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¿Llegan los chinos a Hidroituango? En estas cuatro centrales del mundo han fallado

Firmas de ese país tienen líos en Uganda, Ecuador y Pakistán. Powerchina, que podría aterrizar en Hidroituango este año, arrastra problemas en dos países con su filial Sinohydro.

  • El proyecto de Hidroituango licitará sus obras finales este año. FOTO CAMILO SUÁREZ
    El proyecto de Hidroituango licitará sus obras finales este año. FOTO CAMILO SUÁREZ
  • ¿Llegan los chinos a Hidroituango? En estas cuatro centrales del mundo han fallado
  • ¿Llegan los chinos a Hidroituango? En estas cuatro centrales del mundo han fallado
  • ¿Llegan los chinos a Hidroituango? En estas cuatro centrales del mundo han fallado
  • ¿Llegan los chinos a Hidroituango? En estas cuatro centrales del mundo han fallado

Hace más de diez años, cuando Hidroituango todavía estaba en el papel, varios pesos pesados de la construcción en China pusieron sus ojos en la megaobra. En enero de 2010, cuando se abrió un proceso de precalificación buscando constructores, Three Gorges Corporation y Sinohydro Corporation Limited (filial de Power China) fueron la punta de lanza del gigante asiático para quedarse con el proyecto.

Aunque ese proceso terminó quedándose a medio camino luego de que el Idea y EPM sellaran un pacto para dejar la obra en manos antioqueñas, 12 años después la llegada de la ingeniería china a la hidroeléctrica parece consumada. El pasado 7 de diciembre, día en que EPM cerró la recepción de ofertas para las obras finales, solo se presentó un oferente: el Consorcio Ituango PC-SC, compuesto por las chinas Powerchina Internacional, Yellow River y la colombiana Schrader Carmargo.

Además de los interrogantes técnicos que arrastra la obra, asociados a los problemas que dejó la emergencia de 2018 y la salida de su constructor original en noviembre del año pasado, el inminente aterrizaje del nuevo consorcio también preocupa a la luz de un rastro de polémicas que la ingeniería china ha dejado a su paso en varios lugares del mundo.

En el caso de América Latina, el caso más prominente lo ha venido protagonizando Ecuador, que desde 2016 está en un pleito con el gigante Synohydro, que se encargó de la construcción de la hidroeléctrica más grande de su historia: Coca Codo Sinclair, ubicada en el río Coca, con capacidad para suplir el 35% de la capacidad energética del país.

Escuche el podcast aquí:

Recientemente, en un informe de la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional de ese país calculó que entre 2015 y 2022 se habían identificado al menos 17.499 fisuras, principalmente en los distribuidores de sus ocho turbinas. “Los distribuidores llegaron al país con defectos de fábrica, así lo reconoció la empresa Harbin, fabricante de los equipos y subcontratista de Sinohydro Corporation”, escribió el asambleísta Fernando Alcibíades Villavicencio en marzo de 2022, cuando presidía esa comisión. “Si bien ese es uno de los mayores problemas que tiene la hidroeléctrica, también enfrenta otros inconvenientes en las válvulas esféricas, rodetes, ejes, entre otros”, añadió el parlamentario.

Con una inversión calculada en más de 3.311 millones de dólares, de acuerdo con los cálculos de ese informe, el estado ecuatoriano no solo quedó con una deuda de 1.700 millones de dólares con el banco Exim Bank of China, sino que resultó metido en un pleito internacional por la hidroeléctrica, que para acabar de ajustar solo entrega 700 megavatios, menos de la mitad de los 1.500 que aparecen como su capacidad original.

El caso de Coda Sinclair no es el único que ha dejado mal paradas a las constructoras chinas a nivel global. El pasado 20 de enero, el diario económico The Wall Street Journal construyó una compilación en la que hizo un repaso por muchos otros proyectos adelantados por compañías chinas que luego tuvieron problemas.

El listado abarca desde la central hidroeléctrica Neelum-Jhelum en Pakistán, con grietas en uno de sus túneles de conducción; la Hidroeléctrica de Isimba (en Uganda) que registra averías desde el momento de su inauguración; y la central hidroeléctrica de Karuma, también en Uganda y construida por Sinohydro, que arrastra retrasos en su cronograma y también presenta agrietamientos.

Los pasos del gigante

La reputación de China en sus proyectos de ingeniería cobra relevancia a medida que la presencia del gigante asiático viene creciendo cada vez con más fuerza en el país durante los últimos años.

