Este miércoles, en medio de la controversia por el eventual arribo de Luz Cristina López Trejos al Ministerio de Deporte –considerada ficha de algunos miembros de la bancada conservadora–, se conoció la renuncia del presidente del Partido Conservador, Efraín Cepeda.
La renuncia está antecedida por la aparente relación estrecha entre la próxima ministra del Deporte con la bancada de la colectividad goda en la Cámara de Representantes, puntualmente con uno de los pesos pesados del partido en la Costa Atlántica: el representante Ape Cuello.
De allí que en los pasillos del Congreso se rumore que el arribo de López Trejos sea un guiño del gobierno Petro con los representantes de la colectividad con miras a que apoyen el tránsito de sus reformas.
Previamente, Cepeda había advertido que la colectividad no cambiará su postura frente a las reformas del Gobierno. Inclusive, amenazó con dejar el cargo en el partido en caso de que haya algún cambio frente a las determinaciones internas.
En efecto, en su misiva, Cepeda destaca que asumió el desafío de liderar la colectividad “en un momento de confusión institucional”, señalando que había un deseo mayoritario de luchar por recuperar la dignidad del partido, así como sus principios y valores.
“Esa convicción nos llevó a declarar la independencia del partido con respecto al Gobierno Nacional. Una postura que fue acogida por el militante conservador, que se expresó electoralmente en las elecciones territoriales, entregándonos nuevamente su confianza en la mayoría de los lugares del país en donde superamos los 2 millones de votos, consolidándonos como la primera fuerza de centro derecho en Colombia”, explicó el saliente presidente del partido.
Sin embargo, en la carta Cepeda sostuvo que en este momento los colombianos esperan claridad “en lo que representamos y convicción en lo que defendemos”. En esa línea, agradeció la confianza que le entregó el directorio y destacó que no fue inferior “al reto que me plantea la coyuntura que atraviesa el país”.
Finalmente, remató mandando un mensaje directo a Petro y la burocracia, asegurando que, en momentos de crisis nacional, “la relación con los partidos ideológicamente opuestos debe ser a través de la discusión, el debate democrático y la conciliación de las políticas públicas, en donde se respeten las visiones contrarias con una sola finalidad: el bienestar de los colombianos”.
Previamente, en una rueda de prensa, Cepeda dijo que el eventual nombramiento de López Trejos como ficha de los conservadores no representa la oficialidad de la colectividad: “Si el Gobierno ha querido complacer personas, que lo diga el Gobierno Nacional, pero la oficialidad del partido no está de ninguna manera representada en ese nombramiento”.
En esa línea, ratificó que el Partido Conservador ya tiene posiciones firmes frente a las reformas. “Si notamos por algún momento que se quieren modificar esas posturas, teniendo en cuenta un nombramiento, tendremos que ir a bancada y si la quieren modificar ya no será bajo la presidencia de Efraín Cepeda”, agregó.
La pelea, según fuentes al interior de la colectividad, está cazada entre un sector que estaría dispuesto a caminarle a las reformas del Gobierno a cambio de puestos y otro que se opone férreamente a los proyectos del Ejecutivo, el mismo sector que logró que los conservadores dejaran de ser partido de gobierno para declararse en independencia el año pasado.
“El Gobierno Petro está echando mano de una estrategia que ya le funcionó con los liberales: negociar uno a uno con los congresistas y saltarse a los jefes de los partidos. Ese menudeo fue clave para sacar adelante la reforma a la salud”, explicó un congresista de los godos que pidió no ser nombrado.