El Clan del Golfo va con toda para tomarse los municipios de Antioquia. Aunque en la actualidad tiene el 52% del departamento, su afán de control se ha intensificado en los días recientes en Briceño, Yarumal y El Bagre, con homicidios, desplazamientos y combates sostenidos. Una de las mayores quejas de las poblaciones es que se sienten desamparadas por parte del Gobierno Nacional, pese a que le han mandado comunicaciones para que intervengan en estas ofensivas.
La más reciente se registró en la tarde de este martes en el municipio de Briceño, Norte antioqueño, donde en su ofensiva en un territorio históricamente dominado por la guerrilla, en la actualidad bajo la tutela de los frentes 18 y 36 del Estado Mayor Central (EMC), llevó a que el Clan del Golfo ingresara hasta la ruralidad más cercana al casco urbano y allí inició una confrontación que dejó dos personas muertas y otras dos desaparecidas.
Estos ataques se registraron en la tarde de este miércoles en la vereda El Pescado, en la ruralidad de este municipio, lo que dejó fallecidos a Jhonathan González Vélez, de 17 años, y a Luis Fernando Vélez Oquendo, de 19, a quienes encontraron a un costado de un corredor vial de este municipio. Dentro de esta comunidad señalaron que, además, están buscando a otras dos mujeres que estaban en el sector al momento de estas confrontaciones.
Esta ofensiva, una de las más fuertes que se recuerden para los habitantes de Briceño, habría sorprendido no solo a las comunidades sino también al grupo armado dominante de la zona y a las mismas autoridades. Continúan los combates como si se tratara de una pulseada para ver quién se queda con el control de Briceño, uno de los territorios más codiciados por su ubicación estratégica, ya que conecta tanto al Occidente antioqueño como al Norte y Bajo Cauca.
Y si por Briceño llueve, por El Bagre y Segovia no escampa. Resulta que en cuatro veredas que limitan a estos dos municipios, las disputas entre las también llamadas AGC y la alianza entre el ELN y el EMC llevaron a que más de cien personas tuvieran que desplazarse de sus casas y albergarse en el casco urbano de El Bagre.
Las veredas Nueva Esperanza, La Ahuyama y Los Mangos en El Bagre y La Manuela en Segovia son las que más han padecido las ofensivas de estas organizaciones delincuenciales, quienes allí se están peleando el control de la explotación del oro mediante la minería ilegal y el manejo de rentas criminales como los cultivos ilícitos y el tráfico de drogas, haciendo uso de las bondades de su ubicación, que también sirve como corredor hacia la Costa Atlántica, ya que limita con los departamentos de Córdoba, Sucre y Bolívar.
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El gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, manifestó sobre estas situaciones que “lo que infortunadamente ocurre es una confrontación intermitente entre estructuras, exactamente el ELN y el Estado Mayor Central contra los del Clan del Golfo y la Fuerza Pública interviniendo, haciendo su tarea propia”.
Hasta jíbaros están metiendo
Además de los combates para retirar a los grupos guerrilleros de algunos territorios, el Clan del Golfo estaría integrando estructuras criminales locales, dedicadas principalmente al microtráfico, para hacer una organización más sólida en aras de tener más argumentos para negociar con el Gobierno Nacional.
El gobernador da el ejemplo de lo ocurrido en el Oriente antioqueño. El Clan del Golfo estaría integrando al Clan Oriente, una estructura liderada por los familiares del exjefe paramilitar Ramón Isaza, alias El Viejo, la cual comenzó a delinquir en el Magdalena Medio y municipios como Sonsón, Argelia y Nariño.
Actualmente, con la unión de estos grupos armados, se ha intensificado una ofensiva que ya llegó a las localidades de esta subregión más cercanas a Medellín, como son Rionegro, La Ceja y El Carmen de Viboral.
“Hoy acontece en Antioquía una situación donde un actor armado ilegal, buscando reivindicar su posición negociadora con el Gobierno Nacional, funge de sombrilla criminal y capta los espacios delincuenciales que ya tenían otros grupos en distintas localidades”, manifestó Rendón.
Esto habría llevado a aumentar la zozobra en las zonas donde las estructuras se habrían acogido bajo la sombrilla de las AGC en todas las subregiones donde tienen presencia, incrementando su poderío delictivo, cuando antes de ello simplemente operaban como clanes familiares.
“Los del Clan del Golfo quieren enaltecer una supuesta posición política negociadora con jíbaros y traficadores locales de drogas, queriendo sembrar zozobra y miedo en la población al disfrazar a los actores locales del crimen tradicional de una estructura superlativa”, añadió el Gobernador.
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La situación expuesta llevó a que, según el programa Antioquia Cómo Vamos, en el departamento esta organización criminal tenga presencia en 66 de los 125 municipios, siendo las subregiones más afectadas el Urabá, Occidente, Oriente, Bajo Cauca, Suroeste, Norte y Nordeste.
Nadie los escucha
Para colmo de males de estas comunidades, la percepción que se tiene ante el Gobierno Nacional es que están desamparados, puesto que las estructuras que dicen estar en las negociaciones de la paz total, con cese al fuego incluido, continúan con los ataques y aunque se mandan oficios a las autoridades correspondientes, estos son ignorados.
Así lo afirmó el secretario de Seguridad de Antioquia, general (r) Luis Eduardo Martínez, señaló que este año se han enviado 15 oficios a la Comisión de Verificación denunciando violaciones a los acuerdos de los diálogos de paz, pero ninguno de ellos ha recibido respuesta, por lo que decidieron recurrir al Ministerio de Defensa, mandando otros tres oficios, pero estos, hasta el momento, han sido ignorados.
Además de los temas mencionados, el funcionario indicó que se denunciaron varios confinamientos, entre ellos el registrado el pasado 22 de agosto en los límites del corregimiento Ochalí, en Yarumal, con la ruralidad de Briceño.
A todo esto se suma que desde varios líderes comunales de Briceño emitieron un comunicado público en el que se quejaron por la falta de respuesta de los diferentes entes departamentales y nacionales por los contantes patrullajes de 25 miembros del Clan del Golfo por las distintas veredas de la localidad, además de las confrontaciones ya mencionadas.
“Ante una evidente calamidad pública en términos de seguridad y alteración del orden, casi 24 horas después de los hechos no ha habido pronunciamiento alguno. Por tal motivo, las comunidades de Briceño exhortamos a todas estas entidades a asumir su respectiva responsabilidad para estabilizar el orden público en nuestros territorios”, señaló la misiva.
