La solicitud que hizo la comunidad indígena embera katío, que está desplazada en Medellín, para que los apoyen en el retorno a Chocó, su lugar de origen, fue aceptada este viernes 24 de febrero por la Unidad Nacional para las Víctimas, tras una jornada de diálogo que sostuvieron desde las 7:00 de la mañana.
La reunión contó con la participación de los representantes de los 780 indígenas que están albergados en el coliseo Carlos Mauro Hoyos, dispuesto por la Alcaldía de Medellín y personal de la Unidad, quienes lograron llegar a acuerdos para resolver las principales carencias de esta comunidad, ocasionadas por años en los que han sido víctimas de desplazamiento forzado.
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El pasado miércoles, casi 500 indígenas de esta comunidad iniciaron una movilización pacífica exigiendo que los dejaran trabajar en las calles de la ciudad, como siempre lo han hecho, en compañía de sus niños y niñas.
Posteriormente, ingresaron a la sede de la Alcaldía, en La Alpujarra, y causaron varios daños materiales. El alcalde Daniel Quintero manifestó que no cedería a las presiones, puesto que los niños indígenas son sometidos a estar largo tiempo en las calles y usados para mendicidad.
Después, las familias fueron trasladadas al coliseo para tener albergue temporal, mientras se encontraba una solución de fondo, que parece haber llegado este viernes.
¿Cómo será el retorno?
Desde la Unidad para las Víctimas señalaron que entre los acuerdos a los cuales llegaron están agilizar el retorno a sus territorios en Chocó, como el Alto Andágueda, de donde salieron por causa de la violencia, o la reubicación en otras zonas.
Claudia Patricia Vallejo Avendaño, directora territorial de la Unidad en Antioquia, explicó que se empezarán a coordinar las acciones para que este plan de retorno, que debe tener enfoque diferencial étnico, se dé en las próximas semanas.
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“El próximo lunes inicia la caracterización de cada una de las familias para identificar sus actuales condiciones de vida y carencias para atenderlas. En la entrevista de caracterización cada familia podrá decidir si quiere retornar o reubicarse. Es un retorno con voluntariedad, seguridad y dignidad”, manifestó la funcionaria.
La Unidad también activó el plan de ayudas humanitarias de emergencia para las 780 personas, que corresponden a 198 familias, de modo que apoyará con alimentación en el albergue temporal en Medellín. Posteriormente, “a todas las familias que retornen a Chocó se les va a dar, por un año, ayuda humanitaria de emergencia en alimentos, mientras recuperan sus proyectos productivos para abastecerse”, indicó Vallejo.
Como uno de los requisitos de los retornos es que se den las condiciones de seguridad y respeto de los derechos humanos en los territorios, de modo que no se repitan los desplazamientos forzados, la Unidad también se articulará con las entidades que conforman el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral a las Víctimas, para llevar la oferta del Estado.
La situación de estas familias es dura, según lo contaron ellas mismas en el encuentro de este viernes, pues tras su desplazamiento llegaron a la capital antioqueña, donde han vivido desempleo, desnutrición y condiciones de hábitat precarias en inquilinatos de Medellín.
“No hay empleo, ni vivienda y hay hambre. Por eso necesitamos apoyo para poder trabajar y sobrevivir aquí en la ciudad o garantías para retornar a nuestros territorios”, expresó Rodrigo Vitucay, uno de los líderes indígenas, quien aseguró que llevan más de cinco años desplazados.