Pasado el mediodía de ayer, la gente empezó a llegar a la unidad deportiva del corregimiento San Cristóbal, donde fueron convocados, algunos por teléfono, a una fiesta navideña que organizó el exconcejal Albert Corredor. A muchos ni siquiera les sonaba ese nombre, pero asistieron, según contaron, porque iban a entregar natilla, buñuelos y regalos para los niños y las niñas.
Hacia las 2:00 de la tarde ya se veía una multitud en torno a la tarima. Alrededor el ambiente era festivo con presentaciones navideñas, pintacaritas para los más pequeños y música decembrina. Varios grupos de rap entonaron sus rimas exaltando la imagen de Corredor, la cara que quieren posicionar como artífice de estas “jornadas de cultura, recreación y educación”, como él las llama, pero que han sido muy criticadas porque sería una campaña adelantada de su posible candidatura a la Alcaldía de Medellín en 2023.
El exconcejal se subió a la tarima durante 10 minutos, casi a las 5:15 de la tarde, tras la antesala de un animador. “Un aplauso para Albert Corredooooor”, gritó, mientras pedía que hicieran un gesto con la mano que también quieren posicionar como parte de su identidad. Entonces, Corredor saludó. “Esta gente está como bajita de ánimo”, expresó ante la respuesta poco efusiva de los espectadores, según evidenció un equipo periodístico de EL COLOMBIANO que estuvo en el lugar.
Les dijo que no estaba allí por intereses políticos, sino por vocación social. No obstante, añadió que lo han invitado a ser candidato a la Alcaldía, pero que eso se decidirá el próximo año y que depende de “la gente”, que es “su jefe”.
Posteriormente, repartieron los regalos (muñecas, carritos, balones y loterías fueron los más comunes) a los niños, que previamente fueron identificados con manillas de colores. Un detalle llamativo es que durante todo el tiempo una pantalla gigante proyectó la imagen y el nombre de Corredor, incluso, en algún momento se mostró una foto suya en una de las entregas de computadores que ha hecho el alcalde Daniel Quintero a estudiantes.
Estas escenas se repiten comuna tras comuna, corregimiento tras corregimiento. Se instala la tarima para la música y los discursos, se prepara el sancocho o la natilla y se reparten los regalos para los niños y niñas. Es toda una fiesta navideña que arma el exconcejal y que le ha causado una lluvia de críticas: muchos se preguntan cuánta plata le cuestan los eventos y de dónde sale, y otros lo califican como “oportunista”, pues es sabido que entre sus planes, aunque aún no es oficial, estaría lanzarse a la Alcaldía de Medellín en 2023. Pero hay una denuncia más grave.
Lea también: ¿Albert Corredor usa la Secretaría de Educación para posicionarse como posible candidato a la Alcaldía?
“Piden plata a contratistas”
El asunto no se queda en los calificativos de “oportunismo” y se torna más grave tras las denuncias de varios trabajadores de la Secretaría de Educación, según las cuales los están presionando para que contribuyan a las fiestas, no solo con mano de obra, asistencia y likes en redes sociales, sino también con dinero.
Este medio conversó con varios de ellos que, indignados, contaron que en los grupos de WhatsApp que fueron creados hace varios meses para enviarles información de Corredor también se están moviendo las invitaciones a las fiestas navideñas. Desde hace varias semanas les mandaron los cronogramas de los eventos en cada comuna y corregimiento, con fecha, hora y lugar.
Posteriormente, aseguraron varios de los empleados, personas del círculo de confianza del exconcejal que trabajan en la Secretaría, van a sus puestos de trabajo o les escriben en privado para pedirles que asistan. En realidad, de acuerdo con sus versiones, no es una simple invitación. Les han dicho o insinuado que no hacerlo podría repercutir en que no les renueven los contratos el próximo año.
De hecho, les han dicho que lleven cinco invitados al evento. Y la indignación se queda corta cuando cuentan lo que sucede en los actos. Una vez llegan, aseguraron, deben buscar a uno de los encargados de la logística (personas de las más cercanas al exconcejal) para firmar una planilla con la que harían el control de quiénes van y quiénes no. Este medio conoció una de las planillas diligenciadas, pero no publica su imagen para proteger a las fuentes.
En el evento de ayer también había otras planillas en las que ponían a llenar datos a los asistentes. Muchos se preguntan si esta es la construcción de bases de datos para enviar información política electoral en 2023.
Volviendo al tema, una vez en el sitio de la fiesta, los funcionarios de la Secretaría deben ponerse a batir la natilla, pelar papas, repartir el sancocho, hacer gorritos para los niños, pintarles la cara o jugar con ellos, entre otras tareas. Es decir, emplean horas de su tiempo libre o, incluso, de sus actividades contractuales, para ayudar en las ideas del exconcejal, de quien es sabido que tiene una gran influencia en Educación.
