachadas de edificios donde operan entidades y donde sobresale este símbolo nacional.
Para el representante Cristian Avendaño (Alianza Verde), uno de los autores de la ley ‘Chao marcas’ –para unificar la identidad institucional y evitar que con recursos públicos se exalte la imagen del mandatario de turno con determinados símbolos o lemas–, no deja de ser una discusión secundaria en la actual coyuntura nacional.
Sin embargo, advirtiendo que no dejaría de ser incierto cuánto costaría el cambio institucional y encendiendo las alertas por un posible detrimento patrimonial, instó al Ministerio de Cultura a hacer un estudio de la pertinencia, no solo en términos de identidad, sino a nivel financiero.
“El Ministerio de Cultura tiene que hacer un estudio completo para evaluar la conveniencia o no de cambiar el escudo, y debe ser con participación de las facultades de arte y de historia para ver si el escudo nos representa. Producto de ese estudio los gastos los debería asumir el Ministerio de Cultura”, manifestó.
En marzo pasado, por vicios de trámite, la Sala Plena de la Corte Constitucional tumbó el artículo de una ley que le cambió el nombre a la Fuerza Aérea a Fuerza Aeroespacial Colombiana. El lío fue que Petro y los suyos promovieron el cambio como una ley ordinaria y no como un acto legislativo, que implica cambiar la Constitución.
De acuerdo con el abogado y analista político Héctor Riveros, de fondo el presidente Petro busca promover una discusión alrededor de si el orden en Colombia es un orden justo. “La categoría de orden justo es filosófica, ética e incluso jurídica. Corresponde a la eficacia de los derechos en una sociedad. Busca determinar si efectivamente la gente ejerce sus derechos”.
Dejando de lado la discusión política, para Riveros se trata de un debate que busca determinar “si hemos sido capaces de construir un orden justo, no para que se cambie el escudo o no”.