Nadie sabe quién inventó la rueda, pero se han encontrado hallazgos de modelos que datan desde 3.350 años a. C. A partir de ese momento, el hombre ha buscado formas más eficaces para movilizarse diferentes a sus pies. Con el tiempo llegaron los carruajes tirados por caballos, los vehículos de combustión a partir de componentes fósiles y, ahora, la electricidad, parece ser el norte de la movilidad, una forma más eficiente y limpia para permitir el transporte más allá de la capacidad natural.
“La movilidad eléctrica hoy no es una decisión a tomar, es un escenario a enfrentar. Los vehículos eléctricos son una realidad y una solución viable que técnicamente es más eficiente, ambientalmente más amigable y económicamente mejor”, manifestó Juan Manuel Alzate, líder de innovación de Celsia.
Aunque todavía existen barreras para la entrada de estos modelos al parque automotor, como el precio de los automóviles, hay otras que se han borrado —como las dificultades asociadas a cargar el vehículo eléctrico, puesto que es similar a como se hace con el celular—, explicó José Fernando Isaza, jefe de la unidad de transacciones, transmisión y distribución de energía de EPM.
Hay donde cargar
En Medellín, según datos oficiales, circulan alrededor de 500 vehículos eléctricos. Según Isaza, con las estaciones de carga pública se tiene la capacidad para suplir la demanda de 5.000 o 5.500 vehículos, es decir diez veces más.
Actualmente EPM tiene 19 ecoestaciones en el Valle de Aburrá y Rionegro de dos tipos: carga rápida y carga lenta. La primera opción demora unos 20 o 25 minutos para completar la carga y la segunda dos horas aproximadamente. Adicional a estas hay otra empresa, Celsia, que presta el servicio de carga y, a diferencia de EPM, lo hace por ahora, de forma gratuita. Tienen 11 estaciones en Colombia y cinco están en el Valle de Aburrá.
Alzate destacó que se presentan avances significativos, pues entre el primer y segundo semestre de 2018 la demanda de electricidad de las estaciones de carga incrementó casi un 60%. “Empezamos a ver los primeros pasos de ese incremento exponencial de energía eléctrica”, comentó
Según Isaza, con la apuesta que está haciendo la Alcaldía de Medellín, de la mano de algunas empresas privadas, por el uso e incorporación al sistema de movilidad de taxis eléctricos, hay un compromiso de EPM por la ampliación de la red para que no sea un limitante. “Lo que tratamos de hacer es brindar todas las facilidades para los actores del ecosistema con el fin de que los clientes no tengan un limitante para la toma de sus decisiones de incorporarse a una movilidad limpia”.
Movilidad interurbana, reto
Ambos expertos coincidieron que en la ciudad la capacidad y la red de estaciones de carga va por buen camino. Señalaron que las personas con vehículos eléctricos solo hacen uso del servicio público como oportunidad o necesidad inmediata, pues el 90% de la carga de los vehículos se hace desde las mismas casas con sistemas de adaptación a la red que prestan ambas compañías.
Sin embargo, también ambos están de acuerdo con que la conexión de puntos de servicio entre ciudades todavía es una falencia. “Es un círculo vicioso, no hay redes aún que conecten entre regiones porque todavía no hay flotas de vehículos que las usen”, puntualizó Isaza y agregó que por ahora la compañía inaugurará en los próximos meses una nueva estación para completar 20 en el Valle de Aburrá.
Alzate por su parte comentó que, aunque no existe una red de carga de vehículos entre ciudades en el país, hay varios proyectos que están contemplando la posibilidad con rutas tentativas en las que podría estar Medellín - Cartagena, Cali - Medellín, Barranquilla - Bogotá y Bogotá - Cali. Esto, según el experto, a medida que se dé un despertar más progresivo de la demanda y la tecnología.
Aunque todos los vehículos tienen un cargador de emergencia, parecido al de un computador común, que permite que el automóvil sea cargado en cualquier sitio del país, el tiempo de espera puede ser mayor y llegar a tardar hasta un periodo de 16 a 42 horas. Una barrera que según los consultados también está siendo superada por los mismos fabricantes, pues ahora los vehículos nuevos tienen una autonomía de 300 a 500 kilómetros, factor que permite que el desplazamiento se dé en trayectos más largos con la duración de la carga.
Revisar la normativa
Alzate cree que se deben implementar políticas públicas en el país como, por un lado, la regulación a la importación de un único estándar de carga. En el momento, existen tres protocolos, tres mangueras con geometrías diferentes para cargar los vehículos, lo que hace más difícil la expansión de la red.
Por otro lado, señaló que se deben revisar la regulación y normatividad respecto a detalles técnicos de instalaciones eléctricas de estaciones de carga en la que, según él, se podrían eliminar las barreras que incluyen sobrecostos por la garantía de la instalación. Pero, agregó, esto va a ser tan sencillo como usar un microondas en la casa y para poner el electrodoméstico no hay que pagar de más como sí sucede ahora con las estaciones de carga.
Le presentamos algunas experiencias de personas que se decidieron por la electricidad como alternativa de transporte limpia, sin abandonar la opción del vehículo.