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Las primeras muertes de “los Urabeños” fueron esclarecidas

  • Carolina Martínez sostiene la foto de su esposo Héctor Mauricio Tamayo Muñoz, quien fue asesinado por una equivocación de la banda de “don Mario”. FOTO: Nelson Matta Colorado.
    Carolina Martínez sostiene la foto de su esposo Héctor Mauricio Tamayo Muñoz, quien fue asesinado por una equivocación de la banda de “don Mario”. FOTO: Nelson Matta Colorado.
  • Aquí se aprecia que el carro que conducía el ingeniero Héctor Tamayo era similar al de alias “Relámpago”, en modelo, color y placa terminada en 963. FOTO: Cortesía.
    Aquí se aprecia que el carro que conducía el ingeniero Héctor Tamayo era similar al de alias “Relámpago”, en modelo, color y placa terminada en 963. FOTO: Cortesía.
  • Daniel Rendón Herrera, alias “don Mario”, militó en el bloque Centauros de las Autodefensas. Hoy está detenido en Bogotá y tiene pendiente una orden de extradición a Estados Unidos. FOTO: Mauricio Alvarado (Colprensa).
    Daniel Rendón Herrera, alias “don Mario”, militó en el bloque Centauros de las Autodefensas. Hoy está detenido en Bogotá y tiene pendiente una orden de extradición a Estados Unidos. FOTO: Mauricio Alvarado (Colprensa).
17 de febrero de 2017
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La primera oleada de asesinatos de la organización criminal conocida hoy como “los Urabeños” o Autodefensas Gaitanistas, tuvo su origen en una traición y una terrible equivocación.

Los hechos fueron dados a conocer durante la audiencia de imputación de cargos en contra de su cofundador, Daniel Rendón Herrera, alias “don Mario”, realizada este viernes de manera virtual desde el Palacio de Justicia de Medellín.

La investigación, adelantada por la Fiscalía 26 adscrita a la Dirección contra el Crimen Organizado, partió de las confesiones que ha venido realizando el propio “don Mario”, quien está detenido desde 2009 y ha contribuido con las autoridades en el esclarecimiento de varios crímenes perpetrados por las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc) y la banda “los Urabeños”.

De acuerdo con las revelaciones de “don Mario”, después de la desmovilización de las Autodefensas en 2006, uno de los máximos comandantes, Vicente Castaño Gil, ordenó el reagrupamiento de varios frentes. El motivo fue que se sintió traicionado por el Gobierno Nacional, que ordenó en 2007 las detenciones de varios cabecillas por considerar que siguieron delinquiendo luego de la reinserción

“Fue tanta la decepción, que en el momento en el que el Gobierno le dio el giro repentino y autorizó las capturas, aún teniendo los salvoconductos vigentes, él se sintió traicionado, ahí es donde nos da la orden a todos los mandos medios”, relató Rendón en una entrevista que le hizo EL COLOMBIANO, el 28 de septiembre de 2015.

LEA AQUÍ LA ENTREVISTA: No fui narco, solo cobré impuesto: “don Mario”

Los cabecillas paramilitares convocados se distribuyeron los antiguos territorios en los que hicieron presencia las Autodefensas. A José Everth Veloza García, alias “HH”, le correspondió, entre otros, el municipio antioqueño de Turbo.

Según la declaración jurada de Rendón, este hombre se alejó del nuevo grupo y estableció una alianza con el capo narcoparamilitar Diego Fernando Murillo Bejarano, alias “don Berna”, al igual que con “la Oficina”, la banda que este lideraba.

Esa sociedad fue la responsable de la muerte y desaparición de Vicente Castaño en Nechí, Antioquia (2007), lo que produjo la ira de “don Mario” y sus huestes.

Rendón convocó a los cabecillas de 16 frentes a una reunión en la finca Las Guacamayas, en Turbo. Entre los asistentes estuvo Juan de Dios Úsuga David, alias “Giovany”, quien venía trabajando para “HH”, y lo convenció de unirse al nuevo proyecto, en compañía de su hermano Dairo Antonio Úsuga David, apodado “Otoniel”.

Los convocados decidieron continuar el legado de Castaño, nombraron a “don Mario” como su comandante y en adelante se autodenominaron Autodefensas Gaitanistas de Colombia.

Otra de las decisiones tomadas en aquella finca, fue eliminar a las fuerzas de “HH” en Turbo, empezando con su supuesta mano derecha, el comerciante Rodolfo Alberto Bermúdez González, más conocido como “Relámpago”.

La fatal equivocación

Tal cual expuso la Fiscalía en la audiencia, el asesinato de “Relámpago” estaba programado para el 24 de mayo de 2007. La instrucción que tenían los sicarios era que se movilizaba en un campero Mitsubishi gris, cuya placa terminaba en el número 963.

