En el corregimiento de San Félix, en Bello, se acabaron los micos, loros y todos los animales enjaulados. A partir de esta semana, el Área Metropolitana y Corporación Autónoma Regional del Centro de Antioquia (Corantioquia) declararon este sector libre de fauna silvestre en cautiverio.
La determinación, que se tomó el pasado jueves es el producto de tres años de trabajo que estas dos instituciones han realizado en el municipio Bello, donde se han sensibilizado 2.100 personas sobre el tema.
Con esta, ya son cinco las áreas declaradas libres de fauna silvestre en cautiverio en el Valle de Aburrá, entre las que se encuentran, además de San Félix los corregimientos de San Cristóbal, Palmitas y Santa Elena, de Medellín, y la Doctora, en Sabaneta.
Según María del Pilar Restrepo, subdirectora ambiental del Área Metropolitana (AMVA), la tenencia ilegal de fauna silvestre en el Valle de Aburrá es frecuente. En los últimos ocho años, en recuperaciones, incautaciones y entregas voluntarias, han sido obtenidas en la región más de 79.000 individuos.
“El desconocimiento de la normatividad existente, el arraigo a las tradiciones culturales de aprovechar muchas de especies como fuente de proteína o remedios y el tener individuos de la fauna silvestre como mascota, son principalmente los factores causantes del tráfico de este importante componente de nuestra biodiversidad”, explica Restrepo.
¿Cuál es el proceso?
Una vez las especies son recuperadas, entran en un proceso de rehabilitación que busca liberarlas en las mejores condiciones para volver a su hábitat.
Cada animal es evaluado por un médico veterinario, que determina si debe ser tratado en clínica, intervenido quirúrgicamente o si cumple con condiciones para ser liberado de inmediato.
Estas liberaciones se dan en los bosques y en otros ecosistemas del departamento, según el tipo de especie.
Sobre ese punto, agrega Restrepo, el AMVA está en constante comunicación con las entidades del Sistema Nacional Ambiental, ya que algunas de las especies recuperadas son traídas desde otras regiones del país y también porque el área urbana no cuenta con buenas zonas de liberación o reubicación.
Entre las especies más recuperadas están las aves, de las cuales se destacan loros, guacamayas y pericos; en segundo lugar los reptiles, como tortugas, y, finalmente, mamíferos, como los monos cariblanco y aullador, además de zarigüeyas, ardillas y cusumbos.
Llamado a la comunidad
En lo que va del 2017, este convenio entre Corantioquia y el Amva ha capacitado a 7.732 personas en el respeto a la naturaleza y se han liberado, en jurisdicción del Valle de Aburrá, 539 individuos de fauna silvestres.
Luz Adriana Molina, subdirectora de Ecosistemas de Corantioquia, asegura que la disminución en incautaciones es fluctuante, pero en general, la tendencia se mantiene.
En 2016, esa institución registró incautaciones por tráfico de animales de 664 aves, 963 reptiles y 176 mamíferos
“Ningún animal enjaulado canta bonito, se ve bonito o es colorido”, dice Molina, quien además hace un llamado para tomar consciencia sobre el mal que se hace al comerciar o tener como mascotas este tipo de animales.