Asimismo, los empleados que denuncian esta situación contaron que en los últimos días, de forma personal, los cercanos a Corredor les pidieron que dieran una cuota de $500.000 para seguir comprando los regalos que faltan. No importa de cuánto sea el contrato de los empleados, a todos les solicitaron la misma cantidad o, en su defecto, “lo que pudieran dar”. Aunque les dijeron que era voluntario, también les recordaron que hay que cuidar el contrato para el otro año.
Inicialmente, les dieron un número de cuenta de ahorros de Bancolombia a nombre de Érica Patricia Sepúlveda Escobar, pero después, según los denunciantes, les indicaron que podían dar la plata en efectivo. Algunos ya hicieron el aporte y quienes no lo han hecho temen que cuando se les acabe el contrato, esta o la otra semana, se queden desempleados.
EL COLOMBIANO le preguntó al exconcejal cuánto dinero ha destinado a las fiestas y de dónde lo ha obtenido. Aunque no dio una cifra, manifestó que el menor de los recursos gastado ha sido el económico, “ya que casi la totalidad de las cosas han sido aportadas voluntariamente”, es decir, los juguetes, la alimentación, el sonido, los artistas, los implementos, el transporte, etc., los han donado amigos y conocidos, según dijo.
Le puede interesar: ¿Quiere ayudar en esta Navidad? Le tenemos seis formas de hacerlo
Añadió también que las mismas personas de los barrios han aportado con lo poco que tienen, “especialmente su trabajo para que las actividades salgan lo mejor posible”.
¿Adelantó la campaña?
Aún con el argumento de que se trata de un evento social, en redes las críticas han sido muchas contra Corredor. Concejales, diputados, ciudadanos y líderes de distintos sectores consideran que la magnitud de los eventos y la forma tan marcada de posicionar una imagen y un movimiento político está lejos de ser solo solidaridad.
En respuesta a estos cuestionamientos, Corredor le dijo a este medio que sabe que ha generado molestias en algunos sectores, especialmente políticos. “Por supuesto que no es para menos, la aceptación ha sido impresionante y me imagino que les debe dar algo... incluso el expresidente Uribe lo manifestó en una de sus reuniones, pero la verdad eso no me interesa”, dijo y añadió que estas actividades buscan llevar alegría a las familias que más lo necesitan y una Navidad feliz a niños y niñas: “Los oportunistas son ellos que utilizan esto para atacarme políticamente”.
Corredor, quien obtuvo una curul en el Concejo de Medellín en 2019 con el Centro Democrático, renunció a ese partido a mediados de este año, en medio de polémicas con algunos compañeros de la bancada por su amistad y alianzas políticas con el alcalde Daniel Quintero. Desde su salida de la corporación, se dedicó a recorrer barrios con un grupo de personas para analizar la posibilidad de ser candidato.
Hoy no figura como tal, pero lidera el movimiento Medellín Nos Une, que forma parte de un proyecto político y que visibiliza mucho en las fiestas navideñas, una de las razones por las cuales muchos creen que se está adelantando a la campaña electoral, aunque él lo niega.
Con el de ayer son 13 eventos navideños que Corredor y su equipo han realizado en varias partes de la ciudad, casi siempre en los barrios más pobres, donde por esta época pocos se niegan a que les regalen un plato de sancocho, natilla o juguetes. La meta es entregar 50.000 regalos, de los cuales ya lleva unos 30.000.
De cualquier forma, estos eventos los han sabido aprovechar: a las personas también les entregan tarjetas de presentación que por un lado tienen el nombre Medellín Nos Une y la dirección calle 51 # 43-75, avenida La Playa entre El Palo y Girardot, y por el otro, la foto de Albert Corredor con cada una de sus redes sociales.
Corredor le dijo a este medio que aún no es candidato oficial a cargos de elección popular, pese a que ha recibido varias invitaciones para que lo sea: “Queremos primero estar concentrados en estas bonitas actividades que desde hace años venimos realizando todos los diciembres en los barrios de Medellín; compartiendo alegría con nuestros niños, niñas y todas sus familias”.
Además, dijo que se tomará un descanso con su familia para tomar una decisión sobre su futuro político al inicio de 2023. Reiteró que estas fiestas no son campañas anticipadas, sino que se trata de un evento de solidaridad que hizo en otras épocas como la pandemia, cuando regaló mercados.
“Sorpresivamente, cada convocatoria ha contado con alrededor de 6.000 personas, con quienes compartimos un bonito momento con música, baile, diversión, actividades para los niños, sancochos, natilla y buñuelo, entre otros”, agregó. Su intención es que 160.000 familias participen en las fiestas