Aunque desde los 90 otros países como Perú y Chile han tejido lazos más estrechos, durante la última década Colombia ha recortado esa brecha.

Luis Diego Monsalve Hoyos, exembajador de Colombia en China entre 2019 y 2022, resalta que el primer gran proyecto de infraestructura con el que aterrizó ese país fue precisamente en Antioquia con la autopista 4G Mar 2 en 2015, vía que une a Cañasgordas con Necoclí, en el Urabá.

Desde entonces, la lista de proyectos y negocios se ha engrosado, incluyendo obras como el metro ligero de la 80, cuyo consorcio constructor está integrado por la firma CRRC; la compra de Continental Gold por parte de Zijin para explotar el título minero de Buriticá; la construcción del metro de Bogotá, a cargo de China Harbour Engineering Company Limited y Xi’an Metro Company Limited; y hasta la construcción del gasoducto Jobo - Medellín, que estará a cargo de la empresa Shanghai Engineering and Technology Corp.

En materia de proyectos hidroeléctricos, la llegada del consorcio Ituango PC-SC significaría la primera incursión de la ingeniería china en ese campo en el país.

Un panorama incierto

Aunque la adjudicación de las obras de Hidroituango aún no se ha consumado, la estela de polémicas que arrastran las constructoras chinas, especialmente Sinohydro, ha generado suspicacias y prevención entre expertos de infraestructura de la región que le hacen seguimiento al proyecto.

A esa incertidumbre se suman las múltiples alertas que desde 2021 académicos, agremiaciones y hasta firmas de ingeniería hicieron sobre la obra, expresando su preocupación ante la llegada de un nuevo constructor que no estuviera empapado de los problemas de la hidroeléctrica.

Con la salida del consorcio CCC Ituango en noviembre del año pasado, la oportunidad de realizar un empalme completo en todos los frentes de la obra terminó diluyéndose.

Regresando a los líos reputacionales que arrastran los constructores chinos, el exembajador Monsalve Hoyos planteó que más allá de los conflictos que cursan en otros países de la región y el mundo, una de las principales garantías que deben respetarse en el caso colombiano, especialmente en infraestructura, es que las licitaciones se hagan de forma transparente.

“Tampoco es muy diferente a como ocurre con otras empresas europeas, que en otras épocas tenían otro tipo de gestión y más laxitud en sus formas de operar. El punto central va más de la mano en que la entidad contratante o el gobierno contratante sea muy claro en las reglas de juego”, expresó Monsalve.

De acuerdo con el último cronograma revelado por EPM en noviembre, la aceptación de las oferta por Hidroituango no se daría por lo menos hasta marzo. Entre tanto, las dudas siguen amontonándose sobre los únicos competidores que desde ya cargan con el peso de no dejar caer un proyecto cuya culminación representa todo un reto técnico.

17.661 fisuras en una central de Ecuador

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Coca Codo Sinclair es la central hidroeléctrica más grande de Ecuador, con capacidad de 1.500 megavatios de potencia, 900 menos que lo se presupuesta con Hidroituango. Fue construida por la empresa china Sinohydro, con un costo de 3.311 millones de dólares, entre 2010 y 2016. Los problemas aparecieron cuando empezaron a generarse fisuras por montones, unas 7.000 de comienzo, fallas que originaron un pleito internacional con la empresa china. El reporte más reciente habla de 17.661 fisuras en los ochos distribuidores de presión de la central. La mayoría de estas ya fue reparada con soldaduras, sin embargo, hay grietas que no han podido ser resueltas porque están pegadas al hormigón que los recubre y no es posible acceder a ellas.

El diario local El Comercio informó el pasado lunes que el presidente Guillermo Lasso no descarta devolver la central Coca Codo Sinclair a Sinohydro para su reparación y operación, para lo cual se espera que el próximo 6 de febrero llegue un equipo de la firma asiática para empezar a negociar. “Sería una buena alternativa, bajar la deuda con China, por un lado, y tener la energía que produce Coca Codo Sinclair en manos del sector privado”, dijo Lasso.

El reporte de prensa añade que Sinohydro quiere rescatar su prestigio y por eso pidieron que se les devuelva la central para repararla y entregar el dinero que ya les pagó Ecuador. “Ojalá lleguemos a un buen fin, porque esta planta está en un riesgo terrible de desaparecer”, aseguró el ministro de Energía, Fernando Santos.

