Una camioneta cargada de juguetes llegó a la vereda El Tambo de Argelia (Cauca). Era la mañana del 25 de diciembre pasado. Del vehículo se bajaron varios hombres armados del frente Carlos Patiño de las disidencias de las Farc y empezaron a llamar a los niños de la comunidad.
“Vengan para acá, para que se tomen una fotico”, se le escuchó decir a uno de los ilegales mientras repartía confites a un grupo de niños que hacían fila para lograr alguno de los juguetes.
En los videos se observó a alias Yobanny, cabecilla del Frente Carlos Patiño. El hombre repartió muñecas, carritos, robots y figuras de acción a los menores de esa región del Cañón del Micay.
Los disidentes planearon la entrega de regalos durante un mes. El 5 de diciembre pasado, las comunidades del norte del Cauca denunciaron que los hombres armados estaban exigiendo a los comerciantes la entrega de aguinaldos para repartir en las novenas navideñas.
El general Jorge Antonio Urquijo, jefe Nacional de Servicio de la Policía, afirmó que este tipo de acciones de los ilegales son “cínicas” y solo buscan reclutar niños para las armas.
De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, durante el 2024 se registraron 297 casos de reclutamiento forzado en el país. El departamento del Cauca fue el más afectado, con 214 casos, es decir qu allá ocurrieron el 72% de estos hechos.
Octavio Guzmán, gobernador del Cauca, indicó que al menos 20 niños, niñas y adolescentes fueron asesinados en ese territorio después de que fueron reclutados por los actores armados ilegales.
En la tarde del 23 de diciembre los mismos disidentes del Carlos Patiño llegaron hasta una vivienda del corregimiento de El Plateado, también en Cauca. Querían llevarse a un niño de 15 años. El adolescente se negó a ser uno más de los armados. Corrió. Le dispararon en cuatro oportunidades. Su cuerpo sin vida quedó tendido sobre la carretera veredal.
“A pesar de los esfuerzos del Gobierno Nacional, los diálogos, negociaciones y el aumento de la presencia de fuerza pública en algunas zonas, los grupos armados han incrementado su accionar en casi todo el territorio caucano”, se lee en el informe de 2024 de Derechos Humanos del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC).
Así arrebatan los menores
Las comunidades indígenas son las más afectadas por cuenta del reclutamiento. La mayoría de los niños realizan diferentes trabajos para los grupos ilegales: como raspachines en cultivos de uso ilícito, llevar paquetes y hasta informar sobre movimientos en la zona antes de empuñar las armas.
Es por eso que los indígenas y algunos líderes del Cauca han organizado distintas estrategias para tratar de arrebatar –y prevenir– que los menores de edad terminen en las estructuras armadas.
Las acciones de recuperación implican que las familias, la guardia indígena y las juntas de acción comunal –todos desarmados– se enfrentan a los actores armados hasta que logran arrebatarle a los niños.
Otras veces, activan búsquedas de emergencia y acuden hasta las zonas que son dominio de los comandantes ilegales para convencerlos del retorno de los niños al seno del hogar.
“Gracias a estas acciones, se ha logrado recuperar a 73 menores que estaban en poder de grupos armados ilegales o habían sido reclutados forzosamente”, señaló el gobernador Guzmán.
Las comunidades, por ahora, están expectantes de una estrategia oficial que implicaría inyección de recursos en el Cauca para la vinculación a educación básica y media, para el fomento de actividades culturales y deportivas y el ingreso a educación superior. Esa iniciativa involucrará a la Secretaría de Educación, la Secretaría de Gobierno, la Policía, el Ejército, la Fiscalía y las comunidades indígenas.