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La mala hora de la EDU de Medellín

Aparece otro escándalo en esta entidad insignia de la ciudad: cinco contratos con la empresa de una alta funcionaria y por primera vez en veinte años perdió más de $4.200 millones, en 2021.

  • Aunque está en licencia, Wilder Echavarría participó en un evento internacional y usó una presentación oficial. FOTO TOMADA DE TWITTER
    Aunque está en licencia, Wilder Echavarría participó en un evento internacional y usó una presentación oficial. FOTO TOMADA DE TWITTER
  • La mala hora de la EDU de Medellín
  • Wilder Echavarría ha firmado cinco contratos por más donde su amiga, socia y subalterna María Antonia Sánde $2.700 millones con la empresa Kaliza Arquitectos chez ha fungido como representante legal y propietaria.
    Wilder Echavarría ha firmado cinco contratos por más donde su amiga, socia y subalterna María Antonia Sánde $2.700 millones con la empresa Kaliza Arquitectos chez ha fungido como representante legal y propietaria.
22 de agosto de 2022
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El gerente de la Empresa de Desarrollo Urbano de Medellín (EDU), Wilder Echavarría, pidió una licencia no remunerada de un mes y está haciendo uso de ella desde el 25 de julio. Personas que lo conocen aseguran que está dedicando este tiempo para ver cómo se logra ubicar con el nuevo gobierno en una entidad en Bogotá.

Tal vez quiere escapar de los problemas que agobian a la EDU, una entidad que había tenido una historia brillante, pues ha sido protagonista de grandes proyectos de transformación de la ciudad como Parques del Río, el intercambio de los Balsos, los Proyectos Urbanos Integrales (PUI), los colegios de calidad o el parque Bicentenario, pero ahora, en la alcaldía de Daniel Quintero, está viviendo su peor momento.

Se han revelado varios tropiezos grandes en lo que va corrido de este año. El nuevo fracaso tiene que ver con el plan parcial del Naranjal, tal vez el proyecto bajo la batuta de la EDU que más expectativa despierta, que está hoy suspendido y, por lo pronto, no se ha revelado quien lo terminará de construir.

En mayo, este diario también dio a conocer testimonios en poder de la Fiscalía, que comprometen a Echavarría, el gerente de la EDU, y a Miguel Quintero, el hermano del alcalde, en una reunión en la que, según los testigos, estarían ofreciendo vender el lote conocido con el nombre de Carabineros para quedarse con cerca de 33.000 millones de pesos.

Y en enero, el portal IFM Noticias denunció que Echavarrría comprometió vigencias futuras a tres años por $1.251 millones, si bien el monto puede no ser significativo, el escándalo se produce porque las utilizaría para pagar contratos de prestación de servicios que superan incluso el periodo de la administración actual, lo que sería una nómina paralela a la autorizada legalmente.

¿Qué es lo nuevo ahora?

EL COLOMBIANO encontró documentos que demuestran que la EDU le entregó varios contratos a una firma en la que ha figurado como directiva y propietaria una gran amiga y socia de Wilder Echavarría, la cual además ocupa un cargo directivo en la EDU, al punto de ser hoy la encargada de la entidad mientras él se toma su licencia no remunerada.

El caso documentado tiene que ver con cinco contratos por $2.773 millones suscritos con Kaliza Arquitectos, donde la representante legal, por lo menos hasta enero de 2019, fue María Antonia Sánchez Rave.

Resulta que Sánchez, una arquitecta de apenas 33 años, no solo sería afectivamente cercana a Echavarría, sino que ha sido su persona de confianza en la EDU.

Siendo él ingeniero civil y ella arquitecta, se habrían conocido entre 2015 y 2018, un periodo en que ambos trabajaron para la firma Delta Ingenieros y Arquitectos SAS –él como gerente de proyectos y ella como arquitecta neófita, tras graduarse de la Universidad Nacional–.

Luego, a principios de 2020, Echavarría asumió la gerencia de la EDU y en febrero del año siguiente se llevó a su aliada para la entidad en calidad de contratista para que lo asesorara en el componente técnico del comité que evalúa las propuestas de contratos.

Hubo un momento en el que esta desarrolló simultáneamente dos contratos que le daban más de doce millones de pesos mensuales. En septiembre de 2021 su amigo la nombró subgerente de gestión organizacional, cargo que ostenta en la actualidad.

“Ella es la persona en la que más confía en el mundo” –le dijo una fuente a EL COLOMBIANO– al punto de que mientras Echavarría perfila su futuro en la capital de la República, ella le cubre la espalda como gerente encargada de la EDU.

Para enero de 2019, cuando Luis Gabriel Franco reemplazó a Sánchez en la gerencia de Kaliza Arquitectos, la firma ya había adoptado ese nombre y se había trasladado a Medellín, pues antes se llamaba Forestaciones Agropinos SAS y estaba registrada en el Magdalena Medio.

Expertos consultados por este diario conceptuaron que si bien el tema de la representación legal no le generaría una inhabilidad legal, sí habría por lo menos un impedimento ético para que Sánchez participara en los comités donde se decidía la contratación y que le adjudicó los cinco contratos a la empresa relacionada con ella.

Sin embargo, en la misma acta a la cual tuvo acceso este diario, en la que Sánchez delega la representación, no se modificó la parte societaria, es decir que ella siguió siendo la accionista única, sin que se haya observado en el archivo oficial otro documento donde se releve de esa condición. Este punto sí le generaría una inhabilidad a la empresa para contratar con la EDU y convertiría a los funcionarios que hayan suscrito los contratos en posibles sujetos de indagación por contratación indebida, hasta con consecuencias penales si se llega a demostrar que hubo dolo.

