En 55 días comienza el último año de gobierno de Daniel Quintero, definitivo para que cumpla las promesas que plasmó en el plan de desarrollo, al tiempo que se la jugará por su candidato en las próximas elecciones regionales en busca de dar continuidad a su proyecto político.
El tiempo apremia y desde diversos sectores consideran que justamente los intereses electorales son la causa de la inestabilidad en la gestión por la gran cantidad de cambios que ha tenido su gabinete, del que sacaron a algunos, otros renunciaron y unos más dejaron sus cargos para hacer campaña al congreso, la presidencia y la próxima Alcaldía.
En los 2 años y 11 meses que lleva Quintero en la administración se han presentado cambios de las cabezas de más de 50 dependencias, entre secretarías, gerencias y entidades descentralizadas, muchas de las cuales llevan hasta tres y cuatro relevos.
Hace una semana se dio la última desbandada, que dejó por fuera de sus cargos a unos 12 funcionarios de primer nivel, entre ellos Andree Uribe, exsecretaria de Salud; Deninson Mendoza, exgerente de Telemedellín; Alejandro Arias, exsecretario de Desarrollo Económico; y María Camila Villamizar, exsecretaria de Gobierno; entre otros.
Varios de los que se fueron, tal como lo anunció el alcalde a finales de septiembre pasado, harán política para consolidar un candidato para las elecciones de octubre de 2023 y, así, “derrotar al uribismo”.
Pero estas salidas no son aisladas, las precedió otra desbandada para hacerle campaña al hoy presidente Gustavo Petro. Tan solo entre febrero y junio pasado, salieron por lo menos nueve funcionarios.
Por esta razón, por ejemplo, Juan Pablo Ramírez volvió y ya completa tres secretarías diferentes que ha dirigido, un claro indicador que muestra que estas movidas son una constante en la administración Quintero.
Desde el mismo 2020, cuando el alcalde se posesionó, comenzaron los relevos en las entidades. A la fecha, las ya mencionadas casi 50 entidades suman por lo menos 88 cambios en los cargos de primer nivel, sin contar una gran cantidad, difícil de determinar, entre subsecretarios y directores técnicos. Y ni qué decir de las rotaciones de contratistas.
“Afecta la gestión”
Para diversos sectores de la ciudad, esta situación incide de forma directa en la gestión de los proyectos y programas, afecta el cumplimiento de los indicadores del plan de desarrollo, represa procesos y resta confianza ciudadana.
El concejal Simón Pérez cree que la inestabilidad ha sido tan elevada que afecta la continuidad de procesos, políticas públicas y el cumplimiento de los indicadores del plan de desarrollo, porque cada vez que llega alguien debe acomodarse, aprender y consolidar su equipo de trabajo.
“Definitivamente, muchos de los cambios se deben al calendario electoral nacional y, ahora, regional, pero creo que eso no se puede poner por encima de los procesos ni del cumplimiento de los indicadores”, dice.
A Pérez le preocupan casos como el del Departamento Administrativo de Planeación, una entidad clave que va a ajustar cuatro directores tras la salida de Sergio López hace pocos días. La misma preocupación la comparte el concejal Daniel Duque, quien recuerda que algo similar ocurre en EPM, que ha tenido igual número de gerentes. En su consideración, en la ciudad hay evidencia de que esta inestabilidad afecta la gestión.
Y pone ejemplos como el aumento del loteo ilegal que ha incrementado las invasiones en zonas de riesgo, tema que depende en gran parte de Gestión y Control Territorial, que ya lleva tres secretarios; el atraso en la construcción de viviendas de interés social, en cabeza del Isvimed, que también lleva tres directores; o las afectaciones a varias quebradas de la ciudad, competencia en gran parte de Medio Ambiente, que ha cambiado igual número de veces de líder.
