El colegio San Vicente de Paúl de Envigado amaneció ayer martes alborotado. Apenas comenzando la jornada, muy temprano, los estudiantes protagonizaron un plantón para exigir soluciones a la problemática que, en su concepto, estaría amenazando la estabilidad institucional. No obstante, un rato después retornaron a sus clases sonrientes con la promesa de que había una solución a la vista.
Este ya era el segundo día de un movimiento estudiantil para visibilizar la situación del establecimiento, pues el lunes habían tenido otra manifestación dentro de sus mismos predios.
En las afueras, una cartelera hecha en cartulina color rosado y fijada en la reja de la ventana dice en letras hechas a punta de marcador: “Empezamos como sanvicentinos, terminamos como sanvicentinos” y más adentro, dominando la entrada, otra que expresa: “Nuestra institucionalidad no nos la quitarán ni hoy ni mañana”.
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Leidy Arias, la personera del colegio, explica las razones de los mensajes: hace cerca de un mes comenzó a circular la versión de que la sede única donde funcionan, en el barrio La Pradera y detrás del hospital Manuel Uribe Ángel, la iban a cerrar y que dispersarían a estudiantes, profesores y directivos por distintos establecimientos del mismo municipio.
Se trataría de una decisión de la Alcaldía que se origina en el hecho de que la planta física presenta un deterioro que podría poner en riesgo la integridad de los 380 alumnos, de los profesores, empleados y los padres de familia que rondan el establecimiento.
¿Malentendido o mensaje doble?
Hasta ahí no hay discrepancias entre las visiones de las distintas partes comprometidas en este problema, pues todos están de acuerdo en que la edificación no está bien y que algo hay que hacer.
Sin embargo, a la hora de las soluciones sí se notan las divergencias. Y justamente si ayer los estudiantes levantaron su protesta fue luego de escuchar la salida posible que, según dos fuentes distintas consultadas, dio la secretaria González.
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Leidy, la personera, entendió que se trata de “trasladarnos para una institución en el Alto de las Flores, y nos trasladan como comunidad educativa, con los mismos directivos”, y asegura que eso los dejó satisfechos porque su propósito es no perder la unidad institucional, porque el movimiento de protesta se inició precisamente por el comentario de que serían dispersados entre distintos colegios de la localidad, “con lo cual no estamos de acuerdo porque queremos estar siempre juntos como comunidad educativa, que no nos desintegren así como así y ya”.
La representante estudiantil apuntó que, eso sí, buscarían que les den un auxilio de transporte, debido a que el Alto de las Flores queda lejos y, como su nombre lo sugiere, en una loma que resulta fatigante.
Por eso causó extrañeza y airadas reacciones en redes sociales que de manera simultánea al encuentro de la Secretaria de Educación con la comunidad educativa del colegio, el alcalde Raúl Cardona dijera ante el Concejo que los alumnos serían trasladados a otras instituciones educativas, sin tener claridad de si se harán desde este mismo año o en 2025, “obviamente priorizando la elección que tengan los papás, con la excepción de dos colegios que están realmente muy saturados, que son la Normal y la Alejandro Vélez Barrientos”.
“Podríamos casi que llevarlos a todos a la José Miguel de la Calle, pero hay otros que quisieran en otros colegios, entonces priorizar la comodidad y el gusto de los papás”, dijo el mandatario.
En Instagram, un texto que suscribe el Consejo de Padres del San Vicente de Paúl afirma: “Rechazamos rotundamente las palabras emitidas irresponsablemente por alcalde Raúl Cardona, quien a desconocimiento de la reunión realizada con Secretaria de Educación, Personería y Gestión de Riesgos el día de hoy 01/10/2024 de 7:00 am a 10:00 am, se llegaron a unos primeros acuerdos totalmente diferentes a lo expresado por su persona...”, y ese fue apenas uno de los mensajes de descontento difundidos por redes.
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Luego, la oficina de prensa de la Alcaldía difundió un video en el que la Secretaria de Educación corrobora que entregarían la sede y los alumnos de primaria y bachillerato serían albergados en instituciones cercanas de forma temporal, para luego tomar decisiones relacionadas con el funcionamiento a partir del año entrante “porque la idea no es perder la esencia de esta institución educativa, sino conservarla”.
Al ser consultada posteriormente por este medio de comunicación sobre una aparente contradicción entre lo concluido en el encuentro de la mañana con la comunidad educativa, la funcionaria respondió que la posible reubicación en el Alto de las Flores le será planteada a la Junta Municipal de Educación, pero que esto “no implica que los padres de familia adopten la decisión de trasladar a sus hijos a esta sede, dado que el Municipio actualmente cuenta con infraestructuras educativas que podrían albergar a estos estudiantes. Esta será una decisión de cada familia”.
Arriendo irrisorio
EL COLOMBIANO tuvo acceso a documentos que muestran que el último contrato firmado entre el Municipio y la Sociedad San Vicente de Paúl establece un canon de 49’812.748 pesos entre el 19 de enero de 2024 y el 19 de enero de 2025, es decir, 4’151.062 pesos mensuales. Y el mismo documento establece que el propietario será quien haga el mantenimiento respectivo a las instalaciones.
La sede está compuesta por entre 13 y 14 aulas, no posee zonas verdes y cuenta con una cancha que se puede cerrar, pero que generalmente permanece abierta para el disfrute de la comunidad adyacente, pues es el único lugar para el esparcimiento de la gente.
En este momento el colegio tiene desde transición hasta grado once, pero solo un grupo por nivel y son entre 35 y 40 alumnos en cada aula.
