Los chorros de agua cayendo en las oficinas del Tribunal Administrativo de Antioquia no dieron más margen de maniobra y ayer provocaron el cierre.
Esta sede judicial donde se tramitan las demandas que interponen los ciudadanos contra el Estado funciona en el edificio Nuevo Naranjal, que hace parte del Plan Parcial Naranjal, el cual es gestionado por la Empresa de Desarrollo Urbano, adscrita a la Alcaldía.
La edificación está casi nueva —se empezó a ocupar hace seis años tras múltiples problemas que retrasaron la construcción— pero desde el principio los ocupantes denunciaron incomodidades porque las obras no estaban terminadas.
En particular, el Tribunal Administrativo, que está de arriendo en los pisos 3 y 4 (el último), sufre de goteras que han aumentado de manera paulatina y en especial desde hace un mes, cuando comenzaron las obras para la impermeabilización de la terraza.
Por eso hasta el jueves pasado la mitad de los 16 despachos de los magistrados estuvieron cerrados mientras ellos y sus auxiliares trabajaban desde sus casas. Sin embargo, los aguaceros posteriores agravaron la situación y obligaron a tomar la medida extrema de interrumplir por completo la atención al público hasta el 29 de abril, mientras se aplican los correctivos a los daños. No habrá suspensión de términos para los procesos que se llevan allí.
La decisión se tomó por parte del Consejo Seccional de la Judicatura tras varias visitas de inspección donde constataron la gravedad de las filtraciones de agua por techos y paredes, el desplome de cielorrasos y la exposición de cableado eléctrico.
Mientras tanto, atenderán a los usuarios por medios digitales y virtuales. “Se advierte la necesidad de adoptar nuevas medidas en procura de la salvaguarda de la integridad física y la salud de los servidores judiciales que puedan resultar afectados”, dice la Judicatura.
16
mil procesos, más o menos, llevan los magistrados del Tribunal Administrativo.