Hace ya un año la concejala Dora Saldarriaga lideró un debate de control político sobre el tema y dijo que en la administración se estaba sobreutilizando la potestad del alcalde tener cargos de libre nombramiento y remoción. Entonces, Saldarriaga manifestó que los cambios no son solo de las cabezas, sino también de cargos medios y el personal que ejecuta los proyectos. Para noviembre del año pasado, según dicho debate, las secretarías de Inclusión Social, Educación y Gestión Territorial eran las tres que tenían mayores niveles de rotación en subsecretarios o directores.
Desde la administración municipal han manifestado en varias ocasiones que el cumplimiento del plan de desarrollo va por muy buen camino. No obstante, son varias las críticas por los pocos avances en algunas metas trazadas, a lo que se suman los escándalos por presuntas irregularidades en contratación o ejecución de los programas.
Alrededor de Buen Comienzo, por ejemplo, se han generado escándalos desde casi el primer año de gobierno, por retrasos en el inicio de la atención y denuncias sobre la disminución de cobertura y calidad, pese a que esta administración incrementó sus recursos financieros.
Asimismo, en programas de la Secretaría de Inclusión Social ha habido denuncias por desmejoría en la atención a los adultos mayores y un desbordamiento en la cantidad de habitantes de calle, lo que a su vez ha aumentado el número de cambuches en espacios públicos y ha superado la capacidad de atención a esta población.
En el caso del Dagrd, esta administración ha estado inmersa en varios escándalos por una presunta politización de la entidad, que ha llevado a que se denuncien malas condiciones para el Cuerpo de Bomberos y descontento en diversas comunidades que consideran que la dependencia está siendo más que todo reactiva ante las emergencias, pero que no tiene verdaderos planes de prevención. Esto se lo atribuyen a que los perfiles de las cabezas no tienen el nivel técnico que se requiere.
“Afecta control político”
Por otro lado, el concejal Duque cuenta que esta alta rotación en el gabinete hace difícil el control político, pues muchas veces no saben quiénes están a cargo de las distintas dependencias, algo que han dicho varios corporados. “Constantemente, toca consultar a la persona enlace de la Alcaldía con el Concejo y aunque es bastante competente y juiciosa, tiene que estar rebuscando quién está recién posesionado”, sostiene Duque.
Un caso de este tipo lo contó la concejala Leticia Orrego. El pasado martes, en medio del intento fallido de socializar el proyecto del presupuesto de Medellín para 2023 por presuntas irregularidades en su radicación de parte de la Alcaldía, se dieron cuenta de que el secretario general que fue al recinto era uno diferente a la mujer que había figurado días antes.
Orrego opina que Quintero está haciendo política abiertamente y que para ello usa a sus funcionarios. “Como persona, el alcalde me merece todo el respeto; pero como mandatario, todo el reproche, porque el rol de él era direccionar esta ciudad y estamos en un caos total: las vías cayéndose, las basuras por todas partes, las quebradas con problemas”, dice.
Aun así, hay por lo menos ocho de las principales dependencias que han conservado estabilidad desde 2020 y han tenido una sola cabeza (ver módulo), aunque puede que otros niveles de mandos hayan variado.
Y esto tampoco ha sido garantía de que queden exentas de escándalos y quejas, como es el caso de Educación, que ha tenido gran rotación de personal y en donde han denunciado que se usaría la Secretaría para consolidar el proyecto político del exconcejal del Centro Democrático, Albert Corredor, uno de los principales aliados de Quintero que estaría buscando ganar la Alcaldía en 2023.
O el caso de Hacienda, que ha sido duramente cuestionada en los últimos días por la forma en la que radicaron el proyecto de presupuesto de la ciudad para 2023, lo que tiene en veremos el debate en el Concejo sobre este tema.
Los relevos presentados en este artículo son con base en datos públicos a lo largo de la administración, pues este medio consultó a la Alcaldía de Medellín por la lista completa de salidas y nuevos reemplazos, pero no obtuvo respuesta.