Hay una relación directa entre las medidas restrictivas adoptadas por la covid-19 y la cantidad de personas que se movilizan en las grandes urbes. Según datos recolectados por la Secretaría de Movilidad, durante las primeras cuarentenas estrictas la intensidad vehicular disminuyó un 40 % en comparación con las épocas previas a la pandemia.
Sin embargo, con las políticas de reactivación económica y aislamientos selectivos, el indicador de intensidad vehicular alcanzó valores entre el 60 y el 80 %, una situación que se empezó a notar en una mayor ocupación de las vías.
Pero los valores más altos de flujo vehicular se han dado durante las últimas semanas, luego de que el Gobierno Nacional ordenara una reapertura total desde el 8 de junio de 2021.
“En algunos sábados del mes de junio, por ejemplo, llegamos a tener el 100 % de los niveles que se tenían en un sábado típico de prepandemia (equivalente a más de 750.000 vehículos)”, describió Víctor Hugo Piedrahíta Robledo, subsecretario técnico de movilidad.
Con todo lo anterior, los usuarios han notado un inminente aumento del flujo vehicular que habla de una reactivación económica, pero que, a la vez, se traduce en trancones de varias horas. En Twitter son constantes las quejas por las demoras entre un tramo y otro. “Qué congestionada está Medellín. Llevo dos horas parada en la Avenida Regional y no avanzamos nada, ¿Dónde están las soluciones?”, se pregunta una de las usuarias que reportó su caso el 26 de mayo, uno de los días con grandes movilizaciones ciudadanas en Medellín.
Medellín, ¿saturada?
Además de la cantidad de automotores que existen en la ciudad, hay otros factores que aumentan las congestiones. Algunos son aleatorios, como los accidentes viales, y otros son más coyunturales, como las movilizaciones ciudadanas o las fechas especiales.
Solo por mencionar un ejemplo, Piedrahíta señala que la capital antioqueña tuvo un promedio diario de 215 incidentes viales entre el 1 y el 15 de julio, en los que 90 personas resultaron con lesiones. “Entonces, atender esa cantidad de incidentes viales implica unos 20 minutos de llegada de los agentes más 45 minutos de atención del incidente. Y cuando hay lesionados ese tiempo aumenta dependiendo de la magnitud. Todo eso afecta la movilidad de la ciudad”, explica.
Sin embargo, la Secretaría de Movilidad insiste en que el mayor problema radica en la educación de los ciudadanos. “Mientras sigamos viajando en vehículos particulares ocupando con 30 carros lo que podría ocupar un solo bus, va a ser muy complejo acabar con la congestión de la ciudad”, dice el subsecretario.
Lo cierto es que a Medellín le esperan momentos con más circulación de vehículos que ahora. Para el experto en movilidad Gustavo Cabrera, docente de la Universidad de Antioquia e investigador en seguridad vial, en las próximas semanas “se tendrá una situación aún más crítica” porque se retomará la presencialidad en las instituciones educativas y algunas universidades de la región.
“El asunto es que casi después de 16 meses de restricciones de movilidad ahora sí va a ser evidente el acumulado que está circulando en el Valle de Aburrá”, advierte.
Y en eso concuerda el exsecretario de Movilidad de Medellín, Humberto Iglesias (2017-2019), quien además prevé que más empleados retornarán a modelos presenciales y semipresenciales por lo que habrá más vehículos desplazándose.
Pese a ese panorama, tanto Medellín como los demás municipios del área metropolitana continúan sin implementar medidas que mitiguen la problemática.
Actuar es necesario
Antes del inicio de la pandemia, los problemas de congestión y las emergencias ambientales se enfrentaban con estrategias de choque como el pico y placa. Sin embargo, la Alcaldía de Medellín decidió suspender dicha restricción desde el 24 de marzo de 2020, argumentando que ayudaría a evitar más aglomeraciones en el transporte público que propiciaran los contagios.
Pero, 16 meses después de haber tomado esa decisión, “la ciudad empieza a regresar a sus niveles habituales y se va haciendo necesario pensar en qué se va a hacer, cómo se va a gestionar esa cantidad de carros”, advierte Iglesias.
La Alcaldía de Medellín, por su parte, está firme en la posición que ha defendido desde hace un año. “Tenemos claro que no queremos volver al antiguo modelo de pico y placa y que no podemos vender esa medida como la solución al problema”, dice Piedrahíta.
Mientras tanto, la Administración asegura que está evaluando qué medida se va implementar que “tenga en cuenta las condiciones medioambientales y que nos permita como ciudad educar a la comunidad y entender que la congestión es responsabilidad de todos”, complementa el funcionario Piedrahita Robledo. Pero, ¿es eso suficiente?
La voz de los expertos
Para Darío Hidalgo, investigador en movilidad sostenible, está claro que es necesario tomar decisiones desde ya. “Si no se adopta ninguna medida, pueden esperar aumento de congestión a niveles mayores que antes de la pandemia. La educación y promoción de modos sostenibles solo será efectiva si las alternativas al carro mejoran mucho: servicio del metro, cables, metroplús, buses integrados, infraestructura para caminar e ir en bicicleta, entre otras”, explica.
No obstante, Hidalgo también está de acuerdo con que el modelo de pico y placa no es el más adecuado para la capital antioqueña. Desde su perspectiva, “sería un modelo facilista que, si bien trae resultados inmediatos, realmente no es sostenible; pues las familias con mayores ingresos pueden adquirir un segundo vehículo que los exente de la medida”. Como solución, Hidalgo propone medidas económicas como el modelo de cobro por congestión, usado con éxito en ciudades como Londres, Milán y Estocolmo. (Ver paréntesis)
En ese mismo sentido, el exsecretario Iglesias, que también sugiere cobrar por congestión, añade que Medellín debería optar por implementar más Zonas Urbanas de Aire Protegido, como la que ya existe en el centro de la ciudad, y apostarle a mejorar el transporte público “para que las personas vuelvan a confiar en que estarán seguras”.
Cabrera, por su parte, también insiste en que “no se trata de optimismo ni de pesimismo, pero esto es muy difícil de gestionar con cambios comportamentales, y lo que va a ocurrir a partir de las primeras semanas de julio va a hacer que el Área Metropolitana tenga que ponerse muy firme porque los trancones van a ser monumentales con todo la actividad económica y escolar”.
En conclusión, los expertos consultados para este informe advierten que es crucial actuar cuanto antes pues, de lo contrario, a los habitantes de la ciudad le esperan cada vez más tiempos de desplazamiento
215
incidentes viales se registraron, en promedio, entre el 1 y el 15 de julio.
16
meses, aproximadamente, lleva Medellín sin la medida del pico y placa.
