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En La Ceja se forma la primera generación de mujeres que se le midieron a instalar energía a 40 metros de altura

Esta es la primera generación de mujeres linieras,
las cuales trabajarán instalando líneas de energía.

  • Las mujeres linieras ya están haciendo prácticas en alturas para conocer cómo se deben mover en las redes de energía a la hora de hacer algún trabajo. FOTO esneyder gutiérrez cardona
    Las mujeres linieras ya están haciendo prácticas en alturas para conocer cómo se deben mover en las redes de energía a la hora de hacer algún trabajo. FOTO esneyder gutiérrez cardona
  • En La Ceja se forma la primera generación de mujeres que se le midieron a instalar energía a 40 metros de altura
  • En La Ceja se forma la primera generación de mujeres que se le midieron a instalar energía a 40 metros de altura
10 de octubre de 2022
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Para instalar y reparar redes de energía, 17 mujeres se forman para ser linieras, un trabajo pesado que históricamente ha sido desempeñado por hombres, pero en el que ellas ya se están abriendo camino.

Llegaron de varias regiones del país y empezaron su ciclo formativo hace tres semanas en una de las instalaciones de la Universidad Católica de Oriente (UCO), en el municipio de La Ceja, donde están día y noche durante tres meses recibiendo capacitación teórica y práctica para conocer todas las características de una torre de energía y posteriormente subirse a ellas y pasar por las redes de energía.

Desde Cúcuta, Norte de Santander, llegó Jéssica Lizeth Osorio, quien dejó su carrera en ingeniería biotecnológica al conocer la convocatoria para formarse como liniera. “Apenas supe de la convocatoria y tuve el apoyo de mi familia decidí suspender mi carrera durante un año y aprovechar esta oportunidad, que me gustó porque tengo un hermano que trabaja con redes de energía”.

Para ella, la experiencia vivida en estas tres semanas le ha generado retos, pero también muchas satisfacciones, como ha sido transitar por las redes de energía. “El reto más grande ha sido cruzar las líneas y caminar sobre ellas. Hay mucho temor, pero ya lo logré”, expresó, con una sonrisa en su rostro.

En este curso de formación, único en el país, también está Marianella Hernández, quien llegó desde el municipio San Roque, en la subregión del Nordeste antioqueño, para estudiar lo que realmente quería y que pensaba que no iba a poder, pese a que en algún momento de su vida, de forma empírica, llevó luz a una casa en su pueblo.

“Desde siempre me gustó trabajar con este tema y fui asistente de electricista en mi pueblo, donde tuve el placer de llevarle luz a una casa que no la tenía, algo que me llenó de mucha alegría y orgullo. Apenas vi la convocatoria, no lo pensé y la verdad me siento haciendo lo que me apasiona”, relató Marianella, una de las más aventajadas de la clase, según sus instructores.

Proyecto a largo plazo

Este proyecto de las mujeres linieras es abanderado por Isa, en conjunto con Isa Intercolombia, la corporación Tener Futuro y los contratistas Salomón Durán e Instelec. Todos hacen su aporte en este ciclo formativo, del cual se espera que sea el primero de muchos que se planean a futuro.

La ingeniera Claudia Laguna, especialista en proyectos corporativos de Isa, señaló que esto forma parte de las apuestas con la equidad de género que tiene la empresa.

Según su análisis, las que participan en este programa han mostrado la misma capacidad que los hombres, quienes se encargaron de este proceso de manera exclusiva debido a las dificultades que implica subirse a torres de más de 40 metros de altura, moverse por las redes de energía o cargar cables que pesan varias toneladas.

“Creemos que las mujeres somos capaces y que eso corresponde a sesgos, que establecemos que algo es para hombres o para mujeres. Son mujeres muy comprometidas, que se consideran capaces, que creen en ellas. Todo el tiempo están aprendiendo acá”, señaló Laguna.

Su ciclo de formación en La Ceja dura tres meses y posteriormente se establece por parte de los contratistas, según al cual pertenezcan ellas, donde deberán continuar con su preparación durante otros tres meses. Los seis meses finales ya serán de práctica en campo, antes de recibir el certificado.

El desempeño en las redes que han tenido dan muestra de su estado físico y su habilidad, pese al poco tiempo que llevan practicando, dificulta diferenciar quien está haciendo este proceso. El objetivo de estas mujeres es tomarse este espacio de trabajo, bien sea en Colombia o en cualquier otra parte del mundo, si se les da la oportunidad.

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