Cuando empezó con la idea de asociar a los caficultores de Planadas, Tolima, Carlos Enciso Suárez nunca tuvo la intención de tener una empresa reconocida o ganadora de premios, solo quería que la gente de su región, estigmatizada por ser la zona del país donde nacieron las Farc, pudiera tener una oportunidad de salir adelante con un trabajo digno.
Ya son cinco años de la creación de la Asociación de Productores Ecológicos de Planadas (Asopep), y el buen trabajo de las 270 familias productoras de café y cacao no solo ha traído prosperidad a esa zona del Tolima, también ya fueron reconocidos y ganadores de los premios Emprender Paz.
“Aunque el conflicto se vivió desde los años 60, porque acá fue donde se hizo la operación Marquetalia, la gente no dejó de apostarle a los cultivos lícitos y se cultivó mucho café, la gente no quiso hacer otra cosa. A pesar de esto y de los campos minados y que prácticamente no había a quién venderle, se siguió cultivando y ahora hablamos de exportaciones a varios países del mundo”, dice Carlos, quien ahora es el presidente de la asociación.
Una situación similar se vive en el Urabá antiqueño, donde funciona Proasiv (Cooperativa de Productores Agropecuarios Solución Integración y Vida), también reconocida por los mismos premios gracias a su labor de reconstrucción del tejido social de cientos de familias azotadas por la violencia en la zona rural del municipio de Turbo.
“Empezamos a trabajar en el año 2005 con 11 familias y ya somos 212 que trabajamos en diferentes cultivos como cacao, caucho, plátano y arroz. También nos dimos cuenta que no solo se trataba de generar recursos, también había que trabajar en el tema de la reconstrucción del tejido social de las familias que estaban muy deteriorados por el tema de la guerra”, agregó Edward Enrique Rivera Pérez representante legal de Proasiv.