Por su clima tropical y la densidad de su población en un valle estrecho, Medellín es catalogada como una ciudad hiperendémica en la que se favorece la proliferación de las enfermedades transmitidas por vectores; es decir, aquellas que se propagan a través de organismos vivos como algunas especies de mosquitos.
Las infecciones de este tipo que tienen presencia en Medellín son el dengue, el zika y el chikunguña, transmitidas por los dos vectores que se encuentran en la ciudad: el mosquito Aedes aegypti y el Aedes albopictus.
De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud, en el 2016 se presentó la epidemia de dengue con el mayor número de casos, un total de 17.892, de los cuales 13 personas fallecieron. Un pico similar se evidenció en 2010, un periodo en el que se presentaron 15.894 casos de esta enfermedad.
Si bien, a partir de 2017 se produjo una disminución de más del 80% en el número de casos, en lo que va de 2018 se han registrado 515 infecciones de dengue, alrededor de 20 por semana.
Raúl Rojo, coordinador del programa de vectores de la Alcaldía de Medellín, explica que esta es una cifra baja comparada con el mismo periodo de 2017, especialmente si se tienen en cuenta dinámicas propias de estas enfermedades, la finalización de la temporada invernal en la que disminuyó mucho el número de infecciones y la implementación de acciones de control como la eliminación de criaderos, el refuerzo de las alertas tempranas y la vigilancia de las zonas con mayor incidencia del problema.
Sin embargo, el funcionario indica que, con las temperaturas cálidas y secas que comienzan en el segundo semestre de este año, es probable que un mayor número de personas comiencen a contraer dengue, zika o chikunguña, puesto que este tipo de clima favorece la reproducción del mosquito.
“Como ya empezó el verano y las trampas nos están indicando que hay una alta productividad de mosquitos, es posible que a finales de este año vuelva a iniciarse una epidemia de estas enfermedades vectoriales”, añade.
Carlos Alberto Rojas Arbeláez, doctor en Epidemiología de la Universidad de Carolina del Norte, destaca que los insectos que propagan estas enfermedades se han adaptado a la temperatura de la ciudad, que propicia sus ciclos de vida. Además, otra de las causas que favorece su supervivencia en las zonas urbanas es la acumulación de agua en los canales de deshecho, en lavaderos o recipientes al interior de las viviendas, puesto que los mosquitos se reproducen fácilmente en aguas estancadas.
Por eso, dentro de las recomendaciones para evitar el contagio de dengue, zika o chikunguña, se encuentran el uso de repelente, el cambio constante del agua de recipientes como floreros o bebederos de mascotas y la eliminación de otros objetos que puedan acumular líquidos al aire libre.