La Policía de Antioquia informó que este miércoles el intendente Juan Guillermo Barreneche Graciano resultó herido en un intercambio de disparos cuando patrullaba en la vereda La Peña, cerca del casco urbano de Guatapé, oriente antioqueño, en un puesto de control mixto entre la Policía y el Ejército.
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El hecho se desencadenó cuando un hombre en motocicleta fue requerido para verificación por el dispositivo mixto de control que operaba en la zona. En lugar de detenerse, el sospechoso intentó huir, desatando un forcejeo con el policía y personal del Ejército. Los policías presentes acudieron rápidamente para prestar apoyo.
Durante este forcejeo, el sujeto conocido como “Fercho” desenfundó un arma de fuego y comenzó a disparar, impactando al intendente Barreneche en el pecho. Afortunadamente, su chaleco balístico absorbió la mayoría de los impactos, aunque un proyectil logró penetrar por la axila izquierda, causándole una quemadura superficial.
Un soldado del ejército Nacional redujo al atacante, mientras el policía forcejeaba con el sujeto sosteniéndole el arma de fuego, este sujeto fue herido en las extremidades inferiores con el arma de dotación. Tanto el intendente Barreneche como el agresor fueron trasladados inmediatamente a un centro asistencial para su valoración médica, mientras tanto el arma de fuego y la munición del agresor fueron incautadas.
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El policía, después de ser atendido en centro hospitalario, sufrió varios hematomas en el pecho que no le afectan su vida y una vez dado de alta continuará con sus labores.
La persona capturada fue Ferney Atehortúa García de 34 años de edad, y estaba cumpliendo condena en centro carcelario en La Dorada, Caldas, por los delitos de homicidio agravado y tráfico, fabricación y/o porte de armas de fuego; por el homicidio de dos policías en un puesto de control en Puerto Salgar, Cundinamarca, el 16 de marzo de 2015; lugar de donde se fugó desde el 06 de marzo de 2023 cuando no regreso del permiso concedido.
Tenía en su poder un arma de fuego con munición y cuatro cartuchos percutidos, y tenía un cordón verde atado. Según el experto balístico, los delincuentes atan sus armas con cordones adornados con rezos y amuletos, en un acto de brujería que supuestamente protege sus fechorías y otorga precisión a sus pistolas. Entre nudos y conjuros, confían en que la magia los mantendrá ocultos de la justicia.
La Policía Nacional en Antioquia, sigue adelantando controles con el fin de contrarrestar cualquier acción que ponga en riesgo la convivencia y seguridad en el departamento.