Retraso de tres años en central de Uganda

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Otro proyecto construido por Sinohydro que tiene deficiencias constructivas es la central hidroeléctrica de Karuma, de 600 megavatios, es decir, una cuarta parte de la potencia que tendrá Hidroituango. Inicialmente, Norpak, una empresa energética noruega, empezó los estudios de factibilidad y evaluación de impacto ambiental de la represa, sin embargo, los noruegos se apartaron en 2009 dando como razón la recesión económica mundial. Fue hasta junio de 2013 cuando el gobierno de Uganda adjudicó el jugoso contrato de construcción a Sinohydro.

Las obras comenzaron en el segundo semestre de ese año y tenían un plazo de cinco años. La empresa Uganda Electricity Generation Co. reportó la semana pasada que esta central lleva tres años de retraso, demora que los funcionarios del gobierno de Uganda han atribuido a múltiples defectos de construcción, incluidas grietas en las paredes.

Además de protuberantes fallas en el proceso constructivo, el artículo de The Wall Street Journal suma otro problema grande en la central de Karuma: la firma china instaló cables, interruptores y un sistema de extinción de incendios defectuosos que deben ser reemplazados.

Lo más preocupante es que el gobierno ugandés esperaba comenzar a pagar la deuda de 1.440 millones de dólares con el Export-Import Bank de China con los ingresos que recibiera por la generación de energía. Ya tiene que empezar a abonar al crédito y la planta está muy lejos de funcionar.

384 defectos en planta del río Nilo

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Pero Uganda no solo sufre con la central de Karuma, sino por los problemas de la planta de Isimba, construida por China International Water & Electric Corp. Edificada en el río Nilo Victoria, costó 568 millones de dólares, el 84% financiados con un banco chino.

El proyecto comenzó en abril de 2015 y se puso en marcha en marzo de 2019. En ese momento la planta tenía más de 384 defectos, tanto estructurales como mecánicos. La lista de defectos es larguísima. Grietas en el hormigón, fugas en el techo y defectos en la automatización del sistema de extinción de incendios, sistemas de aguas residuales, cableado y patio de distribución. También registraron fugas de aceite de la unidad 3, que terminaron contaminando el río. Otra de las fallas protuberantes se dio en la instalación de las barreras flotantes del embalse, que se usan para evitar que plantas y escombros taponen las conducciones de las unidades de generación. Los problemas en esas barreras han generado apagones y pérdidas millonarias.

Como si no fuera poco, el 8 de agosto de 2022, Isimba fue desconectada de la red luego de que uno de los ingenieros que estaba realizando mantenimiento de rutina abrió las puertas equivocadas, terminó inundando parte de la casa de máquinas y afectando generadores, turbinas y otros equipos. Las investigaciones del medio local Daily Monitor evidenciaron que la mayoría de los ingenieros supervisores durante la construcción de la represa no estaban certificados. El rollo es que el período de responsabilidad por defectos de la presa ya expiró.

Pakistán tuvo que cerrar la central

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La planta hidroeléctrica Neelum-Jhelum fue cerrada el 4 de julio de 2022 después de que el túnel de drenaje entre la central eléctrica y el río Jhelum se derrumbara. La obra comenzó en 2008 y empezó a generar energía en abril de 2018. Fue ejecutada por el consorcio chino Gezhouba Group y la corporación China National Machinery Import and Export, aunque fue la Autoridad de Desarrollo de Agua y Energía de Pakistán la que supervisó la construcción que costó 2.890 millones de dólares.

Un informe de un panel independiente de expertos investigó las posibles causas del daño y validó las soluciones viables de ingeniería a corto y largo plazo. Determinó que el colapso fue generado por la combinación de mayores presiones externas, ausencia de revestimiento de hormigón, procedimientos de construcción defectuosos e instalación incorrecta del soporte del suelo; y recomendó la instalación de un revestimiento completo de hormigón y la ubicación de instrumentos que permitan el monitoreo a largo plazo. Además del colapso principal, fueron identificados 40 lugares que requieren reparaciones, estos incluyen grandes fallas de cuñas de roca en cuatro puntos, además de daños moderados y daños menores en 34 ubicaciones, según un reporte del periódico local The News International. La Autoridad comenzó los trabajos de reparación mediante la adjudicación de un contrato a una empresa de construcción china en agosto de 2022, después de recibir la aprobación del Gobierno Federal. El cierre genera millonarias pérdidas.

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