Dos tierras los unen

Como si esto fuera poco, EL COLOMBIANO halló que Echavarría y Sánchez son además socios en dos terrenos en San Vicente (Oriente antioqueño). Uno de ellos, de 3.600 metros cuadrados, adquirido a mediados del 2018 por $20 millones en la vereda La Porquera, a solo media hora de Rionegro, y 15 minutos del casco urbano de San Vicente. En esa misma zona compró tierra desde 2016 Miguel Quintero, el hermano del alcalde de Medellín, el mismo que acompaña a Echavarría en el expediente judicial sobre el negociado de Carabineros.

En los pasillos de la administración municipal es vox populi que Echavarría sería la cuota de Miguel en la EDU y que este último maneja una influencia determinante en la contratación dentro de ese ente descentralizado de la Alcaldía. Los caminos de ambos personajes se habrían cruzado desde que el hermano mayor del alcalde de Medellín actuó como director de monitoreo y evaluación en el Banco de Proyectos de la Gobernación de Antioquia, durante la administración de Luis Pérez, y Echavarría asesoraba a gran cantidad de municipios en la gestión de iniciativas para captar recursos nacionales de regalías.

El segundo lote, de 4.000 metros cuadrados, Echavarría y Sánchez lo compraron apenas en marzo de este año por una cantidad idéntica al primero, en la vereda Las Hojas, de San Vicente.

Es decir que el gerente de la EDU contrató a su socia en un alto cargo de la entidad y además ella participaría de la decisión para darle contratos a la firma en la que ella ha aparecido como dueña. Sería un tema a aclarar, pues, al ser consultada por este diario, Sánchez aseguró que desde hace varios años no es más la propietaria de Caliza Arquitectos SAS. (ver entrevista) y que no ha incurrido en ninguna conducta ilegal.

La mala hora de la EDU de Medellín
Wilder Echavarría ha firmado cinco contratos por más donde su amiga, socia y subalterna María Antonia Sánde $2.700 millones con la empresa Kaliza Arquitectos chez ha fungido como representante legal y propietaria.
Wilder Echavarría ha firmado cinco contratos por más donde su amiga, socia y subalterna María Antonia Sánde $2.700 millones con la empresa Kaliza Arquitectos chez ha fungido como representante legal y propietaria.

Los contratos de Kaliza

El primer contrato documentado en la plataforma Gestión Transparente de la EDU con Kaliza es del 28 de julio de 2020. Lo firmó Wilder Echavarría, el gran amigo y socio de la dueña, por 437 millones de pesos, y fue para la construcción de obras de mantenimiento del Museo de Ciudad, en el Cerro Nutibara, con una adición posterior de 183 millones de pesos.

Luego vino otro, en octubre del mismo año, por $202 millones para el “cerramiento, demolición, recolección y botada de escombros de edificaciones en diferentes proyectos”, con ampliación de 42 millones de pesos. Posteriormente, en febrero de 2021 Kaliza Arquitectos comenzó a acometer las obras de mantenimiento del museo de Ciudad en el Cerro Nutibara, por poco más de 347 millones de pesos y una adición posterior de 51,4 millones de pesos. Desde el 16 de abril de 2021 vino el contrato por $338 millones para adecuar el edificio y el parqueadero de la EDU en el Parque San Antonio. Y el contrato más grande, por $1.450 millones, es del 29 de abril de 2021, para la intervención del espacio público y obras complementarias en el sector de San Benito.

Lo cierto es que la cercanía con la administración pública parece haberle sentado bien a Kaliza Arquitectos, que logró superar la crisis de la pandemia con cifras en negro, y en ello habría jugado un papel importante la facturación que tuvo con la EDU.

Una suerte muy diferente ha vivido la EDU: de vivir tiempos prósperos hasta 2020, cuando administraba recursos cuantioso y obtenía ganancias, ahora vive al debe, siendo su única crisis en dos décadas de existencia.

Echavarría recibió hace poco más de dos años y medio la Empresa de Desarrollo Urbano con activos por $704.000 millones y en el último balance (2021) los rebajó a $532.000 millones. El último balance muestra además pérdidas por $4.265 millones en tanto que, aún con los estragos de la emergencia por el coronavirus, venía de ganar $7.000 millones un año antes, en 2020.

Las pérdidas, además, no parecen tener explicación lógica pues casi toda esa cifra se origina en el aumento de los gastos de administración (casi $4.000 millones), lo cual es contradictorio teniendo en cuenta que, a juzgar por la reducción de ingresos, había menos proyectos en curso.

Se preveía que la tabla de salvación para mostrar acciones de envergadura sería la gestión predial del Metro de la 80, con la valoración y compra de los lotes que toca comprar para que pase el megaproyecto de transporte público, y aunque se lo otorgaron, parece que no ha logrado librar a la EDU de las afugias.

Entre tanto, sigue saliendo más plata de la que le entra para pagar una nómina de casi $2.000 millones mensuales, una situación que comprometería la viabilidad de la empresa a futuro. Como quien dice que en la rendición de cuentas de Echavarría al frente de la EDU, si se llega a despedir por estos días para irse a un rol nacional en la administración Petro, el funcionario quedaría en saldo rojo.

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