Entre Mery Gutiérrez, la tambaleante ministra de las TIC, y el periodista y político Hollman Morris armaron una dupla de contratos y otros negocios que no solo se ha visto en Bogotá y Santa Marta, sino en Medellín, donde han logrado sacar partido económico de las simpatías políticas con la administración del alcalde Daniel Quintero.
Justamente las actuaciones alrededor de esa llave que mezcla una relación afectiva con política y negocios generaron el ruido que al cierre de esta edición tenía en vilo el nombramiento de Gutiérrez.
EL COLOMBIANO confirmó con fuentes del alto gobierno que el miércoles en la noche hubo un encuentro directo de esta con el presidente Gustavo Petro en la Casa de Nariño. Si bien no trascendió el contenido de la conversación, ayer el director del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), Mauricio Lizcano, anunció que la posesión de la MinTIC se congelaba, sin anunciar hasta cuándo, y en el transcurso del día trascendió que el Partido de la U. había enviado tres hojas de vida nuevas para que ocuparan ese cargo, lo cual trae el mensaje implícito de que le retira su respaldo a la aspirante original.
El historial de la contratación de Gutiérrez con administraciones afines a su círculo y al de Morris, quien ha sido pareja suya, según algunas fuentes, tiene un capítulo en Medellín. Programar TV, la empresa de televisión de la que hasta hace poco ella fue representante legal y donde aún figura como accionista principal, contrató con Telemedellín la realización de una serie para promover la ciudad.
Además, suena a chiste pero es pura realidad. La serie se llamó Made in Medellín (Hecho en Medellín) aunque, de manera paradójica, la hizo esta firma foránea. Es más, en la cotización que está colgada en la plataforma de contratación estatal Secop I consta que el autor del guion fue Juan Pablo Morris, hermano menor de Holman y quien reside en la capital de la República. Como quien dice, todo un contrasentido para el mensaje que pretendía posicionar en la opinión pública. A eso se añade que en aquel momento del año pasado, la prioridad de la Alcaldía —dueña del canal de televisión— era promover la reactivación local.
Julián Vélez, director de contenidos y distribución de Telemedellín y quien fungió como supervisor de ese trabajo, le dijo a EL COLOMBIANO que el equipo técnico fue contratado en Medellín, aun cuando no hay ninguna norma que exija que las producciones regionales o locales las hagan los locales. “Las historias (de que trata la serie) son de emprendimiento y tecnología, y no necesariamente porque las haga alguien de acá la calidad va a ser mejor”, añadió.
Existe otro ingrediente de esta historia que llama la atención, pues mientras las productoras de Medellín han estado pendientes hace tiempos que se abran nuevas convocatorias para que les financien sus proyectos, en este caso se trató de una asignación a dedo y sin someterse a ninguna competencia.
El acuerdo para producir Made in Medellín se rubricó el 26 de febrero de 2021, bajo la modalidad de un convenio de colaboración empresarial en el que, en teoría, Programar Tv ponía un 70% del valor total, equivalente a $455 millones y Telemedellín aportaba el restante 30% o sea $195 millones, para 13 capítulos que se emitieron desde el 21 de agosto, los jueves a las 8:00 p.m.
Documentos consultados por EL COLOMBIANO indican que hubo una prórroga de tres meses (hasta el 30 de septiembre) para la última entrega, algo que estuvo sustentado en las dificultades que ocasionaron entre la pandemia por el covid 19 y las refriegas del Paro Nacional que tuvo su pico máximo hacia abril y mayo de 2021. Adicionalmente, fuentes conocedoras del tema le revelaron a este diario que, aunque en papeles aparece Gutiérrez respondiendo como contratista, quien en realidad tramitó todo el proceso inicial en este caso fue el periodista y ex concejal de Bogotá Morris. “Hollman venía a la ciudad a tramitar cosas y se reunía en la alcaldía con María Camila Villamizar (hoy secretaria de Gobierno). En este caso ocurrió lo mismo. El tema se escaló a Telemedellín a través de la gerente de entonces, Mabel López”, aseguró la fuente.
De manera curiosa, en diciembre de 2020, es decir dos meses antes, el portal IFM Noticias publicó una foto de Holman Morris y Mabel López desayunando en una cafetería y planteó la pregunta de qué hacían ambos reunidos un sábado en Medellín. El interrogante parece despejarse.
¿Política y negocios?
Vale la pena recordar que el exgerente de Canal Capital y exconcejal de Bogotá Hollman Morris y Gutiérrez sostuvieron una relación afectiva y siguen siendo amigos muy cercanos. De hecho, en la anterior campaña en la que Morris aspiró al Senado, cuando se divulgó la denuncia de otra pareja de él por presunto maltrato y tratos sexistas, ella salió a defenderlo.
Y si bien no hay evidencias documentales de una sociedad entre ambos, sí han coincidido en varios escenarios donde la política y los negocios han terminado mezclándose. Uno de esos es la firma de televisión Programar Tv —que a su vez es dueña de Tercer Canal, donde Morris pasa sus informes periodísticos— que ahora tiene en el ojo del huracán a Gutiérrez.
Esta semana el periodista Daniel Coronell reveló la demanda por 45.000 millones de pesos que tiene Programar contra el Estado y la posibilidad de que Gutiérrez esté inmersa por eso en una inhabilidad para ejercer como Ministra de las TIC.
Fuera de eso, se han puesto en escena interrogantes de connotaciones hasta más allá de lo ético pues Gutiérrez tenía el 97% de las acciones de Programar y le cedió el 20% a la abogada Ruth Rary Forero. Resulta que esta última ejerció como coordinadora del Grupo de Contratación de Coldeportes (entidad ya extinta) y la empresa de televisión obtuvo jugosos contratos en el mismo periodo.
Gutiérrez también fue contratista de la alcaldía de Santa Marta durante la administración del alcalde Rafael Martínez (2016-2019) a través de otra firma de la que sigue siendo cabeza según registros públicos, Corporación Gestión y Desarrollo, obteniendo ingresos de esas transacciones por 1.700 millones de pesos, de acuerdo con documentos conocidos por periodistas de este diario. Luego, en marzo pasado, el exmandatario se lanzó al Senado, igual que Morris, por el movimiento Fuerza Ciudadana.
Aparte de todo lo anterior, EL COLOMBIANO encontró un hecho truculento que vincula a Gutiérrez y Morris con el desalojo violento de un local y su posterior demolición en la localidad de Chapinero, en una zona céntrica de Bogotá. Los afectados aseguran que una vez más habrían usado las influencias políticas para defender intereses económicos.
Periodistas de EL COLOMBIANO intentaron conocer la versión de Morris y Gutiérrez. Sin embargo, ninguno de los dos contestó a las llamadas y mensajes .