Un doble drama vive la familia de la ingeniera agrónoma antioqueña Sandra Yulieth Zuluaga Giraldo, quien fue abusada sexualmente, asesinada y hallada en un cañaduzal del Valle del Cauca en diciembre de 2022. Al dolor por el feminicidio ahora se suman el temor, la tristeza y la indignación porque el presunto responsable podría quedar el libertad, pues para este viernes 19 de abril se citó a una audiencia para hacer esa solicitud por vencimiento de términos.
Este caso conmocionó luego de que a la joven la encontraran dentro de un vehículo en una zona azucarera de ese departamento, a donde se mudó para trabajar en una empresa de fertilizantes, tras graduarse del Politécnico Colombiano Jaime Isaza Cadavid, de Medellín, ciudad en la que nació y creció en un hogar donde era la menor de dos hijos.
Sandra estaba en el arranque de su carrera profesional y justamente cumplía tareas laborales cuando fue asesinada el 19 de diciembre de 2022, después de dejar su casa a primera hora de la mañana con destino a una zona rural del Valle, pues solía hacer visitas a campesinos y productores como parte de su trabajo.
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Diez meses después, el 19 de octubre de 2023, fue capturado y puesto a disposición de la Fiscalía un hombre llamado Roger Rossbel Lennis, mayordomo de una finca y presunto responsable del feminicidio de la ingeniera antioqueña. El ente acusador informó el 21 de ese mes que un juez de control de garantías le impuso medida de aseguramiento en un centro carcelario por estos hechos.
De acuerdo con la investigación adelantada, Sandra llegó ese 19 de diciembre a dicha finca para verificar los avances de una producción agrícola y habría sido recibida por el mayordomo, quien luego, presuntamente, la llevó a una zona apartada, donde quedó incomunicada, y abusó sexualmente de ella. Asimismo, el ente acusador reveló que luego la habría asesinado y la subió al vehículo que dejó abandonado en jurisdicción de una hacienda vecina. Incluso, le habría prendido fuego a una de las sillas “para eliminar huellas y otras evidencias que lo comprometieran”.
Lo que siguió a partir de entonces hoy tiene desconcertados a familiares, amigos, compañeros de trabajo y conocidos de la joven. César Zuluaga Giraldo, el hermano mayor, contó que el 28 de febrero de este año se realizó la audiencia de acusación en contra del presunto feminicida, a cargo del Juzgado 1 del Circuito de Conocimiento de Palmira, y se solicitaron pruebas de ADN adicionales al hombre, como parte del protocolo del caso, pero él ya habría sido comprometido por muestras pasadas halladas en prendas de vestir que habrían dado positivas con el cotejo sobre el cuerpo de la ingeniera, una de las causas de la captura.
Se esperaba, agregó César, que el 1 de abril de este año se hiciera la audiencia preparatoria, donde se deberían tener los resultados de las muestras de ADN, pero hubo varios intentos fallidos y dilataciones de los tiempos, al parecer por parte de la defensa, hasta que finalmente logró hacerse dicha prueba el 26 de marzo pasado.
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César también relató que el mismo día de la audiencia, es decir el 1 de abril, les enviaron un correo donde la cancelaban porque la actuación fue remitida al Juzgado 8 Penal del Circuito de Palmira en medio de una redistribución de procesos que hubo en los juzgados penales de esa ciudad.
“Ahí nosotros empezamos una lucha incansable, encima del Juzgado 8, enviamos cartas, que por favor nos agendaran la audiencia preparatoria de manera urgente porque podíamos entrar en vencimiento de términos. El 16 de abril, el juzgado nos agenda la audiencia para el día 24 de abril”, contó César.
La sorpresa les llegó un día después, este 17 de abril, cuando recibieron otro correo en el que los citaron a otra audiencia, la que hoy los tiene en medio del dolor y la incertidumbre, la de solicitud de libertad para el presunto feminicida por vencimiento de términos y que tendrá lugar este viernes 19 de abril, a cargo del Juzgado 6 Penal Municipal con Función de Control de Garantías.
“Nos preocupa mucho que pueda salir libre, si fuera inocente no se habrían dilatado las tomas de ADN, lo habría hecho hasta voluntariamente. La Fiscalía hizo un gran trabajo de investigación, no deberíamos estar revisando si hubo vencimiento de términos, sino las pruebas, porque hay muchas, para verificar si el tipo es culpable o no, estamos completamente tristes e indignados”, señaló el hermano de la ingeniera.
Mientras que se desarrolla el caso que podría quedar impune, la familia ha perdido la vida que conocían. Sandra era la alegría de todos: “Ha sido muy difícil, mis papás han sido muy fuertes, son muy católicos y han encontrado mucha fuerza en la oración, pero ninguno volvimos a ser los mismos. Uno nunca está preparado para despedir a alguien, pero lo que más duele es la forma como nos arrebataron a una mujer con sueños, joven, bien de salud, independiente, trabajadora”.
A Sandra la recuerdan como una joven apasionada por su carrera y enfocada en cumplir sus metas. Tenía un espíritu comerciante, que heredó de su padre, vendía fertilizantes, ropa, zapatos y todo lo ahorraba porque quería comprar un apartamento. Estaba también en sus planes construir un futuro con su novio y adoraba a su mascota, un perro que adoptó.
La indignación se trasladó también al gremio de ingenieros agrónomos, muchos de los cuales conocieron a Sandra y cumplen actividades similares a las que ella cumplía cuando la asesinaron. Por ello, han estado enviando mensajes a través de redes sociales y hasta convocaron este viernes a un plantón a las afueras del juzgado para pedir justicia.
No les cabe en la cabeza que este caso pueda quedar impune y que ande por las calles un presunto responsable de feminicidio agravado, acceso carnal violento agravado y ocultamiento, alteración o destrucción de elemento material probatorio, cargos que le imputaron y que no aceptó. Lo que esperan y claman es que se desestime esta solicitud, se haga la audiencia preparatoria y se analicen todas las pruebas que recopiló la Fiscalía para que el horror que sufrió Sandra tenga justicia.
