Fue el mismo Antonio García, máximo comandante del Ejército de Liberación Nacional, ELN, el encargado de ordenar el primer paso en firme de esa guerrilla para cumplir el cese al fuego pactado con el Gobierno de Gustavo Petro.
En un tono conciliador que pocas veces se le ha escuchado, el comandante guerrillero dio la orden de arrancar un cese al fuego desde este lunes con cero operaciones ofensivas contra el Ejército, la Policía y cualquier otra Fuerza del Estado.
Un anuncio que llega a 3 días de que comience la etapa más seria del cese al fuego bilateral que será verificado a nivel internacional.
“El Comando Central del Ejército de Liberación Nacional ordena a todas sus estructuras a suspender las operaciones ofensivas. El cese a fuego durará 180 días. (...) Llamamos a todos los mandos y combatientes del ELN a cumplir de manera rigurosa”, aseveró García.
Aún así, el Comando Central también dio la orden de que “se mantengan las operaciones defensivas para preservar la seguridad e integralidad de la fuerza y en sus territorios”.
Esto último significa que las tropas guerrilleras seguirán atentas a cualquier combate que pueda debilitarlos, un punto clave que podría prestarse para violaciones al cese por parte y parte.
Pero, ojo, que García también aclaró qué pasaría si sospechan de ataques, espionajes u otra serie de violaciones por parte de la Fuerza Pública.
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Según dijo, los frentes deberán reportar esas alteraciones al Comando Central y serán ellos quienes escalarán el caso al Mecanismo de Verificación para determinar qué decisión se toma.
Si ese paso se ejecuta tal como García lo dijo, el cese podría tener más éxito porque la guerrilla no estaría autorizada a atacar a la Fuerza Pública hasta que la Dirección Nacional no se lo ordene.
Así lo explicó monseñor Héctor Fabio Henao en diálogo con EL COLOMBIANO, quien detalló que dicho Mecanismo tendrá un rol autónomo e independiente que está obligado a no tomar partido, sino a verificar e informar de los conflictos para que la Mesa decida.
¿ELN sigue con el narcotráfico?
Pero, pese a que la guerrilla parece estar comprometida con el cese, lo cierto es que aprovechó para seguir con el negocio del narcotráfico hasta el último momento.
Según fuentes del Ejército, los enfrentamientos con esa guerrilla se han disminuido “casi a cero” durante los dos últimos meses, “pero lo que sí siguen es traqueteando”.
Apenas el pasado miércoles, el Ejército incautó y destruyó más de 8.000 kilogramos de coca incautados en Nariño y Norte de Santander. Un cargamento avaluado en más de 30.000 millones de pesos que le pertenecería al ELN en asocio con disidencias de las Farc.
Así mismo, el 5 y el 10 de julio el Ejército logró desarticular un intento de atentado y un explosivo que serían usados para atacar a la Fuerza Pública en Arauca y Norte de Santander por supuestos miembros del ELN, aunque esa información sigue sin ser verificada.
Las líneas rojas de Petro
Justo por ese tipo de actuaciones, el Gobierno estableció varias líneas rojas que no está dispuesto a aceptar de la guerrilla. Dentro de los puntos más fuertes, Petro exigió que el ELN no secuestre ni continúe con actividades ilícitas como el narcotráfico, la extorsión y la minería ilegal.
Por eso mismo, la guerrilla ha solicitado que el Estado financie la salud y manutención de las tropas, pues el ELN se quedará sin fuentes de financiamiento.
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Así las cosas, será en el cumplimiento de esas medidas que la guerrilla y el Gobierno medirán el pulso para eventuales ceses o, incluso, para prolongar este que está en firme.
Por ahora, los llamados a verificar paso a paso ese cese que arrancará en firme desde el próximo 3 de agosto son la Iglesia Católica, la Misión de Verificación de la ONU y las comisiones nombradas por el Gobierno y el ELN, todo un grupo que conforma el Mecanismo de Monitoreo y Verificación y que deberán alertar al país si una de las partes incumple.