A las 9:00 a.m. de aquel día ubicaron un vehículo de similares características, en el sector Punta de Piedra, y sin mediar palabra acribillaron a su conductor con tiros de pistola y fusil de calibre 7.62. Para su posterior sorpresa, la víctima no fue “Relámpago”.

Por equivocación, como lo reconoció el propio “don Mario”, mataron a Héctor Mauricio Tamayo Muñoz, un administrador de empresas agropecuarias, de 42 años y quien nada tenía que ver con la disputa entre bandas neoparamilitares que se empezaba a esparcir por Urabá.

Sobre el hecho, Rendón dijo en la entrevista con EL COLOMBIANO: “se cometieron infinidad de cosas, hay unas que le duelen muchísimo a uno. Hubo un ingeniero forestal en Turbo, que fue asesinado inocentemente. Iban a dar de baja a otra persona y le dieron a él, no recuerdo su nombre, pero sé que tenía un hijito especial. Que sea el momento para pedirle perdón a la esposa y decirle que él era inocente”.

Este diario conversó el 1 de noviembre de 2015 con Carolina Martínez, la viuda del ingeniero Tamayo, quien señaló, ocho años después de lo ocurrido, que “antes solo creía que Mauricio había muerto en medio de una guerra ajena, pasando por el campo de batalla. Al leer la entrevista, retrocedí años atrás, cuando necesitaba el convencimiento de que estaba enterrando a un hombre bueno, yo tenía ese ciclo abierto. Cuando ‘don Mario’ dijo que habían matado a un inocente, sentí tranquilidad, pensé que había escogido bien a mi compañero de vida”.

LEA AQUÍ LA HISTORIA COMPLETA: Carolina enviudó por las balas equivocadas de “don Mario”

Oleada de asesinatos

Un día después de este incidente, los sicarios de “los Urabeños” o Autodefensas Gaitanistas cumplieron su misión inicial. El 25 de mayo de 2007, en el barrio Santa Fe del casco urbano de Turbo, mataron a Rodolfo Bermúdez (“Relámpago”), de 35 años, cuando iba en un campero Mitsubishi gris, cuya placa era ZOE-963 (la del ingeniero era MMM-963).

En el ataque, ejecutado con una subametralladora de calibre 9 milímetros, también le quitaron la vida a la esposa del comerciante, María Elizabeth Flórez Rodríguez, de 26 años

La oleada de muertes no se detuvo allí. Tres días más tarde (28/5/07), la organización decidió aniquilar a las personas que habían perpetrado esos homicidios, según “don Mario”.

A las 9:00 de la noche, raptaron a los dos hombres en el barrio Doce de Octubre del municipio de Carepa. El informe policial de la época especifica que fueron introducidos a la fuerza en la silla trasera de una camioneta Nissan gris de platón.

Vecinos de la zona se percataron del hecho y avisaron a una patrulla, que inició la persecución del vehículo hasta la vía que conduce al corregimiento Piedras Blancas. Antes de llegar a un puente, la camioneta se detuvo, tres hombres se bajaron y abrieron fuego contra los uniformados; en medio del tiroteo, se esfumaron por la maraña.

Los policías se acercaron al automotor y encontraron a los dos pasajeros con heridas de bala en la cabeza. Aunque los trasladaron a un centro médico, no fue posible salvarlos. En la investigación subsiguiente, se confirmó que ambos eran militares, adscritos a la Brigada 17 del Ejército, con sede en Carepa: el capitán Guillermo Luis Ruiz de la Ossa y el sargento segundo Franklin Ezequiel Morales Ortega.

Al finalizar la audiencia, la Fiscalía le imputó a Rendón estas cinco muertes, bajo cargos de homicidio agravado y porte ilegal de armas de fuego de uso privativo de la Fuerza Pública.

De la narración del ente acusador, se deduce que esta oleada de asesinatos fue la primera ordenada por la organización Autodefensas Gaitanistas, también conocida hoy como “los Urabeños” o “Clan del Golfo”.

Tras la captura de “don Mario” en 2009, las riendas del grupo las tomó el clan familiar de los Úsuga, siendo hoy su máximo jefe Dairo Antonio Úsuga David (“Otoniel”), el hombre más buscado por las autoridades en Colombia.

Luego de la imputación, Rendón no aceptó su culpabilidad ante el Juzgado Cuarto Penal Ambulante de Antioquia. Aunque ya había confesado estas muertes durante los interrogatorios voluntarios, su propósito es lograr un preacuerdo con la Fiscalía y obtener una rebaja en la pena.

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