Las obras de la concesión vial Pacífico 1, que unen al Valle de Aburrá con el Suroeste antioqueño, siguen avanzando y acercándose a su final. El anuncio la semana pasada de la entrega de la Unidad Funcional 2, entre Camilo C. y Titiribí, para finales de octubre ya deja ver la luz al final del túnel de esta megaobra vial que inició en 2018.
Sin embargo, una nueva complicación apareció, pues desde hace dos meses se anunció que en la zona de las Areneras –sector conocido como Paso Nivel, en Amagá– se debe realizar un cierre vial que permita el desarrollo de más obras que destraben la construcción de la vía por la que ya se mueven hasta más de 10.000 vehículos diarios.
El meollo del asunto es que inicialmente se propuso que dicho cierre en la vía arteria se realice por cerca de 10 horas diarias durante 20 meses, lo que para muchos habitantes del Suroeste significaría el estrangulamiento económico de la subregión.
A raíz de esta situación, durante una visita a los frentes de obras, el presidente de la Junta Directiva de la Concesión Vial Pacífico 1, Alberto Mariño Samper, hizo tres anuncios sobre el futuro de la obra.
El primero de ellos es que el cierre es inminente y hoy lo que actualmente se concerta es cómo se va a efectuar. El segundo, que la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) será la que tome la última palabra sobre las condiciones. Y el tercero, que la ANI tendría cerca de un mes para tomar dicha decisión, pues de extenderse más este plazo repercutiría en los tiempos de entrega de la obra.
Opciones del cierre
Según detalló Mariño, la comunidad de Amagá solicitó en 2017 la realización de unas obras para asegurar y mejorar la conectividad de la 4G con el casco urbano y algunas veredas del municipio.
Tras diálogos y concertaciones con los lugareños, y la aprobación de la Anla, se definió que en las Areneras se hicieran unos retornos amplios que implicaron una modificación del lineamiento de la doble calzada, lo que obligó a hacer unos cortes sobre la montaña de unos 110 metros de alto.
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“Esos cortes hay que ejecutarlos con procedimientos especiales, con recubrimiento de taludes, con reforzamiento con anclajes, con drenes, con zanjas de coronación y con manejos de aguas. No es un trabajo que se haga rápido sino que se hace por etapas porque esos cortes implican retirar 600.000 metros cúbicos de tierra”, detalló Mariño.
A raíz de los cálculos se estipuló que se buscaría retirar 30.000 metros cúbicos mensuales, lo que arrojó el dato de los 20 meses. Por lo complejo de la operación se definió la necesidad de un cierre continuo durante 10 horas con el fin de que se pudiera alcanzar el rendimiento necesario acordado entre la ANI, la interventoría de la obra y Covipacífico.
“El cierre es necesario porque es un corte a más de 110 metros de altura y cualquier piedra que caiga puede producir un accidente fatal”, justificó el presidente.
A raíz de esto, el directivo fue enfático en detallar que si bien el cierre es inminente, la forma en cómo se realice deberá ser concertada y hasta que no haya una decisión tomada entre las partes no se puede proceder.
“La comunidad debe entender que la concesionaria está dispuesta a concertar el cierre. Nunca se nos ha pasado por la cabeza hacer un cierre que no sea concertado”, dijo.
Según trascendió, varias alternativas se han manejado para el tema del cierre. La principal es la propuesta de hacerlo durante 20 meses, la cual Mariño defiende pues, según él, se pueden aplicar las lecciones aprendidas tras el cierre de la Sinifaná.
Así mismo se ha barajado una opción de hacer el cierre partido. Es decir, un bloqueo en la mañana, una apertura a medio día, y un nuevo cierre en la tarde; aunque dicha opción repercutiría en el buen desempeño de las obras.
También se ha tocado el tránsito al Suroeste por la concesión Pacífico 2 o por vías terciarias –como por el sector de María del Cardal o la ruta entre Angelópolis y Amagá– mientras que la 4G está cerrada.
Además se ha hablado de los cierres en horario nocturno. Esta iniciativa Mariño no la ve tan viable por tres motivos. El primero de ellos, según explicó, es que durante la noche también hay un flujo vehicular importante, sobre todo de automotores de carga que son jalonadores del comercio y de la economía de la subregión. El segundo, es la seguridad, pues trabajar de noche implica un riesgo altísimo para los operarios de la concesión que pueden verse inmersos en accidentes que conviertan el cierre temporal en uno permanente. El tercero, es el rendimiento en los frente de obra los cuales bajarían sustancialmente.
“Si yo hago un cierre de 6 p.m., a 6 a.m., yo no puedo tener un operador de maquinaria por turno, tengo que tener dos. Yo no puedo obligarlos a forzarse porque eso puede generar accidentes fatales. Además, para que no se baje el rendimiento habría que hacer una iluminación extrema en la montaña, mejor dicho habría que dejarla como un pesebre y hacer eso impacta en el rendimiento”, explicó.
Frente a la propuesta hecha desde la Gobernación de Antioquia para que en lugar de retornos se haga un túnel en las Areneras, el directivo Mariño la descartó, toda vez que el replanteamiento de la propuesta, su concertación y la consecución de los estudios ambientales dilatarían más las obras. “Todo esto puede causar una demora de tres a cinco años”, añadió.
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La ANI tiene la última palabra
Como se dijo más arriba, Mariño detalló que será la ANI quien al final tome la determinación de cómo será el cierre. Según dijo, la responsabilidad recae en la ANI pues los recursos para las obras en las Areneras salen de ella. Eso sí, Mariño apuntó a que espera que lo que decida esta entidad no afecte el rendimiento de la concesión.
“La idea es que la carretera se entregue completa, con los retornos de Paso Nivel que mejoren la vía sustancialmente. Pero al final de cuentas, lo que se concerte con la comunidad se traduce en unos rendimientos diferentes para la ejecución de las obras, lo que a su vez implica tiempos diferentes para su terminación”, comentó.
Por último, el presidente Mariño apuntó de que la decisión final por parte de la ANI debe tomarse en cerca de un mes para que así no se generen retrasos que puedan demorar más la tan anhelada obra que ya ronda el 96,6% de su ejecución.
“Sé que hay reuniones con las entidades municipales y gubernamentales de la zona en torno a este tema y pronto debe haber una nueva reunión en la que ya debe darse una solución definitiva. Por parte nuestra solo estamos a la espera de que un juez nos haga entrega del tercer lote de Areneras donde se desarrollarán las obras para iniciar en forma. Ahí sí será necesario el cierre, independiente de como se concerte”, puntualizó