La guerrilla manifestó su disposición a reunirse con el Gobierno para retomar los diálogos. ¿Qué viene?
Pasado casi un mes del atentado terrorista contra una base del Ejército en Arauca que dejó de ruptura en la mesa de diálogos entre el Gobierno de Gustavo Petro y el Ejército de Liberación Nacional (ELN), este jueves se abrió una ventana de oportunidad para retomar las conversaciones.
La bandera blanca la alzó la guerrilla, que a través de una carta abierta cedió y manifestó su interés de reunirse con la delegación del Gobierno con miras a examinar lo ocurrido y tratar de buscar salidas para retomar las negociaciones.
Eso sí, advirtieron que “mientras el Gobierno no supere la actual situación de incumplimientos de acuerdos, no podremos salir del congelamiento a que ellos mismos condujeron el proceso de conversaciones”.
En respuesta, este jueves desde la delegación del Ejecutivo insistieron en que la mesa es “la instancia para resolver los problemas surgidos”. En ese sentido, pidieron buscar la prórroga del cese al fuego, cumplir con el compromiso de “dar continuidad a la participación de la sociedad” e impulsar la agenda.
“Al anunciar la suspensión de los diálogos, señalamos que se requería un gesto que demostrara voluntad del ELN de avanzar en este proceso. Por esta razón, saludamos hoy la comunicación de su delegación de paz. Aceptamos la invitación para llevar a cabo una reunión que nos permita abordar todos estos asuntos y retomar nuestro diálogo en busca de generar los hechos de paz que nos demanda la sociedad colombiana”, explicó la delegación gubernamental.
Pese a las buenas intenciones de las partes, el profesor Andrés Macías, docente de la Universidad Externado y especialista en construcción de paz y políticas públicas de seguridad, aseguró en diálogo con este diario que muestras de este calibre evidencian que sí es viable que se destrabe la mesa.
“Ese volverse a reunir por parte del ELN seguramente está atado a una intención real de querer reanudar la mesa”, manifestó.
Sin embargo, reconoció que el proceso “está bastante afectado” después del congelamiento: “hubo afirmaciones de lado y lado que afectaron la confianza entre las partes. De ahí es muy difícil recuperarse, pero sí es viable avanzar. El Gobierno ha sido muy enfático en decir que solo se podría reanudar y descongelar el proceso si hay una muestra inequívoca de voluntad de paz por parte del ELN”.
En ello coincidió la profesora Angelika Rettberg, decana de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de los Andes, quien insistió en que sí es viable que se destrabe la mesa de diálogos.
“No hay que tomar al pie de la letra las declaraciones públicas de las personas en estos procesos. Siempre hay una especie de discusión vía micrófonos que nos impide ver lo que está pasando en el fondo”, manifestó a EL COLOMBIANO.
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Lo cierto, para el profesor Macías, es que la ventana de oportunidad que se abre con la disposición de las partes puede dar pie a revitalizar los diálogos y avanzar en la política de paz total. “Mientras que con los demás grupos hace falta un marco normativo adecuado y hasta voluntad de paz, con el ELN es con el que más avanzado y es la principal carta del Gobierno. Por eso, van a hacer todo lo posible porque se pueda continuar”.
Eso sí, la profesora Rettberg advirtió que uno de los desafíos inmediatos será atender el descontento de la guerrilla por la intención del Gobierno de seguir adelante con los diálogos con los denominados Comuneros del Sur, una de las disidencias del ELN. “El ELN lee eso como una acción en detrimento que desconoce la unidad de mando de esa organización guerrillera”.
No obstante, lo avanzado de los diálogos y la participación de la sociedad civil podrían contribuir a generar presión y favorecer conversaciones con un nuevo aire. “Todo el acumulado serviría para darle un nuevo oxígeno y un nuevo norte a las conversaciones para no quedarse enredados en si se negocia o no con los Comuneros del Sur”, precisó Rettberg.
Está por verse qué va a pasar ahora después de la declaración de las partes y cómo zanjarán las discusiones que se vienen de cara a atender la crisis y seguir adelante con el proceso. El primer paso será ponerse de acuerdo en cómo y cuándo se van a reunir y comenzarán a dialogar.
