Muy temprano este viernes, el expresidente Álvaro Uribe, volvió a referirse al juicio que la Fiscalía General adelanta en su contra por los delitos de soborno a testigos y fraude procesal. Desde su casa en Llanogrande y una hora antes de la audiencia de acusación, el exjefe de Estado leyó una declaración de 23 puntos relacionados con las supuestas irregularidades que contaminan el proceso.
“Horas antes de empezar este juicio, afirmo que mis antagonistas políticos han logrado convertirse e mis acusadores judiciales, unos de ellos cercanos a la Farc, y otros colaboradores directos, o indirectos, cubiertos por la cautivante palabra paz, usada para prorrogar el terrorismo a través de la indulgencia de impunidad absoluta”, dijo el expresidente.
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El líder del Centro Democrático expresó su descontento con la decisión de la Fiscalía que lo llevó a sentarse en el banquillo de acusados, pese a los fallidos intentos de su defensa de anular el caso. Este no es un hecho menor, se trata del primer juicio a un expresidente de Colombia, nacido, inicialmente, de las denuncias en doble vía entre Uribe y el senador Iván Cepeda.
Sin más, el exsenador acudió este viernes ante la juez 44 del circuito de conocimiento de Bogotá, Sandra Heredia, para el inicio de la diligencia en la que la defensa solicitará la nulidad de lo actuado.
Antes de eso, Uribe se dirigió a sus seguidores, miles en todo el país, y con seguridad afirmó que “nunca ha faltado a la justicia”.
“Repito ante mis compatriotas, a quienes nunca he engañado, que jamás tomé la iniciativa de buscar un testigo. En el derecho irrenunciable de defender mi honra pedí verificar múltiples informaciones sobre ofertas de beneficios a reclusos para que me acusaran”, insistió Uribe.
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Paso a paso, desde el inicio de este episodio penal en su contra, detalló cuando hubo imprecisiones, actuaciones al margen de la ley y el inequívoco proceder político de los administradores de justicia que lo pusieron en cintura.
“Mi vida pública no conoce la mentira. Quienes recuerdan los gobiernos que presidí saben que reconocía errores, que asumía responsabilidades, que delegaba éxitos. Impreso en mi alma está el recuerdo del asesinato de la Farc al grupo de secuestrado encabezado por el Gobernador Gaviria y el exministro Gilberto Echeverri. No dilaté con la disculpa de la “investigación exhaustiva”. De inmediato acepté nuestro error militar en el intento de rescate. Los mayores, que vivieron el momento, fácilmente pueden recordar que contradije la versión de la Farc sobre su asesinato a los diputados del Valle del Cauca”, apuntó.
Aprovechó para referirse al inicio de juicio, en la Corte Suprema de Justicia, contra el magistrado del Consejo Nacional Electoral (CNE), Álvaro Hernán Prada, acusado de sobornar testigos para favorecerlo.
“Siento desazón, dolor, que tengan en juicio al magistrado Prada, que nunca buscó a los de Neiva. Al contrario, lo buscaron como antes a otros allegados míos para informar que Monsalve había mentido y quería decir la verdad. Confieso que me da indignación que el magistrado acuse al doctor Prada de cómplice mío, que yo lo mandé y que buscó al recluso Monsalve para sobornarlo”, apuntó Uribe.
Uribe fue breve, prefirió no responder preguntas, la desazón por el proceso es bien manifestada. Hace referencia a su carrera política para que la misma lo preceda.
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“Me negaron la presunción de inocencia, el derecho de defenderme en libertad.Si no conocían o no creían en mis antecedentes de persona de bien, por lo menos debieron observar mi comportamiento durante esos veinticinco meses. No he sido peligro para la sociedad, no he eludido la justicia ni la he entorpecido. Me gradué en la Universidad de Antioquia con un profundo respeto a los jueces, a la justicia, a su independencia. Tanto que en mi carrera pública no intercedí para tener recomendados en instancias judiciales. He manifestado críticas puntuales a miembros de la justicia, y sobre hechos concretos”, afirmó.
El expresidente es acusado por presuntamente haber ofrecido beneficios a Juan Guillermo Monsalve, un hombre condenado a 40 años de prisión que dice haber sido paramilitar, a cambio de que dijera que el senador Iván Cepeda le había dado dinero para rendir testimonio en contra del exmandatario. El tire y afloje judicial, aunque enredado, terminó rebotando en contra de Uribe, cual efecto Boomerang.
Fue así como Uribe, basado en el falso testimonio de Monsalve, denunció ante la Corte Suprema de Justicia a Iván Cepeda por presunta compra de testigos en su contra. De ahí, el senador Cepeda inició su propia investigación y se encontró con que la defensa de Uribe supuestamente le pagó a Monsalve para dar falso testimonio. Con las pruebas en su poder, Cepeda acudió a la Corte e instauró denuncia en contra de Uribe.
Esa denuncia fue la que dio paso al juicio en el que hoy se defiende Uribe. Él por su parte, insiste en que el proceso no tiene fundamentos de peso y carece de garantías.
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