En diferentes etapas y entornos, las mujeres son propensas a experimentar maltrato de muchas formas: abuso físico y sexual, pero también acoso psicológico, financiero y más, según la Oficina para la Salud de la Mujer (OWH) en Estados Unidos.
La Unesco, por su parte, define la violencia contra la mujer como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico”. En Medellín, de acuerdo con el Centro de Atención Integral de Víctimas de Abuso Sexual, Caivas, de la Fiscalía, el año pasado, 1.646 mujeres reportaron ser víctimas de violencia sexual, mientras que solo 276 hombres notificaron el mismo flagelo.
La comuna 10 La Candelaria, fue una de las zonas de la ciudad que más casos de este tipo reportó con 139, de ellos, 122 fueron por mujeres. Este reporte motivó a que, desde la Secretaría de la Mujer se desarrolle un diagnóstico de violencia y acoso callejero en este sector, que es el de mayor concurrencia de la población no solo de Medellín sino del Valle de Aburrá.
Este proceso, que hace parte del proyecto Espacios Públicos Seguros para las Mujeres y las Niñas, “determinará los principales riesgos de violencia sexual a los que están expuestas las niñas y mujeres en este territorio, identificar los factores de riesgo y así poder construir acciones que prevengan y atiendan este tipo de violencia”, explica Juliana Martínez Londoño, secretaria de las Mujeres de Medellín.
El programa, que ya ha formulado diagnósticos en otras comunas de la ciudad, ha evidenciado que cerca de un 60 % de las mujeres ha manifestado haber sido víctimas o haber vivido algún episodio de acoso o violencia sexual en espacio público como lenguaje malsonante, miradas lascivas, insinuaciones y tocamientos.
“Las más jóvenes suelen referirse al asco como uno de los efectos que les genera esta conducta. También se genera temor y esto limita su derecho a la ciudad, su disfrute del espacio público”, agrega la funcionaria.
Para evitar que esto ocurra, el proyecto, que hace parte de Ciudades Seguras, programa Global de ONU Mujeres (ver paréntesis), construirá, entre otros, una red pedagógica con las instituciones educativas de esta comunas para trabajar de forma permanente el acoso y la violencia sexual contra las mujeres en el espacio público, pero también, desde la Gerencia del Centro, se está trabajando en la creación de zonas y corredores seguros, libres de cualquier manifestación de violencia y acoso callejero.
El proyecto, sostiene Mónica Pabón, gerente del Centro, no son espacios excluyentes de presencia masculina, “son lugares donde propendemos la sana convivencia de todos los actores, es un asunto de cultura ciudadana para que tanto hombres como mujeres sepan qué es la violencia sexual y el acoso callejero porque muchas de estas conductas se han naturalizado”, explica la Gerente.
Indica, además, que estas zonas ubicadas en espacios públicos y corredores que conectan hacia las estaciones del metro, tienen características de iluminación, vigilancia y control, y tendrán su respectiva señalización.
Los corredores y zonas seguras son una estrategia de la Gerencia del Centro, articulada con las secretarías de la Mujer y Seguridad; y ya se están implementando en el sector de Guayaquil, el distrito creativo del Perpetuo Socorro y el parque de Las Luces.