Aunque habrá que esperar hasta el primer trimestre de 2023 para ver definidas las candidaturas a la Gobernación de Antioquia, ya está en curso la primera cuenta regresiva y se agita el sonajero de posibilidades y hay para todos los gustos.
El próximo 29 de octubre se vence el plazo para que renuncien a sus cargos quienes actualmente son empleados públicos, jurisdicción o autoridad política, civil, administrativa o militar, o empleados públicos que intervengan como ordenadores del gasto para ejecutar recursos de inversión o celebrar contratos; deben hacerlo si quieren aspirar, para evitar futuras inhabilidades.
Esa es la disyuntiva de Luis Fernando Suárez, Seres de Seguridad Humana y Gobierno de Antioquia, quien para muchos es el llamado a suceder al gobernador Aníbal Gaviria y darle continuidad a su proyecto político. Suárez tiene menos de 20 días para decidir si renuncia a su actual cargo y, aún así, no es segura su candidatura, pues seguirá un tiempo de análisis para definir si será él o si se logra consenso alrededor de otra persona que represente los mismos ideales.
En esa baraja de posibilidades está el excongresista y exdirector del Área Metropolitana, Eugenio Prieto, quien es aliado político de Suárez y Gaviria y estuvo como gobernador encargado cuando en 2002 secuestraron y, posteriormente, asesinaron al entonces mandatario departamental Guillermo Gaviria, hermano de Aníbal.
Prieto, quien está en un proyecto de investigación académica sobre sostenibilidad, espera la decisión que tome con su grupo político para saber cuál nombre ponen en el tarjetón en octubre de 2023.
No son los únicos que conversan al respecto. Aunque todavía hay por delante 12 meses para conocer al gobernador del periodo 2024-2027, la convulsionada situación política local, en especial alrededor de la Alcaldía de Medellín, tiene a más de uno con la certeza de que se requieren alianzas sólidas y objetivos comunes que eviten divisiones.
Más aún, cuando muchos de los que contemplan la idea de aspirar coinciden en que el alcalde Daniel Quintero ha generado polarización y una crisis institucional que creen que podría trasladarse al departamento ante la estrategia que planea para el 2023.
Se sabe que se espera una nueva desbandada en su gabinete porque a todos les pidió renuncia protocoloria para “diseñar el equipo que cerrará con broche de oro” la administración y a otro que, en 2023, “derrotará al uribismo”.
Otras posibilidades
Se ha vuelto sólido el rumor de que la apuesta quinterista a la gobernación será Esteban Restrepo, su exsecretario de Gobierno, quien renunció para hacerle campaña a Gustavo Petro y ahora se presenta como líder comunitario. La tarea podría incluir como fórmula a la Alcaldía de Medellín al exconcejal del Centro Democrático, Albert Corredor, también amigo y aliado político de Quintero.
Y esta estrategia que planea el alcalde pesa para definir candidaturas. Se sabe, por ejemplo, que el excongresista conservador Juan Diego Gómez, quien fue presidente del Senado hasta julio pasado, analiza si lanzarse o establecer alianzas, incluso con consultas, para decidir un candidato.
En esta búsqueda Gómez no se iría con el Conservador y a futuro lo pensaría seriamente porque difiere de la posición que el partido ha tomado con el Gobierno Nacional y considera que ha sido muy permisivo con Quintero.
Otro espectro político que tiene serias diferencias con el mandatario local es el del movimiento Dignidad, que pondrá sobre la mesa el nombre del exdiputado de Antioquia y excongresista Jorge Gómez, quien trabaja en llave con el actual diputado Luis Eduardo Peláez, contradictor de la administración Quintero.
No obstante, buscarán a las personas que conformaron la Coalición de la Esperanza en las pasadas elecciones legislativas para que se sumen a la posibilidad de un consenso que permita definir una candidatura conjunta y sólida.
Por otro lado, militantes del uribismo estudian la estrategia política de cara a la disputa por la Gobernación y tienen en cuenta la situación política de Medellín, pues consideran que la ciudad está sumida en una crisis. Aún sin ninguna definición, hay varios nombres en consideración con la premisa de construir una candidatura sin divisiones internas. Algunas fuentes han contado que, incluso, contemplarían un consenso alrededor de la eventual candidatura de Luis Fernando Suárez.
A la senadora del Centro Democrático (CD), Paola Holguín, líder del grupo conocido como Los Paolos, son varios los sectores que le han pedido que se lance y aunque ella no ha expresado tener interés en aceptar, tampoco ha descartado del todo la posibilidad.
En esta baraja sigue sonando el exalcalde de Rionegro, Andrés Julián Rendón, quien tiene la firme intención de lanzarse, pero está abierto a las decisiones del partido y tiene en mente la posibilidad de una gran coalición.
Además, Santiago Valencia, exsenador del CD y quien participa en los talleres regionales que hace el partido en los distintos departamentos, tampoco elimina del todo la posibilidad de aparecer en el tarjetón, si bien, está a la espera de una determinación en la que tendrán en cuenta sectores académicos, empresariales y sociales de Antioquia.
Justamente, esos acuerdos determinarán el futuro de otro de los que suena con más fuerza: el concejal opositor Alfredo Ramos, quien hoy está pensando entre una candidatura a la Alcaldía o una a la Gobernación. En esa tarea, Ramos buscaría, además, que se consoliden acuerdos alrededor de la Asamblea, los concejos y las distintas alcaldías municipales. Y ve en las listas cerradas una opción viable.
Por su lado, Mauricio Tobón, exgerente del Idea en la pasada Gobernación de Luis Pérez, estudia si se lanzará o no, decisión que dará a conocer a inicios del próximo año; mientras que Ana Ligia Mora, actual directora de Corantioquia, empezó a sonar y tiene los mismos días que el Seres Suárez para decidir si deja su cargo y se la juega por una candidatura. No la tiene fácil, porque quiere terminar la gestión en la entidad que hoy lidera.
Todavía es temprano, pero ya se calientan motores para la que se espera será una campaña dura que no escapará de las novelas políticas que se han tejido en este cuatrienio.