La crisis humanitaria en Norte de Santander continúa agravándose debido a la ola de violencia desatada por el ELN y las disidencias de las antiguas Farc. Los enfrentamientos han obligado a cientos de familias a vivir en desplazamiento o confinamiento.
En su informe más reciente, la Defensoría del Pueblo reportó que el número de personas desplazadas se elevó a 32 mil en tan solo seis días, tras el inicio de esta escalada terrorista.
El organismo detalló que las personas han llegado a Cúcuta (15.086), Ocaña (11.503) y Tibú (5.300) y pide el apoyo del Gobierno para atender oportunamente a estas familias que buscan protección.
Entre las acciones humanitarias en los que ha hecho acompañamiento la Defensoría se destacan la liberación del exalcalde del municipio del San Cayetano, 20 personas más y la entrega de otras 11, así como el levantamiento del confinamiento de mujeres y niños que no podían acceder a medios de subsistencia ni movilizarse.
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Iris Marín, jefe del organismo, aseguró que “con la mediación de la Iglesia católica, las alcaldías de Tibú, Teorama, El Tarra, Convención y la Defensoría del Pueblo, el ELN comunicó su compromiso de garantizar el acceso humanitario y desescalar sus acciones”.
En Cúcuta se han instalado varios albergues para atender a las familias desplazadas de las zonas rurales. Sin embargo, en solo 72 horas, más de 15 mil personas han llegado, lo que ha encendido las alarmas de las autoridades ante la creciente incapacidad para seguir atendiendo a los afectados.