Cuando los viajeros llegan al Estadero El Bosque, a estirar los pies, se asoman al río Tapartó. Entonces, mientras se reponen del trayecto, exclaman, con frecuencia: “¡Qué vía tan mala”. A Alejandro Vásquez, quien atiende el negocio, no le queda de otra que sonreír y atenderlos, con paciencia. Pero, en voz baja, reniega de la carretera: “Lleva cuatro años deteriorándose. Todos los días está peor y los accidentes son continuos”.
El Bosque queda en la entrada a Andes, sobre la vía que comunica a Medellín con Jardín. Esa carretera presenta un deterioro importante a partir de Remolino, donde está la partida para Ciudad Bolívar y Quibdó. Huecos a lado y lado, además de hundimientos en la calzada, dificultan el tránsito. “Hace poco limpiaron las cunetas, lo que sirvió para que el agua no se viniera sobre la vía. Pero, de igual manera, está muy mala, llena de huecos. No entiendo por qué es así, sabiendo que lleva a un pueblo tan turístico como Jardín”, comenta Iván Darío Cardona, un transportador de Andes.
Soluciones
Santiago Sierra, secretario de Infraestructura de Antioquia, explica que la Gobernación, junto con el Invías, firmó un convenio interadministrativo por $18.716 millones. Esa plata está destinada para hacer mantenimiento a las vías de la subregión. Además, se separaron $1.000 millones para los diseños del puente que comunicará las concesiones Pacífico 1 y 2 con Mar 1, en Bolombolo.
Ahora bien, el secretario precisa que, si bien los recursos superan los $18.000 millones, el contratista elegido bajó su costo a $12.000 millones. Es decir, lo sobrante se destinará para hacer más mantenimiento y, para que el impacto sea mayor, se hizo una adición. En total, la cifra para las reparaciones quedó en $19.240 millones.
Esos recursos están destinados, en su mayoría, para dos vías que pedían atención a gritos. Una de ellas es la que va de Bolombolo a Venecia, bordeando el cerro Tusa. Esa vía la transitan, todos los días, los maestros de escuela Juan David Tangarife y Ana Espinosa. Lo hacen en moto, esquivando huecos. Se han accidentado varias veces. “Al menos ya la están interviniendo. La parte de arriba, que da con Venecia, está quedando muy bien. Falta la parte de abajo, que sigue muy mala”, dice Ana. Su compañero, Juan David, complementa: “Acá, con los huecos, acabamos los rines. Es una vía peligrosa. Desde hacía mucho tiempo que no se le metía mano a la vía”.
El maestro acota que esa carretera, de 18,3 kilómetros, tiene una importancia no menor para el Suroeste. Cuando la Troncal del Café se cerraba por el derrumbe en el sector conocido como La Huesera, en Amagá, esta se convertía en paso obligado entre Medellín y Bolombolo. Ese tráfico inesperado, de buses y camiones, contribuyó al más rápido deterioro de la vía.
Óscar Sánchez, alcalde de Venecia, reconoce el daño que le hizo el tráfico a la carretera: “Se afectó mucho y, a manera de compensación, el Gobierno Nacional y la Gobernación se comprometieron a arreglarla. El año pasado logramos que esos recursos fueran asignados. Las obras comenzaron en marzo y terminarán en enero de 2022”.
El mandatario añade que son $10.000 millones los que se invirtieron en la vía, pero que no se trata de una pavimentación completa. Es, en cambio, un mantenimiento de los puntos más deteriorados. “Con muros de contención, ensanches y gaviones hemos recuperado la banca. Ya se siente el avance y, gracias a él, podemos aprovechar nuestro potencial turístico”, argumenta.
La otra vía que recibirá mantenimiento es la que va de El Cinco- Venecia-Camilo C. Allí, comenta el secretario, se está haciendo reparcheo y estabilización. Todo con un costo de $2.300 millones.
El problema de fondo
Los datos de la Secretaría de Infraestructura de Antioquia hablan por sí solos. Si bien no están especificados por subregión, de ellos se puede hacer un balance general. Según ese despacho, el departamento tiene 4.906 kilómetros de vías. De ellas, solo el 37 % está pavimentado; de ese 37 %, el 50 % está en mal estado. “Lo que está bien se destruye en una temporada invernal. O sea, tenemos un departamento con una red bastante precaria”, comenta Sierra.
En el Suroeste, añade el funcionario, se agrava la situación por los eventos climáticos. En total, Antioquia suma 291 emergencias por la temporada de lluvias este año. De ellas, el 30 % se ha presentado en la subregión. “Por eso no hemos podido hacer actividades de rehabilitación de las vías, o sea, mejorar la superficie de rodamiento. Cuando uno sube a Jericó, por ejemplo, se encuentra con un montón de baches. Lo que pasa es que estamos dedicados a mover derrumbes y construir muros de contención. Casi el 80 % de los recursos los hemos destinado para estos muros”, dice Sierra.
En la vía a Jardín, después de Remolino, donde comienzan los baches, se tiene prevista una intervención que comience en agosto. Ahora, en muros de contención, se están invirtiendo $500 millones. Para el reparcheo y pavimentación se destinarán $1.200 millones, según el secretario. Una vez hecho eso, tal vez, los visitantes de El Bosque no se sentarán frente al Tapartó a quejarse de la carretera.
Pero en el Suroeste hay más zonas que necesitan atención. Una de ellas es el corredor Concordia-Betulia-Urrao. El secretario Sierra explica que hasta Concordia hay siete puntos críticos, con fallas geológicas. Cerca a Betulia, en el sector Majagual, hay un punto con una falla geológica que amenaza con llevarse la banca. “De manera permanente tenemos una retroexcavadora y estamos construyendo muros de contención”.
Los que sufren la precariedad de las vías son los habitantes de esos pueblos. El alcalde de Betulia, Juan Manuel Lema, dice que, si no se hace una intervención, la vía perdería la banca. El mandatario resalta que se ha comunicado con la Gobernación para indicar los puntos más críticos y que ha sido escuchado al respecto. Pese a eso, le preocupa que se avecina la cosecha cafetera, el renglón económico más importante del municipio: “Si se cae la banca, no tendríamos cómo sacar el café, que es nuestro principal producto. Hay una vía alterna por Altamira, pero no daría para sacar la cosecha. Por eso hay que intervenir la vía a tiempo”.
José Fernando Villegas, de la Cámara Colombiana de Infraestructura, Seccional Antioquia, dice que la restauración de la vía Venecia-Bolombolo es una buena noticia. Sin embargo, es crítico: “Hace falta control sobre los vehículos de carga. Las estructuras se diseñan para pesos estándares y pasan carros con sobrepeso. No se ha sido riguroso en eso y las vías terminan dañándose”.
Según el experto, eso ha acelerado el deterioro de pavimentos y puentes. Por su parte, Alejandro Maya, exviceministro de Transporte, hace un llamado sobre la seguridad vial. “En la medida en que se deterioran, hay más siniestralidad. Eso está más que comprobado. No es solo pavimentar, sino tener toda una infraestructura segura para los usuarios
$19.240
millones se están invirtiendo en mantenimiento en las vías de la subregión.