Las fallas estructurales de Bernavento fueron conocidas desde 2010 (dos años después de construido) por los propietarios de apartamentos allí.
Pasaron cinco años, mientras los residentes buscaban soluciones, analizaban la manera de no perder la inversión realizada y guardando silencio ante lo que parecía inevitable: el riesgo que iba a generar habitar el edificio.
La incertidumbre de los 48 propietarios aumentó cuando en octubre de 2013 se desplomó la torre 6 de conjunto residencial Space, el cual tenía diseños estructurales del mismo ingeniero que hizo los cálculo de Bernavento: Jorge de Jesús Aristizábal Ochoa.
El silencio se mantuvo hasta 2015, no obstante en ese entonces las autoridades locales- que conocían la situación- se comprometieron a guardar confidencialidad para no afectar los patrimonios. Algunos de los afectados no aguantaron y revelaron lo que sucedía.
De esa manera, en abril 15 de 2015, Lina María Urrea Builes, una de las propietarias de un apartamento en Bernavento, situado en la Loma de Los Bernal, en el occidente de Medellín, comentó a EL COLOMBIANO que al edificio se le habían hundido algunas columnas, o asentado, hasta 25 centímetros.
Según el reporte de la Alcaldía de Medellín, en 2013 los habitantes de la unidad residencial pidieron una evaluación a la estructura y en 2015 se detectó un estado de vulnerabilidad del edificio por lo que en junio de 2016 fue evacuado de manera voluntaria por sus propietarios.
Bernavento tiene 18 niveles pisos y 54 metros de altura. De acuerdo con los análisis iniciales de Urrea Builes, las fundaciones o pilas de cimentación debían estar a 20 metros y los registros mostraban que estaban entre 14 y 15 metros de profundidad.
En enero de 2018 iniciaron las labores de reforzamiento de la estructura y el pasado 28 de marzo presentó problemas por asentamientos que se evidenciaron en daños en mampostería, por lo que se procedió a una evacuación preventiva de los edificios aledaños atendiendo los protocolos de activación del plan de emergencia de la construcción.